La
temporada de la NBA ha arrancado con muchas dificultades para los
Brooklyn Nets. En la cancha, llevan un balance de
una victoria y dos derrotas, la última de ellas en el partido ante los
Charlotte Hornets. La previa del choque ante el equipo de
Michael Jordan estuvo marcada por una
tentativa de asalto de grupos de aficionados al estadio
Barclays Center, donde se iba a disputar el partido. Los manifestantes portaban
pancartas y camisetas de apoyo a su base franquicia,
Kyrie Irving, que se encuentra
apartado por su negativa a recibir la vacuna contra la
Covid-19.
La concentración a las puertas del recinto comenzó dos horas antes del choque. Los manifestantes alternaban las proclamas contra la vacunación con mensajes a favor de su estrella –«dejad que Kyrie juegue»– y portaban mensajes que se leían en hojas de papel en contra de las inyecciones. El ambiente subió de temperatura cuando varios de los hinchas sobrepasaron las vallas de seguridad y se enfrentaron a los guardias de seguridad para tratar–sin éxito– de acceder a las instalaciones.
Más de diez días en rebeldía
La postura del jugador sigue inalterable por el momento. El pasado 12 de octubre su equipo decidió desconvocarle para todos los partidos que acojan como locales en cumplimiento de un mandato de Nueva York, que obliga a todos los deportistas profesionales a cumplir con este requisito para competir. El base se siente «demonizado» por hacer lo que considera «lo mejor» para él, tal y como ha expresado en sus redes sociales.
«Estoy haciendo lo mejor para mí. Conozco las consecuencias aquí y si eso significa que soy juzgado y demonizado por eso, eso es exactamente lo que es», destacó Irving.
Del mismo modo, ha descartado que esta situación culmine con su retirada de la élite del baloncesto mundial. Se considera un amante del balón y la cancha por encima de su posición ante las vacunas. «Ese es el papel que interpreto, pero nunca quise renunciar a mi pasión, mi amor, mi sueño por este mandato», explicó en Instagram Live.