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George Russell en el Gran Premio de Singapur

George Russell en el Gran Premio de SingapurEFE

Russell arrasa en Singapur, Norris recorta distancias y Alonso salva el error de Aston Martin

La vida sigue igual en el campeonato de la Fórmula 1 pero con una fecha menos por disputar. George Russell dominó la carrera desde el primer hasta el último giro y se llevó sin sobresaltos el Gran Premio de Singapur. Bien es cierto que el británico no estaba en la pelea realmente interesante, que era la que tenían Verstappen, Norris y Piastri. Así quedaron sin que se pudiesen incomodar en ningún momento.

McLaren, por cierto, se llevó el Mundial de Constructores, aunque eso era cuestión de tiempo que ocurriese. Lo que no se esperaba era ver la enésima exhibición de Fernando Alonso porque Aston Martin se encargó de perjudicarle. Ni eso frenó al asturiano, lanzado a por los puntos en los que también entró Carlos Sainz, que salió desde la decimoctava posición y se la jugó con la estrategia para llegar hasta la décima posición. El asturiano quedó octavo.

Se preveía una salida sucia porque el circuito de Marina Bay apenas tiene espacio para que se acumulen tantos coches. Sin embargo la carrera comenzó de manera relativamente limpia y solo vimos unos ligeros toques y la guerra en McLaren con Lando Norris y Oscar Piastri. Adelantó el británico al líder del Mundial de Pilotos y este se enfadó al no entender la agresividad con la que fue a por él. Cerva estuvieron de chocarse y quedar ambos fuera de combate.

Le habría dado eso más alas a un Max Verstappen que sigue sin tirar la toalla de ganar el Mundial pese a que cuenta con un coche claramente inferior, los resultado de Yuki Tsunoda son la mejor prueba de ellos. Intentó el neerlandés, segundo, intimidar a George Russell en la salida, pero el de Mercedes comenzó bien e inició en seguida la escapada y no tardó nada en irse a más de un segundo. Poco cambió desde entonces la carrera por arriba.

Procesión de coches

Pasada ya la emoción de la salida, la carrera se convirtió en lo que suele ocurrir en circuitos urbanos como el de Marina Bay. La llamada 'procesión de coches' sin que nadie pudiese atacar al coche que tenía delante salvo Fernando Alonso, que buscaba escalar posiciones mientras Russell volaba y se iba distanciando más y más de un Verstappen al que le tocó estar más preocupado de Norris, al que tenía por detrás con un ritmo espectacular.

Dio lo mismo porque el vigente campeón del mundo se defendió con todo e impidió que se le colara. De ahí que lo importante estaba ya en las paradas en boxes y en lo que durasen los neumáticos de cada uno. Alonso hizo un esfuerzo titánico para que su compuesto blando no se viniera abajo y así mantenerse octavo. Sin embargo, Aston Martin tiró ese trabajo por la borda al tardar 9,2 segundos.

Aun así Alonso, que se desesperó con su equipo hasta el punto de decirle a su ingeniero que iba a «desconectar la radio si le hablaba en cada vuelta» no tiró la toalla y volvió a escalar posiciones –con grandes adelantamientos– hasta llegar al octavo puesto, donde se ubicaba el primer piloto de las escuderías que no cuentan con un coche top. Ningún favorito falló, por lo que no hubo sitio para más.

Por arriba, como decíamos antes, nada cambió en la carrera que fue bastante tranquila, sin el ansiado Safety Car al que se la jugaron numerosos pilotos, entre ellos Carlos Sainz. Nunca llegó esa opción y Yas Marina no vivió una jornada caótica como ocurrió años atrás. Todo sigue igual, con Piastri y Norris en 22 puntos, Verstappen y Alonso haciendo milagros y Ferrari decepcionando. Quedan seis carreras: siguiente parada, Estados Unidos el 19 de octubre.

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