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03 de mayo de 2024

Carmen Sánchez-Risco, autora de La primera mestiza (Harper Collins, 2023)

Carmen Sánchez-Risco, autora de La primera mestiza (Harper Collins, 2023)

Entrevista

Carmen Sánchez-Risco: «El mestizaje, no las violaciones, fue el rasgo diferenciador del imperio español»

La primera mestiza (Harper Collins, 2023) es la ópera prima de la autora trujillana, donde narra de forma literaria e históricamente excepcional la extraordinaria vida de Francisca Pizarro Yupanqui, hija del conquistador Francisco Pizarro y la princesa incaica Quispe Sisa Yupanqui

Carmen Sánchez-Risco no era novelista, sí escritora y guionista, pero ahora sí lo es o lo era, sin saberlo. Su ciudad natal, Trujillo, le inspiró para contar la gran historia de Francisca Pizarro, hija del conquistador Francisco Pizarro y la princesa incaica Quispe Sisa Yupanqui, hermana del rey Atahualpa. La editorial Harper Collins se interesó por la historia que en principio iba a ser un documental (y puede ser una serie de televisión) y le ofrecieron escribir un libro. Del guion a la novela había casi un viaje como el de su protagonista, del Nuevo Mundo al Viejo al que también llegó Carmen casi convertida en Francisca y en novelista, rima asonante en un libro que es un monumento como el Palacio de la Conquista.
Una obra que la autora presentó el pasado miércoles en el Instituto Cervantes junto a María Pérez de Herrasti, marquesa de la Conquista, y José Antonio García Belaunde, ex ministro de Relaciones Exteriores del Perú. Una conquista histórica, literaria y personal, donde el lector puede no solo conocer la historia impresionante de la hija de Pizarro, sino los detalles de su vivencia, los olores, los sentidos, los sentimientos en un viaje único, el de la protagonista y el del lector, que guarda buenas sorpresas de calidad literaria y de actualidad a propósito de la absurda y falsaria, ahora y siempre se puede decir con categoría, leyenda negra del imperio español.
Cubierta de La primera mestiza (Harper Collins, 2023)

Cubierta de La primera mestiza (Harper Collins, 2023)

–Es muy especial y difícil el uso de la primera persona que hace en el libro. Especial, difícil y muy atrayente para el lector.
–Normalmente se cree que es más fácil escribir en primera persona, sobre todo los que somos nuevos. Luego te das cuenta de que no. Meterse en el personaje, además, es complicado. Me ha venido a la cabeza Cinco horas con Mario y Lola Herrera, que cayó en una depresión después de haber estado durante dos años haciendo la obra todos los días religiosamente. Yo quería darle la voz a Francisca que nunca tuvo, la hija de Pizarro, la sobrina de un Pizarro, la esposa de un Pizarro que nunca tuvo entidad propia, Esta mujer sabía leer y escribir perfectamente y no se sabe dónde están sus cartas. Por todo esto era fundamental construir el relato en primera persona y de tal modo que podría decir que es como mi mejor amiga o mi hermana. Durante el proceso de escritura mi pareja puede decirte que desayunábamos con ella, viajábamos con ella… (risas). Luego hay partes de la vida de Francisca Pizarro que son desgarradoras y absolutamente tristes: un reguero constante de muertes. Intenté suavizar su historia sin faltar al rigor. Un duro proceso por el que he llorado y sigo haciéndolo.

Es interesantísimo constatar el hecho de que la mujer tenía mucha más libertad en muchos aspectos de lo que nos atrevemos a decir hoy en día o de lo que se considera hoy en día

