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21 de mayo de 2024

Nadia Calviño, ayer

Nadia Calviño, ayerEfe

Calviño se abre a revisar el impuesto a la banca y abre otro frente con Sumar

La vicepresidenta afirma que «es el momento de revisar y ajustar algunos parámetros» pero pone sobre la mesa prorrogar un año más la gratuidad para subrogar de hipoteca fija a variable o mixta

El Gobierno se abre a revisar y «ajustar» el impuesto a los beneficios de las entidades bancarias. Así lo ha confirmado la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, que en una entrevista en Espejo Público ha admitido que en el Ejecutivo «lo estamos estudiando».
En una de sus últimas intervenciones antes de su partida al Banco Europeo de Inversiones (BEI), Calviño ha tendido una mano a las entidades bancarias, pero dejando claro que el tributo, aunque se rediseñe, se mantendrá.
«Hicimos muy bien en poner los impuestos energéticos y a la banca y han tenido los resultados en términos de recaudación que habíamos previsto. Ahora me parece que es el momento de revisar y ajustar algunos parámetros», ha asegurado Calviño. «Ya no hay esa subida tan rápida de los tipos de interés y de la energía y tenemos que ver si hay que hacer algunos ajustes. Lo estamos estudiando. Para que sigan teniendo impactos positivos desde el punto de vista de la recaudación y de la economía».
A cambio, la vicepresidenta ha emplazado a las patronales bancarias a que, como muy tarde la semana que viene, acepten extender al año próximo las medidas de alivio hipotecario contempladas en el Código de Buenas Prácticas.
En particular, la gratuidad a la hora de subrogar una hipoteca de variable a fija o mixta. Un trámite que, de otra manera, supondría el desembolso de entre 2.500 y 5.000 euros a partir del 1 de enero. Asimismo, el Ejecutivo se ha comprometido a elevar de 30.000 a 38.000 euros el umbral para acceder a las ayudas hipotecarias, una medida que el Banco de España ha tildado de «innecesaria».
El tributo a la banca y su «hermano» para las empresas energéticas ha levantado ampollas en ambos sectores, dado que grava los beneficios y no los ingresos y les sitúa, argumentan, en desventaja competitiva frente a otros países. Empresas como Repsol han amenazado incluso con llevarse inversiones fuera del país. De ahí que el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se abriera la semana pasada a «rediseñar» el impuesto energético. El problema es que mantener ambos tributos, que nacieron con carácter temporal y solo para dos años, es una exigencia firmada con Sumar en el acuerdo de investidura con Yolanda Díaz.
De hecho, Díaz no ha tardado en responder a Calviño. «Le diría a la señora Nadia Calviño 'pacta sunt servanda' (lo pactado, obliga) y que acabamos de cerrar un acuerdo con el PSOE, que dio la presidencia del Gobierno al señor Sánchez, en el que, de manera clara, justamente en momentos de crisis de inflación sin precedentes, los que más tienen, más tienen que aportar», ha señalado desde Bilbao.
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