Rosalía, en una de las fotos del reportaje de la revista 'Rolling Stone'
Rosalía bate otro récord: se convierte en la primera artista española en ser portada de la revista 'Rolling Stone'
Sólo hay un objetivo para Rosalía: «Libertad absoluta», como ella misma lo define. La catalana ha batido todos los récords, y continúa en ascenso
Es la primera vez que un artista español protagoniza la portada de la revista musical más importante del mundo. Rosalía aparece como protagonista única en la portada del mes de enero de Rolling Stone con una entrevista en la que revisa sus influencias, sus sueños, sus metas y también sus éxitos.
Y es que la catalana tiene un perfil difícil de clasificar para muchos: por una parte, la música disciplinada, con un gran amor por el arte y las influencias clásicas; por otra, de forma simultánea, un espíritu milenial atado a las tendencias, la presencia y el oversharing en internet, fiestas con las Kardashian y novio reguetonero, Rauw Alejandro.
Hasta ahora, la catalana había aparecido en la portada de la versión en castellano de la revista, inaugurada el año pasado, pero donde presta su imagen ahora es en la edición estadounidense, donde aparece con un titular: «Rosalía escribe sus propias reglas». Bajo este, puede leerse: «Cómo la superestrella del pop rehúsa transigir y obtiene exactamente lo que quiere».
Rosalía aparece en la portada de Rolling Stone al lado de un titular que alude a la «realidad oscura y perversa» de Kanye West es una referencia a My Beautiful Dark Twisted Fantasy, el álbum de Kanye de 2010 que es, además, uno de los favoritos de Rosalía. De hecho, ha sido una influencia en el álbum Motomami, según ella misma ha confesado.
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A lo largo de una entrevista poco exprimida por la periodista Cat Cardenas, explica pocas cosas nuevas: que creó el disco durante la pandemia, en Estados Unidos, alejada de su familia; que encontró muchos impedimentos a la hora sacarlo adelante y terminarlo; que sus influencias van de Willie Colón a Manolo Caracol, y que las cifras le importan poco.
Eso sí, Rosalía, que toma buena nota de mujeres que la inspiran como Björk, Kate Bush o Lauryn Hill, dejó claro desde el principio que el ruido exterior no iba a dictar su proceso creativo. Durante tres años, trabajó en un disco cuya evolución fue constante. Empezó como una especie de protesta contra las expectativas que se le impusieron tras El mal querer, pero también era un trabajo que abordaba cambios profundos en su vida personal.
«Nunca he querido sacar discos que surgieran de la urgencia o de la presión de 'Madre mía, han pasado X años'», explica Rosalía, huyendo del concepto de «producto musical» para ahondar en el de arte. «Creo que no voy a ser ese tipo de artista. Creo que siempre voy a hacer música cuando sienta que tengo algo que decir». Por otro lado, confirma que va a seguir experimentando: «Siento que en Motomami hice y dije exactamente lo que quería decir y hacer, en mis propios términos. Después de esto no creo que haya vuelta atrás”.
En otro punto de la entrevista vuelve el eterno debate sobre el privilegio y la apropiación cultural, a colación de la canción La Fama, que interpreta junto a The Weeknd. «Espero que con mi música otras personas encuentren a los artistas fascinantes que tanto me emocionan», cuenta la artista. «Me inspiro en muchos lugares y estilos diferentes. Es bonito, porque me hace feliz nombrar de dónde vienen mis referencias».
Las grandes alabanzas del sector llegaron hace poco: Motomami obtuvo dos nominaciones a los Grammy y ganó el premio a álbum del año de los Grammy Latinos del pasado noviembre, «una cristalización del lugar de Rosalía como la fascinante reina del pop global, además de como provocadora desinhibida que toma referencias tanto de lo más kitsch a las tradiciones sacrosantas sin miedo a las consecuencias», continúa Rolling Stone.
Había una cosa en concreto que la artista estaba buscando: «Libertad absoluta», como ella misma lo define. «Como artista, mi mayor deseo es ser todo lo libre que pueda», añade. De eso trata Motomami, según reitera en la entrevista con Rolling Stone. «¿Hasta dónde puedo estirar para conseguir la mayor libertad posible en diferentes sentidos, temas, en sonido, en estética, en todo?».
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