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16 de mayo de 2024

Una factura de la luz y una bombilla.

Una factura de la luz y una bombilla.Alberto Ortega - Europa Press

Semana clave

Los tres días en los que la energía puede quemar al Ejecutivo de Sánchez

Europa no cree en su isla energética y los empresarios españoles temen un decretazo que les impida crecer

La acertada crónica de Ana Martín en El Debate cuenta cómo el Gobierno pasa por el diván para buscar argumentos ante lo que se les viene encima. La película de terror de la crisis energética ha sumado estos días nuevas escenas que aventuran una semana de pasión que no acabará en gloria para Pedro Sánchez.
La lírica mediática que rodea a Sánchez ha contado cómo abandonó de malas formas la reunión con los líderes europeos para que le tomasen en serio. También habla de que Macron tomó un ascensor para devolverlo al tablero político y que enjugara sus lágrimas delante de Alemania y Países Bajos.
De esa reunión salió la isla energética. Una excepción por la que la UE decidirá si permite a España y a Portugal que intervengan los precios del gas que se utiliza para producir electricidad. Un parche en toda regla que apenas tendrá repercusión en el recibo de la luz de los españoles.
Sánchez volvió a su triunfalismo. No era el de la época de Iván Redondo, pero sí que mostró la presa a toda Europa como un trofeo histórico de España. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera no quiso despertar a Sánchez, pero se vio obligada a comentar que los resultados no se verían hasta dentro de un mes siempre y cuando la CE diera el visto bueno. Serán más semanas si «nos recomiendan introducir mejoras».

Papel mojado

El despertar de la «isla energética» llegó la mañana del domingo. Mientras las víctimas del terrorismo pedían al Gobierno que deje de beneficiar a los terroristas y a sus herederos, dos abogados del estado recordaban a Pedro Sánchez que su conquista era papel mojado.
José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid y Macarena Olona, portavoz de Vox, hacían sonrojar al Gobierno recordando que la CE ya autorizó intervenir los precios de la luz y el gas el pasado 8 de marzo. La solución de topar el precio del gas a 180 euros por megavatio/hora que pretende llevar a Europa ya tenía luz verde desde hace días.
Alemania y Países Bajos no confían en la isla energética. Ni el relato puede impedir que se conozca la opinión de presidentes como Olaf Scholz, de Alemania, que dijo que «nunca votaremos» la excepción energética de España. Nadie cree en la solución de Sánchez y se guardan la carta de prohibir los topes si eso va a provocar que se encarezca la energía que llega a Francia por los «precios frontera». Una situación que derivaría en un aumento de precios en la exportación o, directamente, cortes de conexión con el país vecino.

Dinero del «sistema»

Sánchez no puede tumbar las fichas del dominó energético a su antojo. Sus ojos están puestos en España, aunque mire de reojo a Europa. Esa falta de mentalidad europea que marca su supervivencia puede pasarle factura también en España.
El recibo de la luz experimentará una ligera rebaja. Desde la Moncloa señalan que la reducción será mayor que la subida por la indemnización que tendrán que pagar los españoles en la factura. No queda claro quién paga la diferencia entre el precio real y el limitado por el Gobierno. Ribera asegura que no serán los impuestos los que financien a las eléctricas y que «se pagará con el dinero del propio sistema».
El lunes a primera hora Pedro Sánchez se ha citado con los jefes del Ibex 35 para explicarles que va a intervenir el precio del gas y otras muchas mediadas contra la crisis energética en su nuevo ‘decretazo’ que verá la luz el martes y aprobará el BOE el miércoles.
Tres días que empezarán en pleno barrio de Salamanca. Las millonarias obras que remodelan la antesala de la Milla de Oro madrileña serán testigo el lunes a las 9:30 de la llegada de la flor y nata de las empresas españolas al edificio Beatriz.
En el foro 'Generación de Oportunidades' que organizan Europa Press y McKinsey tiene como invitados a representantes de Acerinox, Aena, AWS, BBVA, Coca-Cola, Correos, Enagás, Endesa, Esade, Ferrovial, Grupo Red Eléctrica, GSK, Iberdrola, Ikea, Inditex, Mapfre, Meliá, Mercadona, Merlin Properties, b, Banco Santander y Telefónica.

Crisis del petróleo

Todavía está por ver quién acudirá y si lo hará Antonio Garamendi, presidente de la CEOE. Las llamadas entre secretarías se han cruzado durante el fin de semana con el objetivo de que fijar una postura previa ante el anuncio de Sánchez de que tengan que vender a pérdidas.
Las medidas de Sánchez podrían estar en línea de las de la crisis del petróleo de los años 70. Los salarios subieron al hilo de los precios para no repercutir la subida a los españoles. Al final, el Estado se condenó porque acabó aumentando el déficit. Adolfo Suárez introdujo el cambio de hora para justar la producción y devaluó la peseta. Todo eso ya no lo puede hacer Sánchez.
El mundo puso medidas de contención y restricción que hoy son impensables. En una España desarrollada y con un Gobierno que se niega a tocar el IVA, solo queda ponerse en manos de medidas de perfil bajo por el escaso margen presupuestario y porque no se puede entrar en un choque fiscal. Ayudas, bonos sociales, carencia de pago en las empresas (que provocaría morosidad) … son algunas soluciones.
El remiendo europeo en la manta de la economía española obligará a los españoles a taparse la cabeza para que se les enfríen los pies. A Pedro Sánchez le espera una semana donde «un resbalón puede ser letal».
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