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Jorge Garbajosa

Jorge Garbajosa: «El deporte le cambió la cara a este país»

El presidente de la Federación Española de Baloncesto visita la redacción de El Debate y analiza la actualidad del baloncesto español y cómo los éxitos del deporte español acabaron con el complejo de «jugamos como nunca, perdemos como siempre»

Jorge Garbajosa (Torrejón de Ardoz, Madrid, 1977) llegó al baloncesto de casualidad. Él era un adolescente que mostraba reflejos como portero de fútbol y que se decantó por el mundo de la canasta cuando al ir a comprar unas botas de fútbol no encontró de su talla. Con 14 años se inició en el baloncesto y con 16 debutó en la ACB. Una carrera imparable que comenzó en Vitoria, pasó por Treviso, se coronó en Málaga, cruzó el charco jugando en la NBA, pasó frío en Moscú, vistió la camiseta del Real Madrid y se despidió en su Unicaja de Málaga, ganando la Liga ACB y cerrando la boca a muchos que no entendieron ese último desembarco.

Un hombre que siempre ha tenido una premisa allá donde ha estado: hacer equipo. Una cualidad que le llevó nada más colgar las botas a entrar en la Federación como nexo de unión entre el entonces presidente y la plantilla. Hoy, desde 2016, es quien dirige el rumbo de la Federación Española de Baloncesto. Una pieza clave que el vestuario echa de menos cuando falta.

Un obsesivo del trabajo en equipo que le ha llevado a salvar el baloncesto español cuando la pandemia golpeó al deporte de la canasta con fuerza. Lejos de permitir que cada eslabón de esa cadena acabara cada uno por su lado, ejerció de liderazgo y de pegamento para coser costuras y conseguir que todo el mundo del baloncesto caminara en la misma dirección.

¿Cómo lleva lo del traje y la corbata?

–Ya son seis años, así que lo llevo bien. Es cómodo y me recuerda al uniforme del colegio, donde no tenías que preocuparte de qué te ponías (risas). Eso sí, la camiseta de jugador siempre va debajo del traje.

Pasó de que un entrenador le marcara el ritmo en la cancha a ser a usted el que decide qué hacer. ¿Cómo lo lleva?

–Lo llevo, primero con mucho agradecimiento, porque he recibido en todos estos años el apoyo de la gran mayoría de todo el estamento del baloncesto español. Yo nunca renunciaré mientras esté en el cargo a mi responsabilidad, pero entre mis premisas está que, cuando las cosas salen bien el mérito es de los demás y cuando las cosas salen mal, la culpa es tuya.

Y no me molesta en absoluto. Es más, lo asumo hasta con cierta naturalidad, porque a mí me gusta mucho dejar trabajar a la gente. Si yo sé más de comunicación que el director de comunicación, ¿para qué lo quiero? Necesito que sepa más que yo. Si el entrenador sabe menos de baloncesto que yo, ¿para qué lo quiero? Ya entreno yo. Me gusta tener a los mejores pero dejándoles hacer.

¿La NBA en Europa? A corto y medio plazo, te diría que no. A largo, ¿quién sabe?

¿Han cambiado las medallas y los cargos a Jorge Garbajosa?

–Pues te soy muy sincero, espero que no. Yo considero que no, mi familia me dice que no. Con los años relativizas mucho más de lo que antes cuando era jugador. Con 27 años, si pierdes un partido esa noche se acaba el mundo, cuando ganas un título estás una semana que no eres capaz de pisar el suelo. Ahora, el éxito es solo una excusa para seguir trabajando en esa dirección y un no éxito es un momento para la reflexión y el posible cambio de rumbo.

Creo que cada vez soy más moderado, más tranquilo y, sobre todo, cuando tienes un entorno amable, que te hace ver las cosas siempre con perspectiva, que cuando levantas un poquito de los pies, te los bajan, que cuando te vienes un poquito abajo, te levantan, te ayuda a mantener todo un equilibrio muy agradable.

¿Cuáles son los objetivos de Jorge Garbajosa y de la Federación en este año que acaba de comenzar?

