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El saqueo de Roma por los bárbaros

El saqueo de Roma por los bárbarosJoseph-Noel Silvestre

`Barbaricum', o la importancia de los bárbaros

Del mito de la ruina al relato del cambio en el final del Imperio romano de Occidente

La Antigüedad tardía (ss. IV-VII d.C.) ha sido un período histórico tradicionalmente relegado a un papel secundario en la mentalidad popular, excepto, eso sí, cuando de hablar del origen del ciclo artúrico se ha tratado. Pero no se puede culpar de ello a las modas o a la cultura de masas, pues en algunas tradiciones historiográficas este período también se ha marginado en el plano académico. Aún hoy se pueden escuchar palabras y presenciar gestos paternalistas y condescendientes dirigidos a aquellos que se dedican al estudio de la Tardoantigüedad.

Lejos de ser un punto de vista objetivo, bien parece una muy humana concupiscencia llamada envidia. Así, por ejemplo, en ámbito ibérico, hasta hace unas cuatro décadas podía percibirse un exasperante vacío de más de siglo y medio entre la entrada de los pueblos germánicos en la Península, a comienzos del siglo V, hasta la conversión al catolicismo de Recaredo en el III Concilio de Toledo de 589. Por suerte, esta situación tomó un significativo cambio de rumbo a mediados de los años ochenta, seguramente potenciado por la publicación una década antes, en 1971, de la fundamental obra The World of Late Antiquity de Peter Brown. Nombres como los de los historiadores Javier Arce, Gonzalo Bravo y Rosa Sanz, entre otros, quedaron inextricablemente unidos al desarrollo de joven disciplina de la Antigüedad tardía.

Cubierta de 'Barbaricum'

Síntesis (2025). 356 páginas

Barbaricvm. Migraciones, ejército y fronteras en el final del Imperio romano

Rosa Sanz Serrano

Precisamente Rosa Sanz Serrano, catedrática de Historia de Roma en la Universidad Complutense de Madrid, y autora de numerosas publicaciones tanto académicas y como divulgativas, fue una de aquellas personalidades pioneras en la nueva historiografía española sobre la Antigüedad tardía. Posiblemente su obra más conocida por el común sea su Historia de los godos (2009), una loable propuesta para que cualquier tipo de lector (conocedor de la lista de los reyes godos o no) pudiera adentrarse en el interesantísimo periplo de los godos desde su origen escandinavo hasta su construcción de uno de los primeros reinos germánicos de Occidente sin necesidad de leerse la Getica de Jordanes. El último libro de Sanz Serrano es el que aquí nos ocupa: Barbaricvm. Migraciones, ejército y fronteras en el final del Imperio romano de Occidente (Síntesis, 2025), complemente de «un trabajo más antiguo […], Las migraciones bárbaras y los primeros reinos de Occidente (1995), ahora enriquecido con una parte del resultado de mis investigaciones de los últimos años», en palabras de la propia autora. Sanz Serrano, no quepa duda, es una de las grandes especialistas de nuestra historiografía en migraciones germánicas y el Barbaricum, denominación dada por las fuentes antiguas al espacio ocupado por «las comunidades asentadas más allá del denominado limes renano-danubiano […], denominados genéricamente por la historiografía como los bárbaros o externae gentes».

Así, «este libro analiza las circunstancias que durante esos siglos [III al V d.C.] aceleraron el proceso de descomposición de las estructuras del poder romano en las provincias occidentales», y lo hace a través de ocho capítulos, precedidos de una somera introducción y culminados por una breve aunque iluminadora selección de textos fundamentales de, entre otros, Amiano Marcelino, Salviano de Marsella o Jordanes. El capítulo primero se adentra en la construcción de la idea de frontera y quienes habitan fuera de esta en el mundo clásico, donde se subraya especialmente que nuestro conocimiento de los «pueblos bárbaros», o externae gentes, se debe a las noticias transmitidas por griegos y romanos. El capítulo segundo aborda el Barbaricum desde los movimientos de pueblos hasta la integración de los bárbaros en las estructuras romanas (el ejército y la administración) y la entrada de comunidades al completo dentro del limes. El capítulo tercero inaugura el recorrido propiamente histórico de los bárbaros en la Antigüedad tardía, desde la llamada «crisis del siglo III» hasta la aparición en la historia del llamado «soldado Diocles», más conocido como emperador Diocleciano. El capítulo cuarto toma, consecuentemente, el testigo y aborda el periodo que se extiende desde el advenimiento al trono de Diocleciano y el nuevo sistema tetrárquico, iniciador de la época del Dominado, hasta el establecimiento de la dinastía constantiniana (305-363), si bien este capítulo desenfoca el protagonismo de las externae gentes para enfocar el problema religioso, que se extiende también en el capítulo quinto, con un protagonismo compartido de las luchas entre los sucesores de Constantino el Grande, en cuyo final vuelven a hacer acto de presencia las presiones bárbaras en las fronteras romanas durante la dinastía valentiniana (364-378/392). El capítulo sexto vuelve a poner en el centro a los bárbaros y las provincias occidentales, al tratar desde la integración visigótica por Teodosio I hasta el sonado matrimonio de Gala Placidia con el visigodo Ataúlfo. En el capítulo séptimo se abordan, si cabe, las cuestiones últimas y más importantes: el inicio del siglo V con el paso del Rin y la entrada de todo tipo de migrantes bárbaros en las provincias galas e hispanas, extendiéndose luego a África: suevos, vándalos y alanos, francos y alamanes, visigodos y ostrogodos, y, por supuesto, hunos; los ingredientes que con el tiempo eclosionarían en los primeros reinos germánicos de Occidente, así como en los remotos hechos que terminarían originando las grandes leyendas y mitos europeos, como el del Oro del Rin. En el último capítulo, el octavo, una suerte de epílogo, Sanz Serrano reevalúa el destino de las provincias occidentales desterrando el término «ruina» para establecer los de «cambio» y «adaptación».

No podemos terminar sin destacar unas palabras especialmente significativas de la autora cuando afirma que «ni los romanos ni los denominados como bárbaros escaparon a las circunstancias de su tiempo, en una dicotomía de relaciones que iban desde la convivencia pacífica y la colaboración económica y militar hasta los enfrentamientos militares de amplio calado, con una gran repercusión para ambos mundos, pero, en especial, para el romano». Ciertamente no nos encontramos ante una novedad destinada a todos los públicos ni que se vaya a encontrar en las listas de bestsellers. Nos encontramos ante un libro fruto de años de investigación y análisis, de una historiadora abnegada, que está llamado a convertirse en referencia obligada para todo aquel que quiera tener una visión completa, caleidoscópica, del periodo denominado Antigüedad tardía.

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