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13 de mayo de 2024

Algunas de las jugadoras de la selección española, con la entrenadora al fondo, a su llegada este martes a la concentración en Oliva (Valencia)

Algunas jugadoras de la selección española, con la entrenadora al fondo, a su llegada este martes a la concentraciónAFP

Crónica de la madrugada más tensa del fútbol español: así se consiguió un acuerdo en la selección femenina

El hotel Nova Beach de Oliva, una localidad a unos 75 kilómetros de Valencia, vivió esta última madrugada la explosión del gran conflicto en la selección española femenina. Justo cuando se cumplía un mes exacto de la consecución del Mundial, 21 de las 23 campeonas estaban sin ganas y con deseo de irse de la concentración. Tras seis largas horas de reunión, acabadas más allá de las cuatro de la madrugada, se pudo firmar un acuerdo de paz. Una paz frágil y que habrá que esperar a los próximos días para saber si es real.
La tensión durante todo el martes fue total. La Federación, que al igual que las futbolistas ha llevado al límite el conflicto, mandó por sorpresa a Oliva (provincia de Valencia) la concentración para los dos próximos partidos cuando siempre se hace en Las Rozas, sede de la RFEF.
Allí acudieron 22 de las 23 convocadas, todas en la práctica porque la única ausente, Esther González, está lesionada y tiene motivos para no ir. Sin embargo, acudieron sin ninguna gana, con caras largas y por imperativo legal. Fueron a la concentración porque se exponían a una grave sanción deportiva, recogida en la Ley del Deporte de forma clara: es «infracción muy grave» la ausencia a la llamada de una selección nacional y conlleva hasta una suspensión de la licencia futbolística, que es en la práctica una inhabilitación.
Ante este clima de tensión, y también teniendo en cuenta que Montse Tomé, nueva seleccionadora, llamó a 20 jugadoras que mostraron su voluntad de no querer ir (obligándolas por tanto a ir para evitar esas sanciones), intervino el Gobierno de España, que mandó a Valencia de urgencia a Víctor Francos –presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD)– para buscar la paz.
Víctor Francos, presidente de CSD, mediador en el conflicto de la selección femenina

Víctor Francos, presidente de CSD, mediador en el conflicto de la selección femeninaEFE

Y esta paz se ha encontrado tras seis horas de reuniones en el hotel, seis horas que forman ya parte de la historia del fútbol español. Pasadas las cuatro de la madrugada apareció Francos, visiblemente contento dentro de la complejidad de un conflicto que parecía no tener fin.
Hubo varias reuniones, siempre con el Gobierno como mediador, aunque el Ejecutivo se decantaba siempre por las jugadoras, a las que defendió en todo momento. Por un lado estuvo la Federación con sus responsables en el fútbol femenino, incluida la seleccionadora Montse Tomé. Por otro las futbolistas, que sentaron en la mesa al omnipresente sindicato FUTPRO, clave en todo el conflicto.

El acuerdo

¿A qué acuerdos se llegaron? Los más relevantes son dos. Por un lado que las jugadoras que quisieran abandonar la concentración podían hacerlo sin ningún tipo de sanción pese a que la Ley del Deporte indica que sí deben tener un castigo (y duro). Pedían que fuera firmado y que les aseguraran que no tendrían sanción. Así ha sido. Mapi León y Patri Guijarro, dos futbolistas del Barça que no jugaron el Mundial por su renuncia previa de la que se cumple ahora un año, se han ido ya.
Patri Guijarro y Mapi León, en el momento de abandonar la concentración de la selección española

Patri Guijarro y Mapi León, en el momento de abandonar la concentración de la selección españolaEFE

Por otro lado, y este es el que tiene gran relevancia, las exigencias que pedían las futbolistas. Se cumplirán prácticamente en su mayoría. Habrá cambios muy profundos en la RFEF porque así la propia RFEF lo acordó en esta reunión. Sin que aun sea oficial, pero tal y como ha podido saber El Debate, rodarán cabezas. Se irá Andreu Camps, la mano derecha de Rubiales, secretario general. También Miguel García Caba, responsable del área de Integridad. Y posiblemente Rubén Rivera, director de marketing. Si no se lleva a cabo estas destituciones, las futbolistas volverán a la guerra.
Eran exigencias principales de las futbolistas. Había más, como el del organigrama del fútbol femenino y el del área de comunicación. Son personas y departamentos a los que las jugadoras –algunas con un punto de venganza– señalaban cuando decían no estar en «un lugar seguro». Los cambios se harán de forma inmediata, en próximas horas o como mucho días. Ese es el acuerdo al que llegaron durante la madrugada valenciana.

Las futbolistas también ceden

Más allá de otros acuerdos algo menores (se creará una comisión mixta para hacer un seguimiento de la situación y la marca «selección española de fútbol» ahora englobará al equipo masculino y el femenino, algo únicamente de denominación), las futbolistas también tuvieron que ceder –mucho menos que la RFEF– para alcanzar una paz que habrá que ver hasta donde llega. Por ejemplo de las 20 que no querían estar en la selección solo se caen dos (las mencionadas León y Guijarro), por lo que la selección sí tendrá jugadoras de garantías (y campeonas del mundo) para disputar los dos próximos partidos ante Suecia y Suiza.
Montse Tomé, seleccionadora femenina

Montse Tomé, seleccionadora femeninaEFE

También tuvieron que aceptar la continuidad de Montse Tomé, con la que las jugadoras prácticamente ni se hablan al considerar que las ha traicionado llamándolas para esta convocatoria. Tomé mintió al decir que había hablado con ellas para traerlas a esta concentración. Pero ese no es el asunto principal: el tema de tensión es que ellas habían mostrado su deseo de no ser llamadas y la entrenadora las llamó. Eso no lo llegó a hacer Jorge Vilda con las 15 que hicieron lo mismo hace un mes.
Tomé sigue, pero en una situación prácticamente inviable: tiene que dirigir a jugadoras con las que se habla muy poco y que no la quieren ahí. Las futbolistas cedieron en su continuidad, pero con la esperanza de que antes o después haya un nuevo cambio en el banquillo. A eso se aferran (confiando en las próximas elecciones y un nuevo equipo en todos los áreas federativos) y por eso siguen en la concentración.
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