Franco Mastantuono, en una imagen de archivo
La sinrazón de una ley obsoleta: Mastantuono se entrena solo en Madrid como si fuera un delincuente
La FIFA debe cambiar un reglamento que se hizo para evitar la explotación de los jóvenes africanos pero que no es válida para los futbolistas de élite
La situación es surrealista: el argentino puede comer con Mbappé en Madrid pero no puede entrenar con él: ¿Dónde está la extorsión a un menor cuando cobra una ficha de varios millones?
Franco Mastantuono vive en sus carnes la 'estupidez' de una legislación futbolística internacional muy equivocada. El calificativo lo expresa un profesional del fútbol y es corroborado en su argumentación por clubes y jugadores de los dos lados del charco, de Europa y de América. Gianni Infantino se ha encontrado con este litigio desde que llegó a la FIFA y debe cambiar la normativa.
Todo empezó hace cuarenta años y tuvo como víctima propiciatoria el continente africano. De aquellos barros vienen estos lodos. Los años ochenta trajeron la explotación de los chavales africanos, un problema que se radicalizó hasta principios de este siglo. Era el momento de la explosión de los futbolistas de Marruecos, Túnez, Egipto, Nigeria y Camerún. Los grandes transatlánticos de la Premier se dedicaron a captar a las promesas africanas en busca de futbolistas baratos que después se convirtieran en estrellas. Buscaban dobles de Samuel Eto'o. El problema es que no ficharon jugadores profesionales, simplemente captaron a muchachos que podían llegar. La explotación llegaba por medios de intermediarios. En El Debate hemos vivido de primera mano de estas situaciones. Un exjugador nigeriano llegó al periódico y trajo vídeos de futbolistas a los que deseaba colocar en equipos españoles de Primera y de Segunda. Buscaba consejo y contactos.
La explotación de los chicos prometedores de África por parte de diversos clubes europeos se fraguó con una política de engaño. Mayoritariamente eran entidades de la Premier. No podían tener a todos estos chavales en sus plantillas y lo que hacían era colocarlos en ligas europeas de segundo nivel, en Holanda y especialmente en Bélgica, que se convirtió en el sitio perfecto. A esos chicos, que procedían de culturas muy distintas y no eran profesionales, les pagaban tres mil o cinco mil euros al mes y jugaban en Europa. La mayoría no destacaban, porque la inmersión en el mundo occidental es muy difícil para ellos si no tienen un apoyo logístico y cultural detrás. Cosas que se te conceden cuando ese club te cuida porque piensa que vas a llegar. El problema llegaba cuando, después de cobrar cinco mil euros al mes durante tres años les decían que ya no seguían, que se acabó su contrato. Se quedaban abandonados, tirados en las frías ciudades europeas. Lo hemos visto en primera persona en Bruselas, en Amberes, en Hasselt. No querían regresar a su país. Y muchos terminaban muy mal, cayendo en lo peor.
La FIFA abordó el gran dilema y creó una legislación por la cual no se podía fichar en el mundo a ningún muchacho extranjero que no tuviera la mayoría de edad. Lo malo es que esa normativa perjudicó ostensiblemente al continente americano, que vive un fútbol muy diferente.
Vinicius, Rodrygo, Endrick y Mastantuono ya eran profesionales
Esa legislación que se impuso en todo el mundo no era válida para el continente americano y para Japón. La mayor cantera del fútbol universal procede de América del Sur, especialmente de Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Colombia, con aportaciones menores de Perú, México, Ecuador, Paraguay, Venezuela y Costa Rica, la pura vida de Keylor Navas. La gran mayoría de esos jugadores que llegan a Europa ya son profesionales y ganan bastante dinero.
El mejor ejemplo representativo de sufrir una ley obsoleta lo demuestra el Real Madrid en estos últimos años. Vinicius, Rodrygo, Endrick y ahora Franco Mastantuono ya eran profesionales antes de venir a la casa blanca. Pues el club blanco tuvo que dejarlos cedidos en sus equipos de procedencia hasta que cumplieran los 18, no fuera que soportaran una explotación por tener 17 abriles. Esperpéntico.
Mastantuono no puede pisar el Bernabéu ni Valdebebas. ¿Por qué?
Ahora, hoy, Franco Mastantuono es el gran protagonista de esta imbecilidad oficialmente legislada. La historia de su andadura en la capital de España, esperando con ansiedad a cumplir la mayoría de edad para ponerse a entrenar con Xabi Alonso, es el mejor ejemplo para que esta normativa sea cambiada. El relato surrealista que vive este argentino de 17 años no tiene desperdicio.
