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28 de abril de 2024

Ilustración: sanchez economia

Sánchez contempla cómo sube el gasto sin ningún problema.Lu Tolstova

El Gobierno dispara el gasto y lo eleva en casi 70.000 millones con respecto al de Rajoy

Maneja una previsión de ingresos para el año que viene que resulta difícil de creer, según los expertos

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha presentado recientemente el techo de gasto no financiero que prevé reflejar en los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE). La cifra asciende a 189.215 millones de euros sin incluir los fondos europeos, 69.381 millones más que los 119.834 millones de techo de gasto aprobados en el último Presupuesto de Mariano Rajoy en 2018: un 58 % más. Si en el número de este año se incluyen los fondos europeos, el techo de gasto asciende a 199.120 millones de euros, 79.286 millones más que con Rajoy, un 66 % más.
El aumento respecto al año pasado de un 9,5 % en el techo de gasto sin incluir los fondos europeos anunciado por Montero no se entiende en el contexto de la vuelta en 2024 de los límites de déficit y deuda que la Comisión Europea impondrá a España y a los países miembros. Montero repite una y otra vez que el déficit bajará el año que viene al 3 %, pero parece difícil que se consiga: «Se está generando gasto estructural, y se está haciendo a lomos de una previsión de incremento de la recaudación que no va a producirse, porque ya se está desacelerando», explica el economista José María Rotellar.
«El año pasado se produjo un incremento excepcional de la recaudación, de más de 32.000 millones de euros, derivado en gran parte de la inflación, que podría haber supuesto una reducción de 2-2,3 puntos sobre el déficit, pero solo se redujo una décima. Significa que el incremento excepcional derivado del crecimiento de la inflación ha ido a gasto estructural», añade.
Ese aumento de gasto estructural tiene que ver en buena medida con que los fondos europeos han tenido como principales beneficiarios a las empresas públicas, como se ha sabido recientemente, y ese gasto va a permanecer cuando los fondos ya no estén. La financiación del techo de gasto viene en parte de momento de los fondos europeos, pero esos fondos algún día dejarán de llegar, y el gasto estructural que han creado permanecerá, ya sin esos ingresos. Los fondos llegan a las empresas públicas, que tienen un efecto multiplicador sobre la economía menor que las privadas.
Además, Rotellar ha detectado otro problema: hay una discrepancia entre lo que el Estado espera recaudar y el dinero que promete a las comunidades. «Si miramos los informes de recaudación de la Agencia Tributaria nacionales, vemos que se va desacelerando la recaudación líquida. Se han estimado unas mayores cantidades en entregas a cuenta a las comunidades de lo que realmente se está recaudando. Implica que puede haber unas liquidaciones negativas que, si estamos en el 23, se verán presupuestariamente en el año 2025», explica Rotellar. Un regalo envenenado para los que vengan.

«Si miramos los informes de recaudación de la Agencia Tributaria vemos que se va desacelerando la recaudación líquida

La previsión de déficit quedará en el 2,9 % para la Administración Central del Estado y el 0,1 % para las comunidades autónomas en 2024, pero Rotellar teme que ni la una ni las otras cumplirán. El Gobierno se excederá en el gasto, le caerán los ingresos, y «como el Ejecutivo ha regado a las comunidades con fondos extraordinarios durante estos años, también han generado gasto estructural. Sus ingresos se van a ver también en un aprieto, y previsiblemente se desviarán del déficit». Tanto en uno como en otro caso, el economista tiene claro que la solución solo puede pasar por la reducción del gasto.
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