Imagen de archivo de un concierto de Coldplay
Coldplay pide amor, Bob Vylan se regodea: la reacción de los artistas a la muerte de Charlie Kirk
La muerte de Charlie Kirk ha dejado un reguero de reacciones que muestran la profunda división de la sociedad por cuestiones puramente ideológicas
Un hombre muere asesinado de un disparo en la garganta. Su único delito: hablar. Hablar, además, en un país democrático, como Estados Unidos, donde la libertad de expresión es mucho más que un principio constitucional: es un pilar de su identidad nacional. Es su razón de ser como Estado independiente.
Y, sin embargo, Charlie Kirk murió por expresar sus ideas. Por expresarlas de una manera educada. Las ideas que defendía no eran la lapidación de ningún colectivo, como se ha asegurado, ni el odio por razones de raza, como también se ha dicho.
Charlie Kirk defendía un mundo basado en valores, en tradiciones, en verdades inmutables que permitieran al hombre moderno encontrar un asidero al que agarrarse en medio de la tormenta de la sociedad líquida, donde el común de los mortales no encuentra ningún punto de referencia sobre le que construir su vida.
Kirk, abiertamente identificado con el Partido Republicano y partidario de Donald Trump, defendía la familia, el derecho a la vida del no nacido, las raíces cristianas de Estados Unidos y del mundo occidental, el derecho de los países a defender su soberanía e independencia frente a intentos de injerencia de oscuras agendas internacionales y el derecho a controlar las fronteras para regular los flujos migratorios.
Sin embargo, esas ideas y el modo de defenderlas le granjearon un odio irracional, un odio a muerte de sus rivales de izquierda. Rivales que, por lo general, presumen de tolerancia y de socialdemocracia.
El mundo de la cultura reaccionó de muy diferentes maneras ante la muerte de Kirk. Están quienes, como tantos usuarios de redes sociales anónimos, se han alegrado abiertamente de su muerte y la han celebrado ante las cámaras de su ordenador sin ningún tipo de vergüenza ni reparo.
Las reacciones trivializando o directamente celebrando la violencia y el asesinato por parte de jóvenes universitarios alineados ideológicamente con la izquierda y el Partido Demócrata ha dejado en shock a gran parte de la sociedad estadounidense.
Muchos militantes de izquierdas han celebrado el asesinato de un opositor político como si de una victoria, y no un crimen atroz, se tratara.
De repente, las advertencias sobre la polarización en Estados Unidos y el riesgo de una guerra civil ya no parecían tan exageradas. La ideología woke, inoculada con perseverancia durante años por parte de las legislaciones Obama y Biden han servido para deshumanizar al rival ideológico, al que no se le da ninguna concesión: o te sometes o eres mi enemigo mortal.
Reacciones como la del dúo de raperos británicos Bob Vylan. Su vocalista, durante un reciente concierto en Ámsterdam llamó entre risas «absoluto pedazo de mierda de ser humano» a Charlie Kirk, provocando los vítores y aplausos de su público.
Acto seguido preguntó si había francotiradores en la sala y advirtió que «si dices tonterías, te van a dar una paliza», para terminar invitando a los asistentes a ir de cacería de sionistas por las calles: «¡Que les jodan a los fascistas, que les jodan a los sionistas! ¡Id a buscarlos a las calles!».
Unas frases que pronunciadas en Ámsterdam, ciudad que padeció particularmente la violencia antisemita durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial, suenan particularmente condenables.
Siguiendo el manual woke de negación de la realidad, el rapero de Bob Vylan negó al día siguiente que hubiera celebrado la muerte de Kirk, a pesar de que los demás usuarios inundaron su perfil del vídeo donde se le veía haciendo eso mismo, celebrarla.
Más sonado fue la reacción del exitoso escritor Stephen King. De promoción de la película que adapta su novela La larga marcha, el autor no habría elegido peor momento para meterse en un charco con la muerte del comunicador.
El autor de It pareció justificar la muerte de Charlie Kirk al asegurar en redes sociales que «abogó por lapidar a gays hasta la muerte», una afirmación absolutamente falsa.
Obviamente, el comentario se llenó de respuestas en que demostraban que esa acusación era falsa, Kirk nunca abogó por violencia de ningún tipo y nunca pronunció palabras de odio hacia los homosexuales.
El mismo senador Ted Cruz le contestó llamándole «horrible mentiroso, malvado y retorcido» y recordándole que el Partido Demócrata «envió 100 mil millones de dólares al Ayatolá, quien sistemáticamente asesina homosexuales».
Consciente de su error, o tal vez temeroso de que una polémica semejante se tradujera en una campaña de boicot a su película, Stephen King eliminó el mensaje y pidió disculpas. Mensaje de disculpas que copió y pegó en prácticamente todas las respuestas donde le reprochaban que difundiera bulos justificando un asesinato. No sirvió de nada. La larga marcha es un fracaso en cartelera.
Por su puesto, no todos los artistas han tenido una actitud despreciable ante un asesinato político de un hombre inocente. De hecho, son también muchos los casos de artistas que no han tenido miedo a la intolerancia y a la cancelación sectaria de los lobies de izquierdas y han condenado el asesinato y se han solidarizado con su mujer e hijas.
Así, por ejemplo, el actor Chris Pratt, protagonista de la saga de películas de Marvel Guardianes de la Galaxia, o de la trilogía de Jurassic World, publicó en redes sociales un mensaje de consuelo para la familia de Kirk: «Rezando ahora mismo por Charlie Kirk, por su esposa e hijos pequeños, y por nuestro país. Necesitamos la gracia de Dios. Que Dios nos ayude».
No es difícil adivinar que tras el mensaje hordas de usuarios de izquierdas exigieron la cancelación inmediata de Chris Pratt y que se le cerraran las puertas de Hollywood.
La escritora JK Rowling, autora de la saga de Harry Potter y firme defensora de los derechos de las mujeres frente a la ideología trans, publicó en su canal de Twitter una breve reflexión en la que afeaba a quienes celebran los asesinatos que «si crees que los opositores políticos deben ser castigados con violencia o la muerte, eres un terrorista».
Pero el caso más sonado fue el de Coldplay. La banda británica, durante un reciente concierto en Londres, invitó al público a levantar las manos y «enviar amor a todo el mundo en cualquier parte», «incluida la familia de Charlie Kirk».