–Hay un objetivo global, irrenunciable, quizá un poco etéreo, pero se explica con líneas verticales: hacer crecer el baloncesto. Esa es la obsesión, la responsabilidad y la obligación y el deber que tenemos. ¿Cómo? Pues mira el sentido del baloncesto 5x5 masculino en selecciones, un relevo generacional que se está dando hace mucho tiempo, pero que ahora, por la salida de grandes figuras históricas como los hermanos Gasol, Felipe Reyes o el 'Chacho', hay que darle un empujoncito, quizá un poquito mayor. La incorporación de Carlos Jiménez creo que es clave para esta renovación.

Por supuesto, el crecimiento de nuestras ligas masculinas y femeninas. En esa línea, hay una línea estratégica del crecimiento español que está grabado a fuego en cada uno de los que formamos la Federación, que es el crecimiento y la profesionalización del baloncesto femenino. Son muy importantes los mensajes: la profesionalización del baloncesto femenino quiere decir que las jugadoras cada vez tengan mejores condiciones laborales.

Jorge Garbajosa durante la entrevista en El Debate

Jorge Garbajosa durante la entrevista en El DebateEL DEBATE

¿Qué le queda a Jorge Garbajosa de 'The eternal rookie'?

–(Risas) Pues me queda el amor por el baloncesto. La verdad que cuando eres jugador tu vida es una montaña rusa de emociones: un día odias el baloncesto, al día siguiente lo amas. Me he dado cuenta de que, desde los 14 años, todo lo que he hecho, de una u otra forma, tiene que ver con el baloncesto, porque lo amo. Y cuando tú quieres tanto algo o a alguien, te puedes equivocar, pero siempre lo vas a hacer con la mejor intención. Lo mejor es que lo me lo pasé genial en la NBA y me lo sigo pasando genial viviendo por y para el baloncesto.

Usted ha jugado en Vitoria, Málaga, Italia, Y la NBA…se que es complicado, pero dígame tres momentos que tenga guardado en la memoria como jugador

–Pues mira, la NBA es algo brutal, pero me voy a quedar con tres momentos que no tienen nada que ver con lo vivido allí, porque con esa experiencia me quedaría entera. Elegiría el Campeonato del Mundo de 2006, al margen de la victoria, fue por cómo lo conseguimos, con quién lo conseguimos, el equipo que éramos y por lo que significó para este país.

Otro momento muy personal para mí fue cuando gané la Liga con el Unicaja de Málaga. Fue una apuesta muy incomprendida por parte de muchos el que yo acara allí, cuando tenía ofertas de otros clubes con más potencial económico. Fue como «yo vine aquí par esto y lo hemos conseguido».

Y por último, el verano de 2019, con el Campeonato de Europa femenino, donde tuvimos condiciones durísimas, sin Alba Torrens, con jugadores lesionadas…y Luego el Mundial de China. Recuerdo ver a tanta gente feliz tras cuatro años de trabajo que compensa todo lo sufrido.

Lo que ha hecho Pau Gasol se estudiará algún día en los libros de Historia

Se habla mucho de la Superliga en fútbol, pero ¿usted cree que en un futuro, más o menos cercano, va a llegar una conferencia europea en la NBA?

–A corto y medio plazo, te diría que no. A largo, ¿quién sabe? Para mí lo interesante es que la NBA quiere sumarse al baloncesto en Europa para poder generar unas competiciones más atractivas, más aficionados, más atención a través de los derechos de televisión, etc. Creo que ahí la NBA tiene una función, primero muy de alabar, y segundo, decisiva en el futuro

Hablaba de la importancia de los competidores del mundo, de los europeos. En perspectiva, conociendo al país, ¿cree que el baloncesto le cambió la cara España?

–Creo que el deporte le cambió la cara a este país y creo que el baloncesto ha sido uno de los precursores. En España siempre hemos tenido un cierto complejo como sociedad y creo que eso ya está olvidado, algo que es una enorme noticia para estas nuevas generaciones nuevas que están llegando y que ya no tienen el complejo que tenían otras. El ya famoso «jugamos como nunca, perdimos como siempre». Y eso fue posible gracias a la aparición de un grupo de irreverentes llenos de calidad que contribuyó a que el complejo se evaporara: un tal Rafa Nadal, Fernando Alonso, Carolina Marín, la selección de balonmano, la de baloncesto… Lo que está viviendo el deporte español es algo que ninguno nos podíamos imaginar, ni los más ni los menos optimistas.

