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25 de abril de 2024

Guillermo Hermoso de Mendoza

Guillermo Hermoso de MendozaHermoso de Mendoza - Pagés

Toros

Hermoso de Mendoza: «Lograr abrir la Puerta del Príncipe, con lo que supone eso y en el final de la temporada, es muy bonito»

«El apellido pesa y responsabiliza por lo que ha aportado mi padre, pero es un orgullo», explica el rejoneador en entrevista con El Debate

Cruzar la Puerta del Príncipe de Sevilla en la Feria de San Miguel ha sido para el rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza la rúbrica a una temporada pletórica en la que ha triunfado en plazas tan relevantes como Bayona, Logroño, Mérida, Zamora, Granada y en Madrid, en la plaza de toros de Vistalegre. A golpe de triunfo, en cuantas plazas ha hecho el paseíllo, Hermoso de Mendoza se ha erigido en el número uno de su escalafón cuajando una brillante temporada donde ha tenido que cargar sobre sus hombros la responsabilidad que supone ser el hijo de Pablo Hermoso de Mendoza. Rápido y vivaz en sus respuestas, como corresponde a su juventud, Guillermo Hermoso de Mendoza conversó con El Debate tras esta exitosa temporada, reflexionando sobre el toreo a caballo, su tauromaquia, sus actuaciones y el futuro que se abre ante él.
Guillermo Hermoso de Mendoza

Guillermo Hermoso de MendozaHermoso de Mendoza - Pagés

–Guillermo, ¿qué pensó cuando cruzaba a hombros la Puerta del Príncipe de Sevilla en la Feria de san Miguel?
–Estaba feliz por que ha sido el reflejo de la progresión de estos años de trabajo en casa, de preparación, con dos últimos años, complicados por lo vivido, pero que ha tenido sus frutos con la salida por la Puerta del Príncipe.
–Sienta bien un triunfo así.
–¡Hombre, por supuesto, creo que a nadie le sienta mal!
–Este triunfo supuso la rúbrica a una temporada en la que además es líder en el escalafón de rejoneadores, y eso no es fácil alcanzarlo.
–Ha sido una temporada atípica, por lo menos en comparación a la anterior, en la que no hubo casi festejos. En líneas generales ha sido una temporada en la que se han celebrado menos festejos y, además, ha sido muy complicada por todas las circunstancias que rodean la celebración de las corridas de toros, y porque en ciertas ferias se ha prescindido de la celebración del festejo de rejones. Pero, a pesar de todo, he podido torear en grandes plazas y he podido quedar el primero del escalafón logrando grandes triunfos en plazas muy importantes. Los triunfos que ha habido se han dado en plazas relevantes y, solo por eso, hay que estar, al menos, contento.
–Por citar algunos triunfos: Bayona, tres orejas y rabo; Sevilla, tres orejas; Logroño, tres orejas; Mérida, dos orejas y rabo; Zamora, dos orejas; Granada, cuatro orejas y en Madrid, en la plaza de toros de Vistalegre, dos orejas. ¿Con qué se queda de todos estos triunfos?
–Ha habido muchos matices en cada tarde y ha sido una temporada en la que he podido ir viendo la progresión de estos dos años de preparación en casa y que se ha ido haciendo realidad ante el toro y con los caballos. En ese sentido, ha habido tardes muy bonitas. Por ejemplo, recuerdo la de Bayona, en Francia, que fue una tarde muy complicada porque había llovido mucho, el ruedo estaba regular; la corrida fue de Domecq, un encaste que no lidia o no solemos torear a caballo, pero aún así me sobrepuse a todo y logré cortar tres orejas y rabo. Fue una tarde, en lo personal, que marcó un punto de inflexión importante en mi carrera. Después, por ejemplo, Sevilla, una plaza de primera y lograr abrir la Puerta del Príncipe –con lo que supone eso y en el final de la temporada– es muy bonito. La sensación que tengo es que ha sido una temporada importante porque triunfar en esas plazas que ha nombrado es muy relevante para mi carrera.
–Además, en la mayoría de estas tardes ha alternado con Pablo Hermoso de Mendoza, su padre. Si bien se puede interpretar como una manera de ir arropado, lo cierto es que verse anunciado con una figura histórica del rejoneo no debe ser fácil porque Pablo nunca se deja ganar la pelea, por nadie, cuando está ante la cara del toro.
–Las circunstancias de esta temporada han hecho que haya alternado con él muchas tardes, y la verdad es que tenemos mucha rivalidad entre nosotros, pero desde el máximo de los respetos y la admiración que le tengo. Fíjese cómo es esa competencia que recuerdo la tarde de Logroño en la que corté dos orejas a mi primer toro, y él, en su segundo toro, que era el cuarto del festejo, se fue a recibirlo a portagayola en una acción que nunca había hecho a lo largo de su carrera y ni tiene por qué hacerla ahora y, en cambio, se fue a recibir al toro a portagayola. Rivalizamos, sí, pero siempre desde la admiración y el respeto.
Guillermo Hermoso de Mendoza y su padre

