
Jack Doohan, en el Gran Premio de Miami
El desastre de Alpine desde que dejó ir a Alonso: tres pilotos distintos y un proyecto sin rumbo
La escudería francesa prometió a principios de la década una fuerte inversión y luchar por el mundial y nada de eso se ha hecho realidad
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El futuro inmediato de Jack Doohan en la parrilla de Fórmula 1 está en el aire. En el garaje de Alpine, las dudas han dado paso a la impaciencia. El joven australiano, que debutó como titular esta temporada, no ha conseguido estar a la altura de lo que la escudería esperaba, y los errores acumulados en estas primeras seis carreras están acelerando los tiempos de una posible sustitución. Sería el tercer cambio en la escudería francesa desde que se marchó Fernando Alonso.
Desde principios de año, Alpine ya se había curado en salud fichando a Franco Colapinto como piloto reserva. El argentino fue la gran sensación de la temporada pasada tras inesperada aparición en Williams en 2024. Ahora, después de no haber encontrado un volante para este año, se ha convertido en el nombre más interesante para aquellas escuderías que quieren apostar por un piloto prometedor.
Su perfil despierta entusiasmo dentro y fuera del paddock: rápido, mediático y con una madurez impropia de su edad. Y ahora, mientras Doohan sigue sin puntuar y suma su segundo abandono por accidente –el último, en Miami–, la opción de ver a Colapinto con un volante oficial en Ímola cobra más fuerza que nunca.
La gestión de Flavio Briatore, que ha vuelto a ejercer influencia en la estructura de Enstone, ha sido clave en la incorporación de Colapinto. Aunque inicialmente fue presentado como un refuerzo para el futuro, la realidad del presente puede forzar a la escudería francesa a mover ficha de inmediato. El margen de error se agota, y Alpine no puede permitirse seguir perdiendo puntos en un Mundial que, desde el adiós de Fernando Alonso en 2022, ha sido una sucesión de pasos en falso.
A Doohan le puede la presión
Doohan ha pasado de promesa a carga en un abrir y cerrar de ojos. De las seis pruebas disputadas hasta ahora solo ha terminado cuatro y en todas ha estado muy lejos de entrar en los puntos. La falta de consistencia se ha hecho evidente: errores de pilotaje en momentos críticos, como el golpe en la salida en Australia y el reciente incidente en Miami, han provocado daños costosos en el coche.
Más allá del rendimiento, los números son lapidarios: más de 1,5 millones de euros en daños en apenas mes y medio de campeonato, una losa financiera y deportiva difícil de justificar, especialmente en una escudería cuya competitividad ha retrocedido considerablemente. Con Pierre Gasly tirando del carro con lo poco que ofrece el A525, y un equipo que apenas ha cosechado siete puntos, la situación comienza a ser insostenible.

Jack Doohan en el Gran Premio de Miami
Mientras tanto, Colapinto sigue entrenando en la sombra y aguardando su momento. El joven bonaerense dejó un gran sabor de boca durante su sustitución de Logan Sargeant la temporada pasada, y su perfil ha generado simpatías no solo en Alpine, sino también en otros equipos que lo ven como un diamante por pulir. Su presencia no solo inyectaría talento, sino también un componente mediático que el equipo necesita como el agua, en una campaña donde la ilusión brilla por su ausencia.
Todo apunta a que el Gran Premio de Emilia-Romaña, que marca el inicio de la gira europea, puede ser el escenario del esperado relevo. Ímola podría ser el lugar donde Colapinto tenga su segunda oportunidad en la F1.
No obstante, el proyecto de Alpine deja mucho que desear y no parece que vaya a mejorar a corto plazo. Desde que Alonso dejó la estructura, el equipo francés no ha encontrado estabilidad. Ninguno de sus movimientos ha dado el resultado esperado, y la presión interna empieza a pasar factura. Nada sale en Enstone y los nervios por ver algún brote verde son más que evidentes.