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Jorge Garbajosa fue uno de los españoles que jugó en la NBA

Hablábamos de irreverentes, como los Gasol, 'Chacho' Rodríguez o Felipe Reyes, que han dicho adiós al deporte o a la selección: ¿estamos preparados los españoles para despedir a tanto ídolo?

–Pues, probablemente, no. Está siendo muy emocionante, pero todos tenemos un pellizquito, ¿no? Yo he convivido con ellos, he vivido con ellos. A Felipe lo quiero como un hermano y el día que se retira me doy cuenta de que no es inmortal. Lo que ha hecho Pau o Laia Palau, que algún día también se retirará, saldrá en los libros de Historia del deporte español. Una figura como Pau o una figura como Marc, una figura como el 'Chacho' son insustituibles. Aquí no puedes cambiar cromos por cromos porque se han ganado una trascendencia social mucho más allá de lo que es el baloncesto.

¿Cómo se consigue mantener un grupo tan unido mientras siguen pasando los años y los jugadores?

–Pues mira, no quiero que quede etéreo porque es muy real. Primero, con un objetivo común. El éxito tiene que ser la consecuencia del camino y ese camino tienes que recorrerlo con compromiso y lealtad. Si tienes esas dos cosas tienes muchas posibilidades de que te salga bien. Una lealtad a un proyecto común, a una camiseta, a un compañero, a un grupo, con ese compromiso que tienen, Y con el talento, que eso lo llevan de serie, yo estoy convencido de que no vamos a ganar siempre, pero vamos a seguir estando en los aspirantes a ganar.

El Jorge Garbajosa persona ha vivido la pandemia con miedo. Para el Garbajosa dirigente ha sido una pesadilla

Usted tiene dos mundiales, uno conseguido como jugador y otro como presidente de la FEB. ¿Se sufre más en la cancha o en el palco? ¿Cuál sabe mejor el de la cancha o el del palco?

–El segundo Mundial lo siento mío, como lo siente cualquier español, pero hay pocas fotos mías en esa celebración, porque era el momento de los jugadores, igual que fue mi momento con el de mis compañeros en 2006. Como jugador es una sensación increíble, pero como presidente es durísimo porque tú sabes todo lo que hay detrás. Antes, cuando era jugador, no me enteraba ni de los terremotos y ahora llega un partido, me encierro en la habitación y no duermo ni como.

¿Cómo es el primer día de un jugador tras su retirada?

–Lo duro llega al segundo día. El primero es una liberación, porque si tú te retiras es porque necesitas dar ese paso. Durante ese segundo día, al margen de las comodidades económicas que puedas tener, tienes que evitar lo que me recomendaron a mí: el 'síndrome de las 10 de la mañana': Ese que va desde que te levantas, llevas a a tus hijos al colegio, vas al gimnasio, desayunas y, después de todo, son las 10 de la mañana. Si durante tu carrera has podido formarte o has tenido hobbies, tu retirada va a ser más sencilla que si te has limitado solo a jugar y a entrenar. Si tu vida solo ha sido entrenar y jugar, cuando lo dejas, el shock es muy grande. Si tu eres una persona curiosa tu retirada va a ser más sencilla.

El 'caso Lucas Mondelo' ha sido el momento más duro. Fuimos leales, no mentimos y ayudamos a nuestra jugadora

Cada vez más jugadores llenan los despachos de clubes o instituciones relacionadas con el deporte, ¿es necesario que el jugador de baloncesto pueda tener una nueva vida tras la retirada?

–Ha habido un cambio de tendencia. Los jugadores antes éramos residuales una vez que culminaba nuestra carrera. Ahora ves los casos, no solo mío, sino de Alberto Herreros, Juan Carlos Navarro... y ves que se ha invertido la tendencia. ¿Ser jugador simplemente te hace ser válido para ejercer un cargo de responsabilidad? No. Ser jugador, si le añades otras cosas, es un punto más, sí. Nadie entiende mejor a un jugador que alguien que lo ha sido, pero solo con eso no vale.

¿Cómo vivió el caso de Lucas Mondelo?

–Lo viví como el momento más duro, sin ningún tipo de duda, en estos seis años, durísimo. Mirándolo ahora en perspectiva, y cuando tú tienes los principios muy claros, es menos difícil gestionar una situación tan complicada.