Guillermo Hermoso de Mendoza y su padre, Pablo Hermoso de MendozaHermoso de Mendoza - Pagés

–¿Aprieta mucho alternar con él?
–Como el que más, porque él siempre ha sido muy competitivo con todos y, cómo no, conmigo también.
–Y, ¿pesa mucho el apellido Hermoso de Mendoza?
–Sobre todo, responsabiliza por lo que ha conseguido mi padre, pero es un orgullo llevar ese apellido.
–¿Cómo es el toreo según Hermoso de Mendoza?
–Mi padre ha llegado a rozar la perfección con ciertos caballos, y entre otros muchos aspectos de su tauromaquia, destacó, sobre todo, en el ajuste que se está alcanzando con el toro a la hora de realizar e interpretar las suertes. Un ajuste que es casi perfecto, muy puro, muy de verdad, muy auténtico. Torea con mucha templanza, suavidad, intentando hacer el toreo muy despacio, que es lo que caracteriza la pureza del toreo: llevar al caballo sin tirones, suave, acariciar la embestida del toro templado, armónico, de manera que fluya todo. Es muy complicado, pero ese es el toreo según Hermoso de Mendoza, una de las señas de la casa.
–Y para usted, ¿qué es el toreo?
–Es difícil describir lo que uno vive delante de la cara del toro porque todas las emociones, miedos, nerviosismo, la responsabilidad que asumes es difícil de explicar. Cuando estás delante de la cara del toro es cuando sientes el toreo y ese sentir es complicado trasladarlo a palabras. Surge la responsabilidad de querer estar a la altura de las circunstancias y del público e intentar que este salga de la plaza feliz. Procuro dar lo mejor de mí en cada tarde.
–¿Qué es lo que más le preocupa u obsesiona?
–Muchos factores, pero, por ejemplo, uno de ellos es la responsabilidad, a la que hacía referencia, para aprovechar las oportunidades. Estar ahí arriba, tener que triunfar, que salga el toro complicado y tenga que tirar de oficio y buscarme la vida para sacar faena de donde, aparentemente, no puede haberla y cortarle las orejas al toro. Esa responsabilidad es fundamental para que, siendo uno joven, se abra hueco y pelear por el triunfo y consolidarse. Cuando te ves acartelado en una plaza importante, la responsabilidad porque quieres estar bien, triunfar, agradar al público, es muy alta. Todo eso me preocupa porque en ello te va el triunfo y seguir progresando en este mundo del toro.
–En esas tardes que describe ¿qué pesa más, la presión del público, el toro, los compañeros? ¿Con quién rivaliza más?
–La presión, por los compañeros, condiciona, pero la verdad es que me fijo en mí. Es cierto que me fijo en mis compañeros y lo hago para tomar –de todos ellos– lo mejor que tienen y aprender. A mí me gusta mucho verlos en la plaza ante el toro, pero por la rivalidad siempre intentas estar mejor para quedar por encima de ellos. Aún así, me llevo bien con todos ellos y toreo con todos. He toreado con Andy, Sergio, Lea, Mario, con carteles abiertos, y me encuentro con todos ellos muy a gusto haciendo el paseíllo. No tengo ningún inconveniente ni problema con torear con mis compañeros; al revés, lo estoy deseando y estoy encantado.
Guillermo Hermoso de Mendoza

