
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, en su discurso ante el Senado del club
Los planes de Laporta para recuperar la credibilidad tras el fracaso de Nico Williams
El Barcelona tiene que fichar algún extremo de primer nivel para suplir el no fichaje de Nico Williams
El padre de Lamine Yamal estalla contra Nico Williams por no ir al Barça: «No se puede confiar en nadie»
Han pasado más de cuatro años desde que Joan Laporta asumiese la presidencia del Barcelona, y desde entonces, es innegable que la situación deportiva y económica ha mejorado notablemente. Pero si hay alguna asignatura pendiente para el magnate catalán, es la del fichaje del extremo del Athletic Club y de la Selección, Nico Williams. El talentoso delantero ha anunciado su renovación con el club bilbaíno contra todo pronóstico, tras parecer cantada su llegada al Barça.
Es el segundo año consecutivo en el que Nico apunta al club catalán, sin levarse a cabo finalmente. El año pasado, Laporta se fijó entre ceja y ceja al menor de los Williams, y este año, tras muchas conversaciones y negociaciones, el director deportivo del Barça, Deco manifestó su intención de reforzar la banda azulgrana, pero finalmente, la última palabra la tenía el jugador. Hasta 2035 seguirá jugando en Bilbao, a no ser que algún club pague su cláusula de cerca de 100 millones de euros.
Ahora, Williams cobrará más de 8 millones netos por temporada, aumentando su sueldo conforme vayan pasando los cursos, hasta llegar a superar los 10 millones en sus últimos años de contrato. La limitación para fichar de los bilbaínos, únicamente pudiendo firmar jugadores del País Vasco y Navarra, les obliga a tratar de retener con todas sus fuerzas a los mejores talentos de sus filas, sin poder permitirse su marcha. El factor negociador de los culés ha quedado nuevamente en entredicho, sin haber superado la oferta de los bilbaínos.
Un hueco que llenar
Por su parte, el ataque del Barcelona sigue cojo, pues en la banda izquierda solo figura Raphinha, que ha dado un rendimiento monumental esta temporada, pero que en caso de lesión obligaría a Hansi Flick a alinear a Fermín o a Dani Olmo fuera de posición, o en su defecto a Ferran Torres. Por su lado, la banda derecha tampoco es la más poblada del mundo, ya que la falta del jugador franquicia del Barça, Lamine Yamal, obligaría nuevamente al alemán a hacer malabares.
Pero lo que también es importante, es el desplante de Nico Williams al equipo de la Ciudad Condal, ya que ha dejado en muy mal lugar la planificación deportiva del Barcelona, con un toma y daca en el que los azulgranas han salido perdiendo. De hecho, tan cantado estaba el fichaje que varios aficionados del Athletic habían vandalizado en varias ocasiones el mural conmemorativo de Nico. El Barcelona debe mostrar firmeza en sus próximos movimientos, sin vender la piel del oso antes de cazarlo, para recuperar su credibilidad.

El mural con las caras de los hermanos Williams
En Baracaldo, la cara del menor de los hermanos, que figuraba al lado de la de Iñaki, había sido tachada dos veces, y sustituida por mensajes que tildaban al futbolista de traidor. Pero finalmente la relación entre el deportista y la hinchada ha salido reforzada tras este lance, viendo que Nico ha priorizado al club de su tierra por encima de todo un Barcelona, que muestra un poderío económico al que al Athletic le costaba superar.
La dirección catalana debe fichar un extremo de primer nivel para paliar este varapalo y para calzar un ataque cojo. Marcus Rashford, atacante del Manchester United, aunque la última campaña la disputase en el Aston Villa, es el que más suena para el equipo culé, que vería con buenos ojos su llegada. El inglés ha pedido salir del United, y de hecho su hermano (su representante) ya ha estado en Barcelona reunido con Deco. Ahora solo queda ver como avanza el mercado en el que el Barça debe de resarcirse de este mal comienzo.