Nóctulo grande saliendo de una caja-refugio para cazar en la noche
Ciencia
Colocan una grabadora en una reserva española y revela el sorprendente comportamiento de una especie
Un equipo internacional liderado por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y la Universidad de Aarhus de Dinamarca ha documentado por primera vez cómo el murciélago más grande de Europa, el nóctulo grande (Nyctaluslasiopterus), es capaz de localizar, perseguir, capturar y consumir pequeñas aves en vuelo mientras estas migran durante la noche.
Para llevar a cabo el estudio, los expertos colocaron a los nóctulos de la Reserva Biológica de Doñana pequeños dispositivos electrónicos ultraligeros desarrollados por personal científico de la Universidad de Aarhus. Éstos eran capaces de registrar sonidos (incluidos los ultrasonidos emitidos por los murciélagos para cazar y orientarse), aceleración y altitud.
Cada vez que uno de estos animales regresaba a su caja-refugio inteligente, el microchip era detectado y el equipo podía acudir y recuperar la información almacenada. En total, se documentaron 611 interacciones de caza, la mayoría ataques breves dirigidos a insectos.
Sin embargo, en dos ocasiones, los científicos registraron cómo los murciélagos ascendieron a más de 400 metros de altitud y, tras detectar una presa, se lanzaron en picado, batiendo las alas con mayor rapidez y fuerza. La emisión continua de zumbidos, con intervalos cortos entre ellos, les sugirió que los animales estaban persiguiendo a la misma presa todo el tiempo.
En uno de estas veces se registraron 21 llamadas de estrés de un ave seguidas de 23 minutos de masticación continua mientras el murciélago mantenía la altura y seguía emitiendo los ultrasonidos que utiliza para orientarse. Según ha explicado el CSIC, esto confirmó que la presa había sido capturada y consumida en pleno vuelo. Dado que el dispositivo fue recuperado varios días después del evento, no fue posible analizar el ADN de la presa en las heces del nóctulo de esa noche.
Sin embargo, los autores compararon las llamadas de alarma de la presa con un banco de sonidos de 19 especies de ave previamente identificadas en la dieta del nóctulo. La presa resultó ser un petirrojo europeo (Erithacus rubecula). Asimismo, hallaron ADN del nóctulo grande en alas de pájaros paseriformes encontradas en el suelo de zonas donde este murciélago es habitual en periodos de migración de estas aves.
«Esto indica que, para facilitar el manejo y consumo en vuelo de presas tan voluminosas, les cortan las alas al comenzar a procesarlas», ha puntualizado el CSIC.
En total, los expertos habían identificado hasta 31 especies diferentes de aves que los murciélagos sí consumían, las cuales realizan los desplazamientos migratorios durante la noche, volando a gran altura. Estos resultados apoyaban la hipótesis de que los murciélagos cazaban a las aves en vuelo, pero aún faltaba documentar el proceso con detalle.