
María Marte y Carlos del Amor, durante la entrevista
'La matemática del espejo'
La chef con dos estrellas Michelin que llegó a vivir con 27 euros al mes
María Marte empezó fregando platos en 2002 en Madrid y hoy es una reputada cocinera
Hace 20 años llegó a España, dejando atrás su República Dominicana natal y tres hijos. Hoy es una chef distinguida con dos estrellas Michelin. Carlos del Amor rememoró la bonita historia de superación de María Marte en La matemática del espejo.
En el origen está El Rincón Montañés, el único restaurante de su pueblo, Jarabacoa, donde su padre, Mariano, era cocinero y su madre, Diana, pastelera. Los dos han fallecido: «Desde el cielo me miran y están orgullosos de su pequeña hija. Soy la pequeña de ocho hermanos y soy la única que se dedica a esto».
Cuando era niña, el dueño del El Rincón Montañés ofreció a María fregar los cubos de los helados. A eso mismo se dedicó al llegar a España en 2002. «Estuve en un restaurante en plaza España. Mi primer trabajo fue fregando platos. Para poder sobrevivir, también trabajaba en una peluquería, por horas. Limpiaba, también», empezó contando. Cobraba 3,50 euros/hora.
Cocinando desde los ocho años
La cocina le tiraba desde niña. «Yo desde los ocho años estoy jugando con fogones. Cocinaba para ocho hermanos. Si es que se podía llamar cocinar a aquello… Arroz blanco con habichuelas». «¿Había mucha necesidad?», planteó Carlos del Amor. «Bastante», respondió escueta María.«A mí me gustaba fregar también. Siempre valoré fregar platos. Yo tenía un trabajo digno para ganarme la vida y mantener a mis hijos. Yo era padre y madre», recordó. Tenía un secreto cuando era friegaplatos: las canciones de Juan Luis Guerra. «Para mí una cocina sin música es como un huevo sin sal».
Cobraba y mandaba todo su sueldo a su país. Se quedaba solo con la propina. «Muchas veces eran 27 euros, no más. Vivía aquí con 27 euros al mes de bote, pero ellos allá no pasaban hambre». Su quedó huérfana al morir su madre pero no pudo cruzar el charco para despedirla: «No tenía dinero para ver a mi mamá muerta».

María Marte se emocionó durante varios momentos de la entrevista
Aunque estaba contenta fregando platos, decidió que había que dar un paso adelante. «Yo pedí la oportunidad para entrar a una cocina de la que yo no sabía nada. Aquí hasta las patatas se pelan diferente. Nunca había pelado con un pelador». Aceptaron su propuesta. Podría estar en la cocina, pero tenía que seguir fregando platos. Dijo sí. Así estuvo más de seis. Al límite: «Donde otros veían locura, yo veía la gran oportunidad de mi vida».
Jornadas de doce horas
Asume jornadas de doce horas, según sus propias palabras. Se convierte en mano derecha de un chef. Llega la primera estrella Michelin. Luego la segunda, a finales desde el 2011. El chef se va al llegar a este momento. «Tenía miedo. Reflexioné durante un par de horas. Yo era la chef, ya no la jefa de cocina». Mantuvo las dos estrellas. Ganó el Premio Nacional de Gastronomía y otro galardón a la innovación.
Le han dicho cosas muy bonitas de sus platos. La que más, esta: «Usted nos ha hecho llegar hasta Marte».
El futuro
Sigue soñando: «Estoy haciendo el proyecto de mi vida. Siempre quise tener un terreno que fuera grande, con un mínimo de diez hectáreas para poder construir un restaurante a mi manera y una pequeña escuela. Lo estoy haciendo. Estaré en mi pueblo con la gente que quiero».
Una historia de película que podría llegar, en efecto, a la ficción. «En varias ocasiones me han ofrecido hacer la película de mi vida. Vamos a ver qué pasa». Del Amor le pidió que diese un título: «De otro planeta», respondió. De cristalizar este proyecto audiovisual, le encantaría que su papel lo interpretase Zoe Saldaña. «He pensado muy alto», dijo antes de soltar el nombre de la actriz estadounidense. Ese ha sido, exactamente, el motor de su vida: pensar alto.