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23 de abril de 2024

Una imagen promocional de Mad men

Una imagen promocional de Mad MenGTRES

Quince años de 'Mad Men', la historia que hubiera confundido a Irene Montero

Hace tres lustros que se estrenó esta serie de televisión que muestra la vida en los años 60 a través de la mirada de unos publicistas neoyorquinos

Solo al final del primer capítulo de Mad Men se descubre casi líricamente que Don Draper, su protagonista, tiene una vida que no se intuye. Nada de lo anteriormente sucedido en ese episodio indica un desenlace semejante. Don Draper es el jefe de los creativos de una empresa de publicidad en la Nueva York de los 60. Una curiosa mezcla, la de esos hombres, de artistas y oficinistas.
Alcohólicos, la mayoría, fumadores empedernidos, adúlteros y machistas exhibicionistas, su historia, la historia de una época y una sociedad, bien podría ser una pesadilla terrible en estos tiempos en los que todo parece (solo parece) dado la vuelta. El tronco de la historia es Draper, un atractivo y brillante creador de eslóganes alrededor de cuyas tribulaciones secretas orbita la vida entera, incluso la del XXI medio siglo después.

Una rareza

Lo que parece verse en Mad Men es solo la parte del iceberg que sobresale en la superficie. Los otros siete octavos de su volumen sumergido, como decía Hemingway, es el retrato completo de la humanidad en su intimidad incólume, la que no se mueve nunca a pesar de los tiempos. En los despachos (la superficie) de Sterling-Cooper se bebe y se fuma sin cesar y, sobre todo, se mantienen relaciones, personales e incluso sexuales, que hubieran hecho hoy girar la cabeza de la ministra de Igualdad como giraba la cabeza de la niña del exorcista.
Mad Men hoy, solo quince años después de su estreno, se ha convertido en una rareza (entonces ya lo era), no solo por el efecto que podría producir en la ínclita Irene Montero y similares, sino para una sociedad que, efectivamente, parece haberse vuelto loca por acabar obsesivamente con los usos y costumbres que normalmente se acaban por el paso y el avance de los tiempos, sin necesidad de prisas, ni imposiciones por las que la sociedad se quiebra.
Solo las más fuertes mujeres de Mad Men consiguen destacar por encima de unos hombres que gobiernan el mundo de forma despótica. Pero también hay belleza en el mundo, en todos los mundos, también en aquel, donde la vida se abre camino como la naturaleza. Mad Men es una ciudad de asfalto repleta de flores que crecen por todos sus rincones.

Las cosas de la vida

Es la misma vida transcurriendo un día cualquiera, y luego otro, donde al final terminan por suceder todas las cosas que suceden en la vida, incluso las que parece que ya no suceden porque los tiempos han cambiado y los hombres ya no se comportan así, ni las mujeres se van a llorar al baño para que nadie las vea.
Lo que sucede, más allá de Mad Men (que es donde está su mayor grandeza), es que los hombres se siguen comportando así, aunque no lo parezca, de un modo u otro ahí adentro, y las mujeres siguen yéndose a llorar al baño para que nadie las vea (y viceversa, que es lo que antes no se decía), incluida Irene Montero.
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