–No es fácil encontrar literatura, incluso más allá de la literatura histórica, de la altura que usted muestra. Hay una completa identificación, no solo con el personaje sino también con la época, con los más mínimos detalles encantadores y no tanto…
–Es una mirada mucho más personal. Normalmente alguien en cualquier otra novela te va a contar los datos, pero no te va a contar las sensaciones o el miedo que se siente al cruzar el istmo de Panamá y abrirse el gran azul, el océano tenebroso, el mar tenebroso de los romanos. Me parecía que es muy importante para empatizar.
–¿No le parece que con un personaje femenino de esta entidad, con una vida tan rica, tan difícil, llena de avatares personales, históricos, en una época crucial de la humanidad, y viniendo un poco a la actualidad, algunas manifestaciones del feminismo actuales parecen una broma?
–A mí una cosa que me ha llamado mucho la atención después de investigar y estudiar, que esto no lo digo yo, que esto está en los documentos que cualquiera puede consultar en el archivo, es que a pesar de que es cierto que en el siglo XVI la mujer era considerada un ser de naturaleza defectuosa por todas esas teorías extrañas que tenían tanto los galenos como los filósofos, y que bebían también de muchas de las premisas o discursos de San Agustín en toda una confusa amalgama, es interesantísimo constatar el hecho de que la mujer tenía mucha más libertad en muchos aspectos de lo que nos atrevemos a decir hoy en día o de lo que se considera hoy en día.

Muchos de los principios que se reivindican ahora estaban mucho más vivos hace cinco siglos de lo que pensábamos o de lo que realmente se conoce

–La sororidad...
–Casi nos vamos a tatuar la palabra como si fuera algo tremendamente moderno y reciente, cuando realmente la sororidad, como el concepto de hermandad, de apoyo, de ayuda mutua entre mujeres, existe desde que el mundo es mundo. Francisca Pizarro sobrevive y podemos contar esta historia gracias a que las mujeres esconden, ayudan y custodian a Francisca y a su hermano. Los cronistas llamaban a esas mujeres las grandes matronas de Indias. Son mujeres que gozaron de más libertad en América, en el Nuevo Mundo. Muchos de los principios que se reivindican ahora estaban mucho más vivos hace cinco siglos de lo que pensábamos o de lo que realmente se conoce. Y esto se debe a la ignorancia absoluta porque nadie se toma la molestia de leer o de estudiar. Yo en en reuniones que he tenido con catedráticos de Historia muy importantes les he escuchado decir: «Oye, vamos a tener que empezar porque esto se va de madre».

El mestizaje como característica del imperio español es lo contrario al colonialismo

–El colonialismo del ministro Urtasun...
–Ese tipo de colonialismo está fuera de lugar. Lo que hizo Francisco Pizarro fue reconocer a sus hijos habidos con la hermana de Atahualpa, hermana que, por cierto, le entregó el propio Atahualpa. Esto es importante reseñarlo. No es que saltara como un jaguar sobre ella y la violara hasta la saciedad, ni nada parecido. Vamos a dejar esto claro. Atahualpa le dijo: «Pizarro, toma a mi hermana». Y entonces ellos se unieron, tuvieron dos hijos y lo primero que hace Francisco Pizarro es reconocerlos, pedir esa legitimación. Es interesante destacar que Pizarro no contrajo nupcias, es decir, no se unió eclesiásticamente, lo cual era bastante preceptivo y fundamental en la época. También es importante recordar cada poco tiempo que los matrimonios mixtos se legalizaron por parte de la corona española a principios del siglo XVI, cosa que en otros países no sucedió. Por ejemplo, los matrimonios interraciales en Estados Unidos hasta antes de ayer no estaban permitidos. Esto es muy significativo y pone de manifiesto y sobre la mesa que el rasgo diferenciador del imperio español por delante de cualquier otro imperio fue precisamente el mestizaje. El mestizaje, no las violaciones. El mestizaje es la seña diferenciadora de lo que hizo España en las Indias, contrariamente a lo que hizo el colonialismo. La gente vive muy engañada por este relato.

Los españoles no llegaron y dijeron: «Ya solo puedes hablar español». Se hicieron infinidad de gramáticas de muchas lenguas

–Como también desconoce, por ejemplo, la importancia que se le dio a las lenguas indígenas…
–Esas lenguas existían, como el quechua o el aimara. Los españoles no llegaron y dijeron: «Ya solo puedes hablar español». Todo lo contrario. Se hicieron infinidad de gramáticas de muchas lenguas. Si alguien pretende exterminar a una cultura y a una lengua, no se toma la molestia de hacer todo esto.
–La próxima vez que vaya a Trujillo quiero ver ese escudo de armas.
–Es una cosa insólita este escudo. No creo que exista otro escudo de armas de un conquistador en el mundo que esté flanqueado o custodiado por una princesa incaica y una mestiza. El hecho de que ese busto de Quispe (la madre de Francisca) esté ahí es obra de Francisca y una seña de mestizaje única.
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