La Comisión Europea ha presentado este lunes sus previsiones económicas de verano, en las que se muestra más cauta de cara al crecimiento de la economía española de cara a 2024. Mientras en primavera confiaba en un PIB del 2 %, ahora revisa a la baja su estimación y marca un 1,9 %.
En Bruselas, sin embargo, se muestran optimistas con la economía española en relación a este año. Mientras en primavera estimaban un crecimiento del 1,9 %, al acabar el verano hablan de un aumento de tres décimas para marcar un 2,2 %.
España es uno de los países de la UE que mejor está sabiendo controlar la inflación después de los grandes aumentos de precios a lo largo de 2022. De ahí que en Bruselas confíe en que la tasa se mantenga como en los últimos meses y acabe el año en un 3,6 %, cuatro décimas por debajo de lo esperado en primavera gracias a la desaceleración de la inflación energética desde el tercer trimestre del año pasado. Para 2024, la Comisión Europea revisa al alza sus previsiones, del 2,7 % esperado en primavera al 2,9.
A nivel europeo, la economía sigue creciendo a un ritmo reducido. Bruselas ha revisado a la baja las expectativas de la UE, que han pasado del 1 % proyectado en primavera al 0,8 % actual. De cara al año que viene también se muestran pesimistas en la Comisión Europea y reducen tres décimas el crecimiento de la UE para dejarlo en un 1,4 %.
La reducción a nivel comunitario se debe principalmente al frenazo de Alemania, que se contraerá un 0,4 % en el presente ejercicio y auguró unos meses de ralentización.
La inflación es una asignatura pendiente a nivel comunitario y lo seguirá siendo en lo que queda de año y el próximo. Según las previsiones presentadas este lunes, la tasa alcanzará el 6,5 % a finales de año y el 3,2 % en 2024. Son cifras positivas, ya que el informe de primavera las situaba dos décimas por encima en 2023 y una en 2024. En la zona euro, se prevé que la inflación sea ligeramente inferior, con una marca del 5,6 % a final de año y el 2,9 % los próximos doce meses.
Los datos vienen a demostrar que el crecimiento dentro de la Unión Europea ha sido moderado a lo largo del primer semestre del año. La debilidad de la demanda interna, y en particular del consumo, lleva a que los precios sean elevados en la mayoría de bienes y servicios y superiores a lo esperado en las previsiones de primavera.
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