Guillermo Hermoso de MendozaHermoso de Mendoza - Pagés

–¿Y el toro no presiona? ¿Qué tipo de toro necesita para poder interpretar ese toreo a caballo tan puro, templado, ajustado, con calidad y sentimiento que interpreta?
–En ese aspecto es necesario un toro que se mueva, que tenga recorrido y ritmo, que humille y se rebose para atrás. Ese es el toro de ensueño, pero por la tauromaquia que interpreto necesito un toro que se mueva con emoción. Por el tipo de caballo que monto, los toros que se paran son con los que más me cuesta llegar a la gente. Necesito un toro que se mueva y tenga viveza para conectar con el público con mayor facilidad.
–Aunar la voluntad del hombre a través del caballo y acompasarlo todo a la embestida y acometida del toro parece magia.
–La verdad es que es muy difícil, pero lo mágico del toreo a caballo con la creación y ejecución de suertes nuevas, puras, con embroques muy ajustados, hacen del rejoneo un modo de torear que, a veces sí, es magia, porque la comunión entre caballo y caballero adaptado a la acometida del astado sí que suena a magia.
–Para lograr todo esto, ¿qué porcentaje hay de doma, de razón, de sentimiento, de entrenamiento, de intuición? Muchas veces a los rejoneadores se les ve como a unos alquimistas del arte del rejoneo cuando hacen converger la razón del torero, la voluntad del caballo y la acometida del astado.
–Tiene que haber, en todo, cierto compás, porque si no logras emocionar al público y, por tanto, no llega a producirse esa identificación y confluencia de todos los factores o elementos que conforman una corrida de toros o una faena, es complicado que surja entonces el arte a caballo. Por eso, hay que darle su sitio a la doma, a la razón, al sentimiento, al alma, a todo.
–En todo eso tuvo mucho que ver Pablo Hermoso de Mendoza. Él marcó un punto de inflexión en la manera de torear cuando nos enseñó cómo se toreaba con el caballo siendo este una muleta como la del toreo a pie, con los pechos de los caballos por delante, yendo muy de frente a la cara del toro y buscando un embroque muy ajustado, al tiempo que templado y elegante.
–Cuando salió Joao Moura, Vidrié, mi padre hubo un cambio importante en el modo de torear a caballo que ha hecho que ahora se estén alcanzando cotas muy altas de calidad, precisión, temple, limpieza, ajuste en las suertes… Ahora es difícil estar a la altura por el punto de perfección con el que se torea en estos momentos.
–A pesar de los triunfos rotundos de esta temporada y de que su fama le precede en el mundo del toro, es verdad que aún es novedad para la afición pues justo ahora, cuando estaba presentándose en todas las plazas –tras tu alternativa–, llegó la pandemia y lo puso todo del revés. Muchos igual no saben que ha crecido a caballo entre México y España. ¿Cómo ha sido su experiencia mexicana? ¿Existe diferencia entre el toreo en México y el toreo en España?
–A mí me ha correspondido vivir la mitad de mi vida en México y la otra mitad de mi vida en España. He pasado mucho tiempo en Latinoamérica, lo que me ha permitido conocer en profundidad la fiesta allí, el tipo de toro y el toreo porque cuando mi padre hacía o hace temporada allí le acompañaba mucho en sus actuaciones, por lo que es verdad que conozco mucho la fiesta de allí. Y son formas distintas de ver la tauromaquia, allí son más apasionados que en España, pero me encantan los dos países.
Guillermo Hermoso de Mendoza

Guillermo Hermoso de MendozaHermoso de Mendoza - Pagés

–Al estar su vida marcada por esa relación con el caballo y con el toro desde chico, ¿le ha sido más fácil llegar a donde ha llegado, siendo tan joven como es?
–Yo creo que todo ayuda. Desde niño me ha gustado mucho el toro y me ha gustado mucho aprender, ir a los tentaderos, hablar con los ganaderos. Creo que al final todo suma y te enriquece en cuanto a adquirir conocimiento y cultura taurina. El haber visto tantas corridas de toros de mi padre y tanto toreo a caballo, haberlo mamado desde pequeño, obviamente ayuda.
–En la época más poderosa de Pablo Hermoso de Mendoza todos los aficionados y profesionales nos sabíamos de memoria cuál era la cuadra de caballos que tenía. ¿Cuál es su cuadra actual, sus estrellas sobre el ruedo?
–Actualmente tengo una cuadra compuesta por caballos jóvenes y veteranos. De salida, están dos de los caballos que más han toreado, Jíbaro, que tiene seis años y es hijo de Disparate y me ha dado una seguridad muy importante este año, y Martincho, que es hijo de Caviar. Este debutó en México antes de la pandemia y está toreando aquí en España, es un caballo muy importante. En el tercio de banderillas destaca Disparate, que, en la actualidad, es la estrella de la casa. Con él también están Indico y Ecuador. Y para el último tercio han destacado dos caballos: Corsario, que es hijo de Pirata y se parece mucho al padre, y Esencial, que ha sido muy importante porque con él he puesto banderillas a dos manos y son caballos muy resolutivos que me ayudan mucho en la recta final de las faenas.
–Dicen que los caballos sienten, en todo momento, cómo está su amo. ¿Cómo es su relación con ellos?
–Es una relación muy especial, la verdad. El caballo es muy sensitivo y sabe en todo momento cómo te encuentras. Y en el trato es, salvando las distancias, como las personas, porque tienes unos que son los preferidos, a otros les das los mimos, con otros te aclaras con ellos a ratos, pero me llevo muy bien con todos, aunque siempre hay alguno que es el consentido.
–Finalmente, ¿hacia dónde intuye que va su evolución en el mundo del rejoneo?
–Quiero conseguir regularidad, poder llegar a confirmar en Las Ventas y poder estar anunciado en las grandes ferias y grandes plazas que aún no he podido debutar como Madrid, Valencia, Pamplona… Debutar en esas y otras plazas relevantes de España sería hacer realidad un sueño, pero depende mucho de si hago temporada americana y cómo diseñemos, finalmente, la propia temporada española, aunque lo que quiero es estar a la altura de todas esas oportunidades.
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