Un quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) en los Pirineos
Ciencia
El sorprendente hallazgo en antiguos nidos de quebrantahuesos en España: «Nos sorprendió»
El estudio, publicado en la revista Ecology, señala como los nidos datan de al menos el siglo XIII
El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) es un ave inconfundible y de gran tamaño, que puede sobrepasar los 2,80 metros de envergadura, lo que lo convierte en una de las rapaces. Asimismo, es uno de los animales más duros en ambientes de montaña gracias a sus excelentes aptitudes para el vuelo. El quebrantahuesos es, además, un especialista en toda regla, ya que se constituye en el último eslabón en el aprovechamiento de las carroñas, de las que consume sobre todo los tendones y huesos, que fragmenta dejándolos caer desde gran altura sobre las rocas.
De manera general, este buitre se encuentra principalmente en las regiones montañosas de Eurasia y África. Las poblaciones más importantes están en África oriental y meridional, así como en Asia central y el Himalaya. En Europa, su presencia se limita a unos pocos lugares, principalmente en España (Pirineos y cordilleras del sistema Ibérico y Cantábrico), Córcega, Creta y los Balcanes.
En este contexto, un equipo dirigido por Antoni Margalida, ecólogo del Instituto Pirenaico de Ecología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), habría llevado a cabo una exploración en una docena de nidos antiguos de quebrantahuesos en el sur de España, lugar donde esta especie desapareció hace décadas. Los investigadores estudiaron entre 2008 y 2014 los restos de estos nidos, revelando detalles totalmente desconocidos de estas aves. En concreto, los científicos observaron como en los nidos -cuidadosamente elaborados- había más de 200 objetos que las aves podrían haber 'reutilizado' como materiales de construcción.
Una sandalia de más de 700 años de antigüedad hecha con ramitas y hierbas tejidas es el artefacto más antiguo encontrado hasta la fecha entre los nidos de quebrantahuesos examinados
El estudio, publicado en la revista Ecology, señala como los nidos datan de al menos el siglo XIII –gracias a la datación por carbono de los objetos encontrados–. De entre los más de 200 materiales hallados, destaca una sandalia que tendría más de 700 años. Este calzado está confeccionado con esparto y fibras vegetales, aunque no es lo único destacado de este curiosos mercadillo.
«Sabíamos que el quebrantahuesos es una especie transportadora que puede llevar objetos a su nido para su construcción, pero nos sorprendió la cantidad de objetos encontrados y su antigüedad. Esto significa que estos yacimientos, utilizados durante siglos, son lugares de calidad que diferentes generaciones han utilizado para la reproducción», declaró el autor principal, Antoni Margalida, ecólogo del Instituto Pirenaico de Ecología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Jaca.
Un ejemplar de un antiguo nido de quebrantahuesos estudiado por los investigadores
Entre los objetos encontrados destaca una honda trenzada con esparto; una saeta de ballesta; un trozo pintado con ocre rojo proveniente de cuero ovino; piezas textiles. Junto a estos objetos los científicos encontraron más de 2.000 huesos de animales, cáscaras de huevo y fragmentos de lana, los cuáles se mantuvieron intactos gracias al microclima estable dentro de las cuevas donde anidan los quebrantahuesos. Esto se debe a las condiciones de baja humedad y temperatura moderada, que convierte este hábitat en un lugar idóneo.