Franco, que así se llama, cumple la mayoría de edad el 14 de agosto. Ese día podrá firmar su contrato por seis años y entrenarse con la primera plantilla del Real Madrid. El día 13, a las 23:59 horas de la noche, violaría gravemente la normativa internacional si entrara en la ciudad deportiva de Valdebebas y se entrenara. El Real Madrid sería castigado duramente. Sesenta segundos después, podrá ejercitarse sin problemas a las órdenes de Alonso en plena nocturnidad. Entonces, nada más comenzar el día de su cumpleaños, todo será legal. No hay por donde cogerlo.
Inténtenlo comprender. Fran, que así le llamaban en River, no puede estar en el Bernabéu, no puede pisar las instalaciones de la casa blanca. Ni puede trabajar con el Real Madrid a las órdenes de Xabi Alonso. Es un profesional como la copa de un pino, una estrella de River, que gana bastante dinero para el nivel de vida argentino, pero no puede integrarse ya en el club español porque es menor de edad. No sea que le vayan a explotar. Vean ustedes que esta legislación en vez de ayudar a los jóvenes lo que hace es perjudicarlos. Porque no se pueden aplicar reglamentos pensando en un continente cuando no tiene nada que ver con los otros. Nada tiene que ver África con América o Japón.
Se puede entrenar al lado de la verja de Valdebebas
La sinrazón de una legislación perjudicial la soporta Mastantuono en Madrid, instalado cerca del Bernabéu, con una displicencia ejemplar. Vamos a explicarles cosas que no tienen sentido. Franco está con su padre y su agente en Madrid y ha pasado por el estadio y por Valdebebas, pero no puede pisarlos profesionalmente. Puede entrenarse al lado de la verja de la ciudad deportiva madridista, denominada Ciudad Real Madrid, pero por fuera, no dentro. Puede ejercitarse al lado de la verja de Valdebebas y ver incluso a Xabi Alonso y a sus próximos compañeros. Puede incluso hablarles a lo lejos. Pero no correr a su lado.
Claro, esta telenovela que parece escrita por Buñuel adquiere unos gramos de inteligencia racional con la normalidad de las cosas. Por supuesto, la joven figura argentina se entrena en el hotel con un catálogo de ejercicios preparado por el cuerpo técnico de Xabi Alonso ¿Quién lo va a impedir ¿Va a venir la FIFA al hotel a comprobar si el chaval se prepara con un programa realizado por su futuro club? Tampoco hay que estudiar tres carreras en Oxford para analizar que está realizando una pretemporada a escondidas para acoplarse cuanto antes al ritmo de sus compañeros el 14 de agosto. En la misma dirección, está siguiendo estrictamente la alimentación planificada por el cuerpo técnico de Xabi para consolidar su mejor línea de forma física.
Puede cenar con Vinicius, pero no entrenar con él en Valdebebas
El colmo de esta legislación, que a Buñuel le gustaría haber conocido antes para hacer una película antológica, es que Mastantuono puede comer con Vinicius y cenar con Rüdiger, puede desayunar con Carvajal, puede merendar con Sergio Llull, pero que no se le ocurra entrenar con ellos en Valdebebas o en el pabellón de baloncesto. Menudo argumento, Don Luis (Buñuel). Incluso el chico tiene la posibilidad de dormir en casa de Camavinga o de Tchouaméni, pero no puede viajar con ellos en su coche y entrenarse a Valdebebas. No sea que vaya a ser explotado...
Lo mejor es que viene para jugar ya
Mastantuono llegó a Madrid el pasado sábado con el fin de ponerse ya a las órdenes de Xabi Alonso, pero a distancia. Podemos denominarlo 'Universidad a distancia Real Madrid'.
Gustó mucho en la casa blanca que el chaval llegara para entrenar y alimentarse al mismo ritmo que sus compañeros. No puede trabajar físicamente igual porque no está en Valdebebas, pero lleva a cabo once días de preparación paralela a la plantilla blanca.
El máximo responsable de la plantilla le convenció para que viniera ya y no se quedara en River hasta diciembre. Alonso le dijo que va a jugar si demuestra su nivel. Y el chaval aspira a ocupar tres misiones: ser un estilete para la banda derecha, un mediapunta de enlace con Vinicius y con Mbappé, e incluso está dispuesto a adaptarse como centrocampista creador de fútbol en una posición más retrasada. Con 18 años se puede formar intrínsecamente para cualquier puesto. La clase la tiene, la chispa también. Talento. Regate. Pase letal. Y gol.
Mastantuono piensa ganarse los minutos rápidamente. No ha llegado al Real Madrid para soportar un año de adaptación. Con soportar esta normativa tiene bastante. Argentina suspira por ver el rendimiento de su estrella en el Real Madrid.