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29 de marzo de 2024

Elena Gual

La pintora Elena Gual, frente a uno de los cuadros de la serie The Imperfect Perfect

Entrevista

Elena Gual, la artista española que triunfa en Nueva York: «Es esencial separar al autor de la obra»

La joven presenta The Imperfect Perfect en Manhattan, una colección de cuadros basados en la diversidad de las mujeres y realizadas a través de la técnica de la espátula

Nació en Palma de Mallorca, pero su pasión (y su talento) la han llevado hasta algunas de las grandes cunas del arte, como Londres o Nueva York. Elena Gual supo desde muy pequeña que la expresión artística era parte de ella, así que tuvo el privilegio de estudiar en algunas de las mejores escuelas de arte del mundo.
Se formó como pintora clásica en la Academia de Arte de Florencia. De ahí pasó a la prestigiosa Central Saint Martins para matricularse después en la Royal Academy de Londres. Al terminar sus estudios, Gual siguió pintando diferentes retratos por encargo, hasta que sufrió una reacción alérgica a la trementina que utilizaba para limpiar los pinceles, lo que la llevó a desarrollar una nueva técnica.
Drew Aaron, fundador de Gallery RED, una de las galerías más reconocidas en España, se fijó en sus fuertes brochazos y su visión, y decidió representar en exclusiva a Gual a nivel mundial. A sus 45 años, el empresario estadounidense es considerado uno de los mayores coleccionistas de arte menor de 50 a nivel mundial y ha llegado a bautizar a Elena Gual como «el siguiente Picasso».
Elena Gual comenzó mirando el mundo a través de su cámara, para luego traspasar su visión al lienzo. Comenzó con paisajes pero pronto le empezaron a interesar los rostros y los cuerpos, sus diversas formas y expresiones y los cánones de belleza asociados a ellos. Es en este ámbito donde ha encontrado la mayor acogida: ahora, sus cuadros se exponen en la galería Voltz Clarke, en el Lower East Side de Manhattan, después de hacer sold out en Londres. La entrevistamos en El Debate.
La pintora mallorquina Elena Gual

La pintora mallorquina Elena GualLeonardo Condor

–Hay dos temas originales en tu pintura. Por un lado, la técnica; por otro, la temática. ¿Qué te inspira para crear?
–Sinceramente, imagino que, como a la mayoría, me va por épocas. Me inspira aquello que me inquiete en el momento y considere relevante. En su día fueron paisajes únicos que tuve la oportunidad de fotografiar previamente. Ahora mismo la mujer es mi mayor inspiración. Aunque ya tengo otros proyectos diferentes en mente y no me quiero cerrar a nada.
–En cuanto a los temas, ¿por qué representas exclusivamente a mujeres?
–Llevo centrándome en la figura de la mujer desde que en mis viajes a países tercermundistas pude sentir en primera persona la gran desigualdad entre hombres y mujeres. Ahí pude captar su esencia con mi cámara y volvía a Palma con muchas ganas de llegar al estudio y retratarlas. Quería darles voz. Fue un proceso muy natural. Supongo que me siento cómoda retratando a la mujer en toda su diversidad.
–Las muestras de todas las razas y de cuerpos diversos. ¿Por qué? ¿Hasta qué punto es importante la representatividad?
–Pienso que vivimos muy condicionados por las redes sociales. Cada vez vemos más estadísticas y datos alarmantes sobre la frustración a la que nos lleva el querer formar parte de los cánones de belleza marcados por la tendencia del momento. Sobre todo en los jóvenes. Intento dar voz a este problema, poner mi granito de arena para eliminar el concepto del cuerpo perfecto.
–Tus obras son un «homenaje» al cuerpo femenino. ¿En qué sentido lo homenajeas?
–Cuándo empecé mis clases de pintura en la Universidad de Florencia, practicaba unas 4 horas al día el desnudo, diferentes modelos posaban para los alumnos y a veces llegábamos a pintar los mismos cuerpos durante tres o cuatro meses. Aprender anatomía y pintura a la par fue una experiencia increíble, pero al hacerlo de una manera tan precisa en la cual solo se alagaba el realismo adquirido en estos, echaba de menos la expresión que podía llegar a alcanzar, dando voz a la sensibilidad de sus cuerpos y seguridad de estos. Hace un año estaba con amigas hablando de distintos trastornos alimenticios que mujeres cercanas habían tenido por distintas inseguridades y este recuerdo me vino a la mente. Fue ahí cuando quise reflejar en mi nueva serie de trabajo la sensibilidad y fuerza de esas mujeres que un día pinté durante tanto tiempo, llevándolo a un terreno donde la igualdad se expresa en todos los sentidos.
–Investigas sobre «cómo los medios de comunicación del siglo XXI, exacerbados por el impacto de las redes sociales y las técnicas publicitarias generalizadas, perpetúan la idealización de las formas femeninas». ¿Crees que esto sigue siendo así?
–Creo que ya todos nos estamos dando cuenta de que el cuerpo perfecto no existe y las marcas se están sumando a la tendencia de incluir todo tipo de cuerpos en sus campañas. Más vale tarde que nunca. Aún así, siento que tenemos mucho trabajo por delante.
–En cuanto a la técnica, ¿por qué con la espátula?
Todo empezó por una reacción alérgica al aguarrás, que era necesario para limpiar los pinceles. A punto de despedirme de mi carrera artística probé la espátula de forma casual y toda esa tristeza que me trajo el no poder seguir pintando se convirtió en fuerza y ganas.
Uno de los retratos con espátula de Elena Gual