Primero, porque fuimos muy leales. Segundo, porque no mentimos. Y tercero, porque fue algo que hicimos, hacemos y que vamos a hacer siempre, que es estar del lado de las jugadoras y de los jugadores. Nosotros no somos jueces de nada, no decidimos si era verdad o mentira. Nosotros lo que detectamos fue que una jugadora de las nuestras, una jugadora de la familia, lo estaba pasando mal y lo que hicimos es ayudarla.

¿Cómo ha vivido como gestor y como persona la pandemia?

–El Jorge Garbajosa persona, como todos, con miedo, no tanto por mí, sino por mi madre y por mi hija. Ver a tu hija con un año y cuatro meses coger covid con fiebre alta no es fácil de llevar, y más si se lo has pegado tú. Mentalmente ha sido muy duro.

Como gestor, ha sido una auténtica pesadilla. Yo lo digo siempre, cuando no hay precedentes hay que respetar al que toma decisiones porque no es fácil. Otra cosa es que cuando vas haciendo prueba-error o prueba-acierto vas teniendo más referencias. Al principio de todo te prohíben el deporte de contacto y el que no esté al aire libre, lo que es el baloncesto, vamos. En momentos de crisis corremos un riesgo y es que cada uno o cada uno de los clubes, jugadores, federaciones, nos volvamos egoístas y mire para sí mismo y busque su salvavidas particular. Y creo que el gran esfuerzo que ha hecho la Federación, y con todo el orgullo lo digo, creo que con mucho éxito, ha sido mirar por la visión global del baloncesto e intentar salvarlo en su totalidad.

Los jugadores antes éramos residuales al retirarnos. Por suerte, ha cambiado la tendencia

¿Qué ha aprendido a valorar en este tiempo?

–El hoy. No existe el mañana. A mí esta última ola, y hablo en clave casi personal, me ha afectado mucho porque creo que todos entendimos que con el gran porcentaje de la población vacunada se estaba protegido hasta del contagio, pero, cuando empezaron los brotes de nuevo, no vuelves a la casilla de salida, pero parece una vuelta a empezar.

¿Cómo se explica que en un concierto se pueda disfrutar del aforo completo y en un pabellón de baloncesto no?

–Es muy difícil de entender. Creo que una uniformidad mayor de las decisiones hubiera ayudado a la población en general. Yo no me escondo y lo he dicho al principio: cuando no hay precedentes, se toman decisiones y hay que respetarlas porque es muy complicado, pero hemos vivido episodios algo surrealistas: Yo fui a ver un partido de Liga Femenina del play off a Valencia por la mañana con tres mil espectadores y por la tarde a las cinco y media, para el partido de ACB no había nadie en el público porque estaba prohibido.

Ha sido un momento de desajustes. Cada decisión de un Gobierno, tanto nacional como regional, requiere de un proceso farragoso, de convencer a mucha gente y necesita tiempo. Creo que ahora ya tenemos una experiencia como para tener una unificación mayor en este sentido. Lo que sea encerrados, que sea para todos, lo que sea abiertos, que sea abierto para todos. Y ahí sí que echamos de menos, en el mundo del deporte, una cierta uniformidad mayor de las decisiones de aforos porque los clubes sufren mucho.

En pocos días empieza la Copa del Rey, una competición que engancha a la afición...

–Espero disfrutar mucho. Tuve la suerte de asistir a la del año pasado en Madrid y vi el esfuerzo que hizo la ACB por hacer un torneo lo más atractivo posible, pese a no contar con público. El público es el público y lo necesitamos. Y más en un torneo de convivencia como este.

El test final: defina con una palabra a...

Felipe Reyes
Iba a decir Espartaco, pero mejor hermanito.

Pau Gasol
Referente.

Juan Carlos Navarro
Talento.

Sergi Llull
Pasión.

Pepu Hernández
Coherencia.

Sergio Scariolo
Trabajo.

Ettore Messina
Líder.

Unicaja de Málaga
Recuerdos imborrables.

Real Madrid
Una gran casa.

CSK
Una espinita

Virtus Bolonia
Un rival horrible.

Atlético de Madrid
Mi punto débil.

Pepe Sáez
Olvidado.

Luis Garbajosa
Mi todo.

Alejandra
Mi otro todo.

Candela
Mi vida entera.
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