Militao se gana el crédito para formar un dúo de fuerza e intensidad con Huijsen

Fuerte. Duro. Perro de presa insoportable. Veloz de reflejos y de reacciones. Disciplinado en los marcajes. Sabedor de todas las triquiñuelas que un central debe utilizar ante un ariete de peligro. Mosca cojonera para todos los delanteros. Eder Militao rompió todos los esquemas del clásico defensa brasileño. Ha sido una de las bajas que más ha acusado el Real Madrid en dos años de martirio por culpa de sus roturas del cruzado. Triunfal en la consecución de la decimocuarta Champions hace tres años, su ausencia en la temporada de La Decimoquinta fue cubierta por Nacho y por Tchouaméni. Pero en la campaña pasada ya nadie pudo suplirle. Nacho no estaba y Tchouaméni, Rüdiger y Asencio no dieron abasto. No fueron suficiente.

Militao reapareció hace un mes en el Mundial de Clubes y sus sensaciones fueron magníficas. Una verdad que se ha confirmado en esta pretemporada. Eder está como un toro. Y entra como un toro porque es su forma de jugar. Al igual que Carvajal, el brasileño de Sao Paulo rendirá a mil revoluciones en cada partido. No sabe jugar de otra manera. Militao ha vuelto y la retaguardia madridista parece más segura que nunca. Es el mejor compañero para Huijsen. Xabi Alonso cuenta con los dos baluartes en su nueva defensa. Y cuando coloque una zaga de tres, Rüdiger será un complemento perfecto.

Hay un dato que se comenta en Valdebebas, una frase lapidaria que se repite por momentos y etapas en la puerta del vestuario. Cuando Militao marca es que está fino, fino, fino. Inolvidables sus goles importantes en la Champions. De ensueño su cabezazo en Liverpool en aquella remontada que acabó 2-5 después de ir perdiendo 2-0.

Autor de un golazo desde cincuenta metros frente al Leganés en el primer ensayo de este curso, su testarazo en Austria fue la mejor firma de su estado de forma. Dos dianas en dos partidos como si fuera un ariete. Tiene olfato este tipo. Alma de 'nueve' en un jugador que habitualmente rinde destruyendo como nadie. Mordedor en la línea de atrás, que es la suya. Huijsen, que a sus veinte años ha caído de pie desde el cielo, se siente muy tranquilo a su lado. El español es el nuevo jefe de la intendencia madridista y el brasileño es su mejor capitán general.

Tras dos lesiones graves de rodilla, el temor sempiterno es una nueva recaída y otros nueve meses de baja, tortura que ya ha sufrido en el último bienio. Es el riesgo que corre un futbolista que además se entrega al máximo en cada jugada porque es su carácter. Militao no entiende eso de nadar y guardar la ropa. O nada o se ahoga.

El nuevo fichaje de central es Militao

Alonso solicitó refuerzos en toda la retaguardia desde su primera reunión con el club. Vinieron Huijsen, Carreras y Trent. El malagueño de origen holandés se transformó desde el primer encuentro del Mundial de Clubes en el nuevo 'stopper' de referencia. El líder. Su entrenador pidió contratar otro hombre para el eje defensivo porque los compañeros de Huijsen salían de la enfermería y el técnico quería garantías. Militao superaba dos graves lesiones, Alaba también resurgía de otra triada y Rüdiger fue operado de una rodilla en abril. Los tres habían hincado las rodillas. Konaté estaba en las quinielas. Nunca diremos de este agua no beberé si hablamos del Real Madrid, porque un traspaso importante podría provocar una acción de última hora. El 'never, never, never' de Beckham nos dejó marcados de por vida. Pero Konaté puede venir libre dentro de un año. Y lo fundamental es que el verdadero fichaje es Militao. Está es la clave. El suramericano 'ha vuelto'.

Eder Gabriel Militao Pinheiro comienza su séptima campaña en el Real Madrid. Ha disputado 172 partidos oficiales y ha anotado doce golazos. Sus dos primeros cursos pasaron con una corta participación de una veintena de encuentros en cada uno porque Sergio Ramos y Varane le tapaban el sitio. Fueron las dolencias del capitán sevillano hace cuatro años las que le permitieron demostrar su nivel y hacerse con el puesto inmediatamente. Ramos y Varane se marcharon, Florentino Pérez fichó a David Alaba y la novedosa dupla formada por el austriaco y el brasileño triunfó. Ganaron la Liga y La Decimocuarta.

Militao, hijo predilecto de Sertaozinho, disfrutó durante dos campañas en las que jugó nada menos que 101 partidos. Era el rey de la retaguardia blanca. Y luego llegaron las penurias. La rotura del cruzado en Bilbao, en San Mamés. Año y medio más tarde volvió a romperse el cruzado en el Bernabéu, el pasado mes de noviembre. Fue su nueva baja de larga duración la que provocó que Ancelotti sacara del armario del Castilla a Raúl Asencio por pura necesidad.

Xabi Alonso confía en él, Eder es el depredador perfecto

Hay que decirlo alto y claro, porque antes se pensaba en privado, sin decirlo. Se esperaba que esto sucediera. Se anhelaba. Xabi soñaba con una recuperación total de Militao, porque sabe que sus condiciones son ideales para su estrategia de presión total. El brasileño es insufrible para los delanteros. El dúo Huijsen-Eder es el idóneo para el guipuzcoano en una defensa clásica de cuatro hombres. Y Rüdiger es el complemento perfecto en una retaguardia de tres.

La definición del triunvirato es objetiva. Huijsen es el liderazgo, la tranquilidad, el hacerlo casi todo bien. Corta, despeja y saca el balón jugado como nadie.

A su vera, Militao es la fuerza, la agresividad para robar el balón y para no dejar respirar al atacante de turno. Eder es velocidad, capacidad de reacción y sentido de la anticipación personificados en un solo futbolista. Es potencia y experiencia, sabiduría y carácter.

La tercera pata de este banco defensivo, Rüdiger, añade a ese dueto su saber hacer, muchas tablas, contundencia, inteligencia, rudeza, otra inyección de fuerza y un liderazgo veterano.

Son tres centrales magníficos para los diferentes esquemas de Alonso, del 4-4-2 al 3-5-2 pasando por el 4-3-1-2. Asencio y Alaba son el cuarto y el quinto integrantes del eje de la zaga en la plantilla madridista. Esta posición está bien cubierta, piensa la dirección deportiva del club.

Alonso ha elegido un esquema de dos centrales

El responsable deportivo del Real Madrid se ha decantado actualmente por una defensa de cuatro hombres y los dos stoppers titulares son Huijsen y Militao. El vasco ha decidido utilizar un sistema clásico porque lo que ejecuta en realidad es un híbrido muy inteligente. El secreto es que Tchouaméni juega como centrocampista para sacar el balón jugado y ejercer de tercer central cuando hay que defender para recuperar la pelota.

Se sitúa unos metros por delante de Militao y sube muy pocas veces al ataque, solo para cabecear las acciones a balón parado. La colocación de Aurelien concede mucha serenidad a Huijsen y a Eder. Y ese apoyo constante del pivote francés a la retaguardia permite a Xabi alinear a otros tres mediocampistas con una visión más ofensiva y constructora.

Lo mejor para el nuevo entrenador madridista es que Militao es un fichaje para él. Ancelotti no pudo contar con el paulista durante ocho meses. Alonso le entrenó durante un mes nada más llegar al club y le hizo debutar frente al PSG porque se lo merecía. Y ahora ha confirmado en plena pretemporada que merece ser de la partida en cada partido. Es brasileño y es la antítesis de un defensa brasileño. Esa es su victoria personal.