Uno de los retratos con espátula de Elena Gual

–¿Qué intención hay en esa forma de desdibujar rasgos, de sólo apuntarlos?
–Me gusta dejar que cada uno complete la imagen a su gusto. Al principio de la pandemia leí que cuando vemos a un desconocido con mascarilla el cerebro trata de completar la cara de a su gusto. Me gusta pensar que con mis cuadros pasa algo parecido.
–Dice Drew Aaron, fundador de Gallery RED, que eres «la nueva Picasso». ¿Es un maestro para ti?
–Picasso es uno de mis mayores referentes. Inigualable como pocos. La verdad que me abruman las comparaciones de este calibre, pero viniendo de alguien como Drew es todo un orgullo. Me siento muy afortunada de trabajar con él y con su equipo.
–Ahora se celebra el Año Picasso, y precisamente su forma de tratar a las mujeres choca con tu homenaje y tu reivindicación feminista...
–Me parece esencial para los que amamos el arte en cualquiera de sus formas el separar al autor de su obra. Muchos de mis artistas favoritos no son precisamente personalidades a las que me quiera asemejar en absoluto. Lo veo como dos mundos completamente diferentes y no creo que haya que mezclarlos. Si lo hiciéramos, tendríamos demasiado trabajo de calidad que no podríamos apreciar. El apoyar o no la vida personal de Picasso sería otro tema de conversación totalmente distinto.
–Hiciste sold-out en Londres y ahora llegas a Manhattan. ¿Cómo está siendo la experiencia para ti?
–Está siendo algo inolvidable. En mis primeros contactos con Gallery RED les comenté que exponer en Nueva York era uno de mis grandes sueños. En solo unos meses lo hicieron posible. Estoy eternamente agradecida.
–¿Por qué crees que triunfa tu visión, The Perfect Imperfect? ¿Estamos necesitados de que nos digan que nuestras imperfecciones son perfectas?
–Creo que es lo que todos pensamos realmente, pero como decíamos antes, vivimos muy condicionados por cumplir con los cánones establecidos. Por suerte se puede ver una gran tendencia de querer ser uno mismo sin pensar en el qué dirán.
–Lanzas esta colección en colaboración con La Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación. ¿Por qué con ellos?
–Precisamente, los trastornos de alimentación es uno de los resultados más frecuentes que conlleva la falta de amor por tu cuerpo y es más común de lo que creemos, por no hablar de la depresión y problemas aún más graves. Creo que hacen un gran trabajo y es un buen punto de partida para concienciar a las personas afectadas.
–En cuanto a tu formación, empezaste a pintar con 3 años. ¿Te viene de familia? ¿Cómo nació en ti el amor por el arte?
–Mi bisabuelo era un gran pintor, aunque yo no tuve la oportunidad de conocerle. Quiero pensar que lo heredé un poco de él. Creo que como cualquier pasión no es tanto cuando empieces, sino cómo la mantienes o cómo cuidas esa pasión. Mi amor por pintar y dibujar nació, supongo, como le nace a cualquier bebé. El caso es que yo quería seguir pintando y dibujando a toda costa.
–¿Quién ha influido más en ti?
–Mi abuela y mi madre. Creciendo con ellas, tuve la suerte de poder tener a mujeres independientes como referentes desde una temprana edad. Hay un poco de ellas en cada obra
–¿Qué pintores contemporáneos admiras?
–Llevo tiempo enamorada del trabajo de Flora Yukhnovich, Inès Longevial o Jenny Saville, entre otros muchos.
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