El presidente del Real Valladolid, el brasileño Ronaldo Nazario
El Valladolid, el equipo que vive sus horas más bajas por la nefasta gestión de Ronaldo Nazario
El equipo pucelano ya ha descendido con tan solo 16 puntos
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La temporada del Real Valladolid está siendo para el olvido. El equipo descendió matemáticamente a Segunda División en la jornada 33, tras caer ante el Real Betis, aunque su situación ya era prácticamente irreversible desde hace semanas, con solo cuatro victorias en todo el campeonato.
Mal rendimiento deportivo, decisiones arbitrales controvertidas, derrotas abultadas, cambios de entrenador y conflictos internos entre jugadores han sido algunos de los factores que han llevado al conjunto dirigido por Álvaro Rubio a este escenario desolador. Sin embargo, muchos señalan como principal responsable a la gestión de Ronaldo Nazário.
El malestar con el presidente brasileño es profundo y palpable. De cara al próximo partido frente al FC Barcelona, varias peñas del club están organizando una protesta simbólica: lanzarán 60.000 billetes falsos de 500 euros con la cara de Ronaldo. La cifra no es casual; representa los 30 millones de euros que el exfutbolista brasileño pagó en 2018 para adquirir el club a Carlos Suárez.
Esta no es la única muestra de descontento por parte de la afición pucelana. A lo largo de la temporada se han escuchado cánticos pidiendo su dimisión, han aparecido pegatinas y carteles críticos con su figura, en un ambiente que recuerda mucho al que vive el Valencia CF con Peter Lim.
Puede ser premeditado
La gestión del actual trinomio directivo del Real Valladolid —formado por Ronaldo Nazário, Paulo André y Domingo Catoira— ha llevado al club a una de las etapas más oscuras de su historia reciente. Sus decisiones han desembocado en un descenso humillante, con registros negativos que ya superan algunos de los peores momentos en los 97 años de vida de la entidad. Un club histórico, que ahora se ve sumido en la frustración y el desánimo de una afición que no reconoce a su equipo.
El Valladolid ya es conjunto de segunda división
Es cierto que a los jugadores se les puede y debe exigir más, pero también lo es que la confección de la plantilla parece haber sido un despropósito desde el inicio. Una plantilla sin cohesión, sin equilibrio, con futbolistas veteranos lejos de su mejor versión, jóvenes sin experiencia real en el fútbol profesional, y una estructura deportiva que no ha sabido construir un verdadero equipo competitivo.
El Valladolid por encima de Ronaldo
Ronaldo, como máximo responsable del club, ha sido objeto de duras críticas por parte de la afición, que siente que ha abandonado el proyecto y ha priorizado intereses ajenos al bienestar deportivo de la institución. Muchos creen que el brasileño ha terminado por tomar distancia del club precisamente por la falta de apoyo popular, por no haber sentido el respaldo de la prensa local, las instituciones o incluso de los aficionados que no han respondido, según él, en aspectos comerciales como la venta de entradas, camisetas o productos oficiales.
Ronaldo Nazario, en el The Best
En sus primeros años, Ronaldo fue recibido con admiración, incluso con ilusión. Pero con el paso del tiempo, esa imagen se ha transformado, y hoy para muchos representa una de las etapas más decepcionantes que ha vivido el Real Valladolid. Lo que quizás aún no ha comprendido es que este club, con casi un siglo de historia, estaba aquí antes de su llegada... y seguirá adelante cuando él ya no esté.
La venta del club
Hace cinco años, Ronaldo Nazário bromeaba con vender el Real Valladolid por 100 o 120 millones de euros. Hoy, las ofertas apenas superan los 40. Aun así, el interés sigue vivo por un club histórico con 24.000 abonados, cifra récord. Empresarios locales, fondos de inversión y un grupo mexicano han mostrado su intención de comprar, aunque todos pujan a la baja. Ronaldo pide 50 millones, y algunos apuntan a junio como un mes clave para cerrar una posible venta.
Tras casi siete años como máximo accionista y presidente, Ronaldo parece estar en la recta final de su etapa al frente del club. De ser una figura visible y cercana a desaparecer del día a día, sin asistir a un partido en Zorrilla desde agosto de 2024. Su ambicioso plan de dejar un legado —asentar al equipo en Primera y desarrollar la ciudad deportiva— ha quedado lejos de cumplirse. Bajo su gestión, el Valladolid ha descendido tres veces en cinco temporadas y ha tenido serias dificultades para avanzar en el acuerdo con el Ayuntamiento sobre las infraestructuras.
