
La cantante española Rosalía es imagen habitual de Gucci o Louis Vuitton
Moda y negocios
Balenciaga, Gucci, Prada… las marcas de lujo se ponen en manos de la generación Z
Chanel, Hermès o Gucci se fijan en los menores de 35 años para sus nuevas colecciones de ropa y complementos
Balenciaga, Gucci, Prada… dice la canción Ropa cara de Camilo, escrita por el propio Camilo y dedicada a toda esa juventud que le sigue por sus conciertos alrededor del mundo. A sus 28 años, el de Medellín (Colombia) tiene un contrato firmado con Sony Music y un catálogo musical destinado a la generación Z y a la Y.
La Rosalía
Pocos de sus fans tienen más de 35 años y a ellos les canta estrofas donde habla de Louis Vuitton, Balenciaga, Gucci o Prada. También Farruko, el conocido cantante puertorriqueño, tiene una canción titulada Gucci o a Rosalía se la puede ver con excéntricos chándales de Louis Vuitton.
Si esto le sumamos que los deportistas no esconden productos de marcas de lujo en cada aparición pública, tenemos una mezcla peligrosa de cara a la juventud que copia lo que ve y lo que ve es caro, muy caro.
Cuesta entender que un chaval de 20 años acceda a un bolso de Louis Vuitton que no baja de mil euros o a una mochila por 1.600 euros, cinturones de Gucci por 400 euros o gorras por 200 euros en el mejor de los casos.
Bain & Company ha publicado un estudio que asegura que en 2025 los principales compradores de este tipo de marcas de lujo serán la generación Z e Y y representarán el 79 % del total de sus ventas. Eso ha movido sus campañas publicitarias hacia este objetivo para captar a todo el público joven posible.
Desde las marcas aseguran que los jóvenes que tienen un trabajo les suponen mayores ingresos que antes, cuando accedían a empleos más precarios. Así lo ha entendido Gucci una vez que las estadísticas dicen que el 55 % de sus ventas son a menores de 35 años.
Los influencers tienen mucho que ver en esta tendencia. No hace falta que tengan un canal en Twitch, es suficiente con ver a futbolistas bajar de un autobús con un neceser o una maleta de Louis Vuitton, a un cantante con una camiseta de Balenciaga o a una Victoria Federica con un bolso de Christian Dior en una plaza de toros. Ese instante es suficiente para despertar el interés.

Victoria Federica, con total look de la firma
Y como todo lo caro, como todo lo que tiene buena calidad y diseño, tiene un mercado importante de segunda mano. Igual que sucede con Apple, las firmas de lujo encuentran aquí un potencial de ventas.
En Wallapop o Vinted se pueden comprar bolsos, pañuelos, gorras, zapatillas o «ropa cara», que diría Camilo, a un 30 o un 40 % por debajo que si fuera adquirido en la tienda. Suelen están en buen estado y las réplicas se distinguen bien y hasta las propias plataformas luchan por erradicarlas.
Segunda mano
Milanuncios ya avisa de que Dior, Hermès, Gucci o Loewe han triplicado su demanda en la segunda mano y para 2025 duplicará a 2020.
De todas las etiquetas que se les ponen a las nuevas generaciones nadie apostaba porque fueran las de las marcas de lujo y las firmas caras.