Muhammad Ali esquiva un golpe de Joe Frazier
Vendidos por un millón de dólares los dibujos de Muhammad Ali
De las 26 obras del boxeador subastadas en Nueva York, 'Sting Like a Bee' obtuvo un precio de 425.000
Por The Rumble of the Jungle, el combate de boxeo celebrado en Kinsasa, Zaire (actual República del Congo), entre Muhammad Ali y George Foreman en 1974, el nacido como Cassius Clay se embolsó la, entonces (y hoy), enorme cantidad de cinco millones de dólares. Tres años antes había ganado tres millones contra Joe Frazier.
En 1976 se embolsó seis por fajarse contra el luchador profesional de artes marciales, Antonio Inoki. Cuatro años más tarde, en 1980 (uno después de su retirada), anunció su vuelta al cuadrilátero contra Larry Holmes por una bolsa de ocho millones de dólares.
A la muerte del autodenominado como «el más grande» se supo que su fortuna ascendía a más de 75 millones para repartir abintestato entre sus herederos. Eso parecía todo el dinero que el boxeador más famoso de la historia, el mismo que le prometía a Sonny Liston «flotar como una mariposa, picar como una abeja», podría ganar, porque nadie podía pensar que sus pinturas, más bien dibujos, se venderían por un millón de dólares.
De las 26 obras subastadas en la galería Bonhams de Nueva York, procedentes de la colección de su amigo Rodney Hilton Brown, un boceto llamado precisamente Sting Like a Bee («picar como una abeja»), dibujado en 1978, se vendió por más de 425.000 dólares a un coleccionista de objetos de Ali. Un lienzo de 1979, con las palabras «I love you America» junto a un corazón y banderas estadounidenses, se vendió por 150.000. 24.000 alcanzó un boceto de 1967 hecho a rotulador donde se representaba un linchamiento, según informa la agencia Reuters.
El «pulgar de Dios»
Como si los dibujos los hubiera hecho con el «pulgar de Dios» al que se refería Norman Mailer en su relato (The Fight) sobre el famoso combate entre Ali y Foreman: «Podría decirse que los pesos pesados son los más lunáticos de todos los boxeadores. Cuanto más se acercan al título de campeón, más natural es que asuman una locura secreta, pues el campeón de los pesos pesados bien puede ser considerado el hombre más fuerte del mundo. Y es muy probable que en efecto lo sea. Es como convertirse en el pulgar de Dios».
Cualquiera diría que Ali en la pintura, tras vender sus dibujos por un millón de dólares, como en el ring y como decía Mailer: «Con una técnica elaborada desde los doce años, Clay sabía cómo hacer que el oponente se sintiera ridículo, obligándolo de este modo a cometer errores cruciales…».
