¡Ay, Europa, Europita! El Madrid ya está aquí
Ganó el Madrid, es lo que tiene: cuando está nublado y amenaza jarreo, encuentra el paraguas. No sabe dónde lo ha metido, en el paragüero no está
No habrá excitación madridista, excitación maligna, digo, en los últimos partidos de esta nueva primera fase de la Champions. El Madrid tomó Bérgamo y se ha evitado líos. Puede mirar Champions, Liga, Copa, Supercopa, Intercontinental, la broma del partido cada tres días, liberado de las urgencias más peliagudas, las europeas. Es la mejor consecuencia de este triunfo ante el líder de Italia, el tremendo/tremende/tremenda Atalanta.
Nueve puntos es poner pie y medio en la siguiente fase y váyase usted a saber, difícil, si acabará entre los ocho primeros. Gracia que te ahorra la eliminatoria de acceso a los octavos. Y con su ritmo de lesiones, ahorrarse 180 minutos, un viaje, todo eso, es media vida. Esta vez cayó Mbappé, eso que llaman los isquios. Un buen Mbappé la media hora que jugó. Estaba dando un pasito más hacia su cúspide. La maldición no cesa.
Ganó el Madrid, es lo que tiene: cuando está nublado y amenaza jarreo, encuentra el paraguas. No sabe dónde lo ha metido, en el paragüero no está. Pero busca, rebusca y lo acaba encontrando. Y no se cala. Ganó un partido fundamental por la tranquilidad que le supone. Perder habría sido meterse en un lío.
Empezó bien. Se plantó ante el rival, le sorprendió y Kylian marcó uno deseos goles que le vimos en el PSG y «L’equipe de France». Recibo, controlo y defino. Poco después abandonó. Jugar sin pretemporada y cada tres días… Para las estrellas, imposible.
Bellingham acabó como si tuviera 80 años. Derrengado. Un tío de 20 años. Jude es el de hace un año porque ha vuelto a jugar donde hace un año: cosas. Y como pelea lo que nadie… Crack. No hará falta pues un gran recibimiento callejero al autobús la noche del Salzburgo. Si Ancelotti quiere podrá hacer alguna frivolidad, que es su caso se traduce por hacer cambios.
Ceballos está creciendo, su noche fue excelente. Rüdiger hizo bueno a Tchouméni como central, una vez que le perdió de vista el francés hizo penalti. El 1-1 faltando segundos para el descanso. Y es que estaba escrito, en la Supercopa de agosto, la Atalanta le hizo sufrir medio tiempo al Madrid. Esta vez, incluso en el descanso.
Bien Brahim. Justito Vinicius pero con gol y asistencia… Un partido meritorio pero no controlado del equipo. Ya, controlar ante este adversario es complicado, pero admitamos que mayormente se jugó como querían los italianos.
Fue 2-3. Pudo ser 2-5. Y también 3-3, 4-3. Como rato futbolero, muy divertido. El Madrid sigue buscando su mejor tono, en efecto. Y algo curioso: fue la primera vez en esta Champions que corrió más que el rival. Sabían lo que estaba en juego: la tranquilidad. ¡Ay, Europa, Europita, el Madrid ya está aquí! ¿Acaso dudábais?