Fundado en 1910
Andrés Amorós
Crónica deAndrés AmorósSevilla

Elogio y nostalgia de la variedad, en el toreo

Solo una faena de Borja Jiménez, generosamente premiada con dos orejas, palía el tedio de una tarde plúmbea

Act. 02 may. 2025 - 22:55

Borja Jiménez se planta ante el segundo de su lote, al que cortó las dos orejas

Borja Jiménez se planta ante el segundo de su lote, al que cortó las dos orejasEFE

Acuden esta tarde los aficionados a la Maestranza rememorando lo que hizo el día anterior Morante; sobre todo, sus largas, esos lances a una mano, rematados por alto, que ya han pasado a la historia: un prodigio de improvisación, que fue posible por su inspiración, su torería y su conocimiento del amplio repertorio clásico.

Llovizna y sale el sol, en Sevilla, sopla el viento; al caer la tarde, hace frío. Los toros de Jandilla, muy deslucidos, provocan una corrida muy decepcionante. Como decían los revisteros, se «escuchan» cinco silencios, en los cinco primeros toros. Sólo el último, manejable, permite el triunfo de Borja Jiménez, gracias a su entrega y a una buena estocada.

En su reaparición, Sebastián Castella está toreando con más ilusión y con buena técnica; sus puntos débiles siguen siendo la longitud de las faenas y la espada. Acude a porta gayola en el primer toro, que queda corto, protesta, embiste con sosería. Se lucen Viotti, con los palos, y Chacón, en un gran capotazo. Vandálico –así se llama– no es devastador, como era este pueblo godo, sino que carece de emoción. El trasteo de Castella, simplemente correcto. No ha pasado casi nada.

El cuarto derrota por alto, pega arreones peligrosos, flaquea. Castella aguanta las descompuestas embestidas: una faena con más mérito que lucimiento. Mata con decisión.

Reaparece, después de su percance en Fallas, José María Manzanares, tan querido aquí como lo era su padre. Recibe con buenas verónicas al segundo, corto, rebrincado; en cuanto le baja la mano, flaquea. Con esfuerzo –y muchas voces– le saca algunos muletazos. Acierta con un eficaz espadazo, entrando rápido.

El quinto sale echando las manos por delante, hace un mal tercio de varas. Eficaz Trujillo, como siempre, en banderillas. Para lograr cada una de las embestidas, José María ha de repetir «¡Je!» cinco veces. (Ése es el signo claro de la pérdida de casta, en muchos toros actuales, me decía Alfredito Corrochano). El bondadoso público se desespera. Con su personal estilo, Manzanares deja una buena estocada.

Lleva una temporada larga de triunfos Borja Jiménez, gracias a su entrega, su oficio clásico y su ambición. En Sevilla, su tierra, tenía que refrendarlo.

El tercer toro luce una capa poco frecuente: según la reseña oficial, es albahío. Se llama así al toro de color blanco amarillento, pajizo; es parecido a un jabonero claro pero suele tener las mucosas nasales y el hocico de color rosado. Lo menciona en un poema el muy taurino Rafael Alberti: «¿Albahío, amarillento, / monte cuajado de espuma (…) De ese toro enamorado, / ¿no adivinas ya el color?»

Pase de pecho de Borja Jiménez ante ese toro albahío, tan poco frecuente

Pase de pecho de Borja Jiménez ante ese toro albahío, tan poco frecuenteEFE

Muletazo de Jiménez a dicho toro, el primero de su lote

Muletazo de Jiménez a dicho toro, de nombre 'Ilusionista' y 540 kilos, el más pesado del festejoEFE

Pero el hábito no hace al monje; ni la capa, al toro bravo: este bonito albahío escarba, mansea, pega arreones, se va. Sorprende Borja brindando un toro tan deslucido: lo sujeta bien por bajo, mandón, con mucho oficio. Después de unos pocos pero buenos naturales, el toro se para. No hay nada más que hacer. Mata a la segunda.

A la altura del último, algunos espectadores han huido; los demás, combatimos como podemos el frío y el peso de la plúmbea tarde. El toro, burraco, aprieta en banderillas. Rompe Borja el helado ambiente con dos muletazos cambiados, en el centro del ruedo. El público está deseando ver algo y el diestro, con su entrega, se lo da. Suena por primera vez esta tarde –y de modo prematuro– la música. A los sones del pasodoble Juncal, Jiménez cita de frente, liga bien los muletazos; como de costumbre, el benévolo público aplaude más los circulares, sólo vistosos. Metido entre los pitones, muy quieto, le saca algunos muletazos lucidos. Mata esta vez con gran decisión, logra una estocada de rápido efecto: el público pide premio y el Presidente concede las dos orejas. Nunca doy demasiada importancia al número de trofeos pero creo que el buen Presidente José Luque, esta vez, se ha pasado de generoso con la segunda oreja, aunque este público la haya pedido. No era ésa la exigencia tradicional, en la Plaza de los Toros de Sevilla.

El diestro muestra al público las dos orejas cortadas a 'Jugarreta', de 525 kilos

El diestro muestra al público las dos orejas cortadas a 'Jugarreta', de 525 kilosEFE

¿Por qué he recurrido hoy a tantas citas de poesía, en esta crónica? Es bien fácil de comprender. Sin toros encastados, falla todo.

POSTDATA. La rutina, la monotonía, es la gran enemiga de cualquier arte, incluida la Tauromaquia. En nuestro Siglo de Oro, muchos poetas citaron al italiano Serafino Aquilano: «Che, per tal variar, natura é bella». Lo comenta Cervantes: «Dicen que la variación / hace a la naturaleza / colma de gusto y belleza / y está muy puesto en razón». Cambio yo, para adaptarlo al toreo, el título de Marañón: «Elogio y nostalgia de Toledo».

El buen aficionado disfruta con la variedad de capas, de encastes y de comportamiento de los toros; con la variedad de lidias, estilos, muletazos y lances de los diestros. Por eso, entre otras cosas, vamos a seguir recordando mucho tiempo la serie de largas que encadenó el jueves, en la Maestranza, José Antonio Morante de la Puebla.

FICHA

  • Sevilla. Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería. Feria de Abril. Viernes 2 de mayo. Lleno aparente.
  • Toros de Jandilla-Vegahermosa, muy deslucidos, salvo el manejable sexto.
  • SEBASTIÁN CASTELLA, de nazareno y oro, casi media estocada perpendicular (silencio). En el cuarto, estocada (silencio).
  • JOSÉ MARÍA MANZANARES, de azul marino y oro, estocada (silencio). En el quinto, buena estocada (silencio).
  • BORJA JIMÉNEZ, de naranja y oro, pinchazo y estocada desprendida (silencio). En el sexto, buena estocada (dos orejas).
comentarios
tracking