
Iggy Pop en contra del tiempo en el Teatro Real de Madrid
Iggy Pop cierra el círculo y convierte el Teatro Real en un pantano tropical
'La Iguana' interpretó en plena forma sus grandes temas en el coliseo madrileño a pesar de las siempre engañosas apariencias
A Iggy Pop le llaman «la Iguana» por sus inicios con la batería en The Iguanas. Pero en realidad era una predicción, un destino. El joven que se hacía sangre con Los Stooges y que nadaba como un pez huésped al lado de la ballena Bowie se ha convertido realmente, a sus 75 años, en un saurópsido escamoso tropical de Detroit, en lugar de Suramérica, que ha acabado habitando hasta en el Teatro Real.
Sin llenar el ecosistema operístico, quizá debido a los precios, James Newell Osterberg hizo sobre la escena del coliseo madrileño un mini escandaloso espectáculo pasado por la batidora de su carrera para que entrase mejor en semejante marco. El cortometraje que ya inició su actuación en el Kursaal dejó un poco frío y ansioso al respetable que acabó calentándose al poco de empezar para ya no bajar la temperatura de un Real convertido en Pantanal.
Sus grandes temas
The Endless Sea, Lust for Life, The Passenger, Death Trip, TV Eye, I’m Sick of You, Real Wild Child, o I Wanna Be Your Dog sonaron como sinfonías, clásicos que uno ha oído siempre por aquí y por allí, acompañados por el contoneo resistente. Iggy casi se arrastra, pero no lo parece porque nunca pareció arrastrarse a pesar de sus limitaciones. Ya dijo que cuánto más fue decreciendo su físico más crecía en la mental. Y lo cuenta como si fuera subido en un barco en el que ha echado barriga para descubrir que a las chicas les encanta.
Una vez dijo que «si hubiera nacido con una voz como la de Adele o la de Rosalía no estaría haciendo el capullo con Iggy Pop. Lo único que tenía eran ideas», que son las que le llevaron el martes al Teatro Real con la voz intacta, el mito formado y Real como el escenario, todo intacto y perfecto porque incluso, además de convertir sus conciertos en lugares húmedos, casi en manglares rockeros, estéticamente ya es la iguana perfecta, con la piel reptiliana y los movimientos de siempre pausados por el tiempo.