Pierce Brosnan, en una imagen de archivo
Cine
Pierce Brosnan no quiere que el próximo James Bond sea estadounidense
El puesto de 007 sigue vacante y sin un favorito claro
Pierce Brosnan, uno de los actores más emblemáticos en la historia de James Bond, ha expresado su firme postura respecto al futuro del icónico agente 007: el próximo intérprete del personaje no debe ser estadounidense, sino británico. Esta declaración se produce en el contexto de la reciente adquisición de los derechos creativos de la franquicia por parte de Amazon MGM Studios, que, tras alcanzar un acuerdo con los históricos productores Michael G. Wilson y Barbara Broccoli, tomará las riendas de las futuras producciones.
El destino de James Bond, creado por el escritor británico Ian Fleming, se encuentra en una encrucijada. Tras el adiós de Daniel Craig con su última película Sin tiempo para morir, el puesto de 007 aún permanece vacante, mientras se esperan decisiones cruciales sobre el futuro del personaje y quién será el encargado de dotarle nuevamente de vida.
En una entrevista con The Sunday Telegraph, Brosnan, el actor irlandés que encarnó a Bond en cuatro entregas, reflexionó sobre los cambios que se avecinan. Reconoció que el traspaso de poder era inevitable, pero también alabó la valentía de Wilson y Broccoli al tomar la difícil decisión de ceder el control a una nueva era. «Tengo plena confianza en que Amazon manejará el legado de Bond con dignidad, imaginación y respeto», afirmó el veterano actor, quien con 71 años no escondió su nostalgia ante los vientos de cambio que soplan en el mundo del cine.
Brosnan también se mostró orgulloso de haber sido parte de la historia y legado de la franquicia. «Las películas que hice con Barbara y Michael son un capítulo del cual siempre estaré agradecido», subrayó con cariño.Desde la primera aparición de Bond en Dr. No (1962), la franquicia ha estado bajo el control de la familia Broccoli, de ascendencia estadounidense y británica. Sin embargo, la adquisición de MGM por parte de Amazon en 2022 marca un punto de inflexión significativo, pues ahora el gigante del entretenimiento tiene el control total sobre los derechos de la propiedad intelectual, y por ende, sobre el futuro del agente secreto más famoso del cine.
