El viraje a la derecha de Mediaset: sus presentadores estrella, más críticos con Sánchez que sus informativos

La llegada de Francisco Moreno en noviembre de 2023 como nuevo Director de Informativos de Mediaset España, después de una reconocida trayectoria en los medios de comunicación escritos y audiovisuales, generó el primer gran fichaje de Telecinco: Carlos Franganillo, presentador hasta entonces del Telediario de La 1 que sería el encargado de sustituir a Pedro Piqueras, quien cerraba su ciclo en Mediaset tras 17 años presentando el informativo de la noche.

Los informativos de Telecinco, que durante años pelearon con Antena 3 por la primera posición, comenzaban a resentirse y perder espectadores. Mediaset y la nueva cúpula quisieron blanquear la fachada y hacer obras en el interior de una cadena que fue líder durante muchos años, en todas sus franjas con sus programas, muy fijados en el entretenimiento, el show y los sucesos.

Los programas-arrastre para los informativos no funcionan. Desapareció Reacción en cadena, presentado por Ion Aramendi que llegó a rozar el millón de espectadores con los Mozos de Arousa y era un gran apoyo al informativo de las 21:00. Fue sustituido por Agárrate al sillón, que promedia unos 700.000 espectadores, pero insuficiente para que Franganillo remonte y alcance, al menos, el millón de espectadores y pueda igualar o superar al Telediario de La 1.

Mientras Antena 3 posiciona sus informativos con una crítica clara y diaria al gobierno socialista, con la oferta contraria en La Sexta, el segundo canal de Atresmedia, Mediaset no ha logrado posicionarse para recuperar seguidores de la derecha o de la izquierda. Carlos Franganillo es «políticamente correcto», sistema antiguo de TVE. Pocas veces critica a Pedro Sánchez abiertamente, prefiere difuminar la crítica en el Gobierno: «El Gobierno trata de minimizar la polémica», «el Gobierno ha ordenado que preste auxilio un patrullero español», «el Gobierno español ha dicho que el buque Furor de la Armada Española no escolte a la flotilla en la zona de exclusión». Y con la oposición ocurre algo parecido.

Dada la tensión política que se vive diariamente, TVE ha optado por rellenar su programación con presentadores muy sectarios y pro Gobierno, Antena 3 mantiene su posición y mantiene su liderazgo por encima de los dos millones de espectadores. Telecinco se ha quedado en medio. No ofrece una columna vertebral informativa clara. Los que han decidido ejercer de críticos con el poder son Ana Rosa Quintana, claramente crítica con Sánchez: «Son las cinco y aún no he comido… chistorras» es una de las últimas frases pronunciadas en El Programa de Ana Rosa. Cada día le dedica un contundente editorial. «A la resistencia de Sánchez por defender la teoría de la conspiración contra Begoña Gómez, se le funden los plomos».

Otros tres presentadores, con menor contundencia que Ana Rosa, también son críticos con el poder: Joaquín Prat, antes desde Vamos a ver y ahora en El tiempo justo ha dejado su rúbrica en algunos momentos sobre Pedro Sánchez: «Nos dibuja -decía el presentador- un escenario que parece que estoy en una nube de algodón», o esta otra: «El país atraviesa el peor momento de la democracia».

Iker Jiménez desde Horizonte de Cuatro da voz a muchos críticos con el gobierno, e incluso él mismo, con habilidad, aprovechó la presencia en su programa de Víctor de Aldama, empresario y encausado en la trama de los hidrocarburos, y citó al presidente: «Dijo que lo de Víctor de Aldama 'era una inventada', pero todo lo que dijo se ha ido cumpliendo».

Nacho Abad, presentador de En boca de todos en Cuatro, tampoco se queda callado cuando hay que criticar: «Sánchez está rodeado de fango, cloacas y porquería». Y el mejor signo de que no «le quieren mucho» en el PSOE es su queja: «600 días llevamos sin que haya pasado por aquí nadie del partido socialista. Es un desprecio a los espectadores».

El problema de Telecinco es que no hay un posicionamiento claro, y que los informativos no coinciden con los programas. Las noticias son de carril, hay pocas novedades que marquen un camino distinto y propio. Y, sin grandes exclusivas, no despierta expectación ni atrae seguidores.