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10 de mayo de 2024

Uno de los colegios estadounidenses volcados con la celebración del mes del Orgullo (Pride Month)

Uno de los colegios estadounidenses volcados con la celebración del mes del Orgullo (Pride Month)

El delirio 'woke' de Estados Unidos contra la Biblia: la censuran como revancha por la prohibición de libros 'queer' y LGTBI

La cifra de obras perseguidas es nueve veces mayor que hace 20 años, según la Asociación Estadounidense de Bibliotecas. Las más afectadas son las de temática LGTBI, razón por la que, como contrapartida, se han prohibido los textos sagrados del cristianismo en algunas escuelas de EE. UU.

Existe toda una corriente en Estados Unidos que todavía no ha abandonado la lucha contra la imposición ideológica, la censura y la llamada «inquisición queer». Estos grupos, en su mayoría formados por padres pero también por profesores, están especialmente volcados con la educación, tratando de que colegios y escuelas sean lugares de libertad y se respete el derecho de los progenitores a decidir sobre la educación de sus hijos.
Es por eso que ante el continuado crecimiento de la ideología de género en los colegios estadounidenses, diversas asociaciones y organizaciones de la sociedad civil, apoyadas por los gobiernos republicanos de diferentes estados, han promovido la retirada de algunos de estos libros, considerados «adoctrinadores».
La mayoría de los libros retirados abordan temas raciales o LGTBIQ+, o tratan cuestiones como la sexualidad, el suicidio o la drogadicción. Los autores más retirados y las obras con mayores peticiones son Maia Kobabe con Género Queer, George M. Johnson con No todos los chicos son azules y Toni Morrison con Ojos azules.
Otros autores, como John Green, Stephen Chbosky, Sarah J. Maas y Jesse Andrews, también han sido acusados de «adoctrinamiento sexual» y «blasfemia» por quienes consideran sus obras «sumamente inapropiadas para el público adolescente».

La revancha: contra la Biblia

Los censores han decidido «vengarse» y equiparar el contenido adoctrinador de los libros que defienden, entre los que se enseña y se anima a menores a practicar sexo oral, crearse perfiles en las aplicaciones de sexo o ser «curiosos» en sus relaciones afectivas con personas del mismo sexo, con la Biblia.
Algunos de los "libros pornográficos" que las asociaciones de padres proponen prohibir en las escuelas

Algunos de los «libros pornográficos» que las asociaciones de padres proponen prohibir en las escuelas

Por esta campaña, en el estado de Utah, en el oeste de Estados Unidos, algunas escuelas se han visto obligadas a retirar ejemplares de la Biblia de sus estanterías tras las acusaciones de «incluir contenido vulgar y violento».
El gobierno republicano de Utah aprobó en marzo una ley que prohíbe los libros «pornográficos o indecentes» en las escuelas, algo que causó controversia entre los sectores progresistas, que acusaron entonces a los promotores de la ley de «censores». Determinaron que estos libros se retiraran también de los lugares a los que pudieran tener acceso los menores, como escuelas y bibliotecas públicas, en los estados de Texas, Florida, Misuri y Carolina del Sur.

Comités revisores

La legislación, redactada por republicanos y respaldada por grupos conservadores como Utah Parents United (Padres de Utah Unidos) permite que cualquiera pueda solicitar que un comité revisara el contenido de libros para determinar si deben seguir disponibles para los menores. Desde su aprobación se han hecho cientos de solicitudes, casi siempre contra libros de contenido LGBTI. Pero ahora un padre o madre del distrito escolar de Davis, que tiene casi 74.000 estudiantes en 92 escuelas, apeló a la norma para exigir que se retirara la Biblia.
Así, la «revancha» ha llegado muy lejos, poniendo el foco en los textos sagrados del cristianismo, aunque sin aportar argumentos ni ejemplos de los pasajes que presuntamente podrían herir la sensibilidad de los alumnos por su «contenido violento y vulgar».
De igual forma, un distrito escolar de Texas retiró el año pasado la Biblia de las estanterías de la biblioteca tras las quejas de miembros del público que se oponían a los esfuerzos de los conservadores por prohibir algunos libros. También se han registrado peticiones en el estado de Kansas.

«Incesto, onanismo, violación...»

En la carta de queja se aseguraba que la Biblia es «uno de los libros con más sexo» que se pueden encontrar y recordaba que menciona «incesto, onanismo, bestialismo, prostitución, violación felación, dildos e incluso infanticidio». En el documento, de ocho páginas, que no se ha hecho público pero al que han tenido acceso medios locales, se omite sin embargo que la Biblia menciona esto para condenarlo, no para incitar a los menores a su práctica.
«¡Saquen esta pornografía de nuestras escuelas!», concluía, no sin ironía. Su texto también recurría a la sátira para dejar claro que pretende ridiculizar los vetos de cualquier libro. «Agradezco a la legislatura de Utah y a Utah Parents United que hicieran este proceso de mala fe mucho más fácil y mucho más eficiente. Ahora todos podemos prohibir libros y no necesitas siquiera leerlos o ser ajustado a la realidad», escribió.
Sin embargo, Utah Parents United ha denunciado que quien pidió la retirada de la Biblia estaba «haciéndolo claramente en un intento de minar a padres que trabajan diligentemente para proteger a niños de estímulos dañinos en escuelas». También inicialmente Ken Ivory, el congresista estatal republicano que impulsó la ley de Utah, denunció que la acción era una «burla y un truco político». «La ley tenía un propósito y este tipo de cosas son muy desafortunadas, es triste» dijo Ivory, que habló de «una bofetada a padres que simplemente intentan mantener un ambiente sano de aprendizaje para todos los estudiantes en escuelas».
En la misma línea, alguien solicitó que se retire de las aulas el Libro de los Mormones, el texto fundacional de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que tiene su sede central en el estado, donde son mormones casi 2,2 de los 3,4 millones de residentes. El adulto en ese caso señaló en particular a la violencia de ese libro, que incluye «descripciones de batallas, decapitaciones y secuestros».
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