
Imagen de archivo de la central nuclear de Cofrentes (Valencia).
España desconecta la mayoría de sus centrales nucleares en Semana Santa por la «desproporcionada» carga de impuestos
El clima, la menor demanda y la «desproporcionada» carga fiscal de las centrales obligan a cerrar tres de los siete reactores, con otro más en proceso de recarga
Ensayo general de apagón nuclear en plena Semana Santa. La generación atómica se mantuvo en mínimos este Viernes Santo, con apenas 2,03 MW de 7,39 instalados, después de que varios factores hayan motivado que cuatro de los siete reactores españoles se encuentren actualmente desconectados de la red.
Almaraz I y II, en Extremadura, y Cofrentes, en Valencia, fueron desconectadas de la red el 16 y el 17 de abril ante la imposibilidad de casar su oferta en el mercado mayorista. Un escenario inédito que Foro Nuclear, la asociación que agrupa los intereses del sector en España, atribuye al descenso de la demanda durante las jornadas de vacaciones, a la alta penetración renovable por las borrascas de los últimos días y a la «desproporcionada carga tributaria» que afrontan las plantas atómicas.
A ello se suma además que la central de Trillo, en Guadalajara, permanece sin actividad desde el 25 de marzo para una recarga de combustible rutinaria. Con todo ello, la nuclear apenas está suponiendo estos días el 7 % de la generación, cuando lo habitual es que ronde el 20 %.
Con la eólica disparada, el precio de la electricidad en el mercado mayorista se sitúa este sábado en apenas 1,72 euros / MWh, el valor más bajo en un año, frente a los 108,31 euros /MWh de media en febrero y 96,69 en enero. Fuentes del sector recuerdan que la carga fiscal de las centrales ronda los 28 euros / MWh, lo que hace que las plantas atómicas pierdan dinero en estas condiciones, cuando lo habitual históricamente era que operen a plena capacidad.

Ubicación de las centrales nucleares españolas
Este mini apagón se produce precisamente cuando los titulares de la planta de Almaraz ultiman, según adelantó El Mundo, pedir una prórroga de tres años para mantener operativa la planta al menos hasta 2030, retrasando así el calendario que empuja a las centrales atómicas españolas a bajar la persiana entre 2027 y 2035.
Situación «puntual»
Foro Nuclear, no obstante, afirma que la situación «es puntual», y apunta que, pese a que afronta una carga impositiva «mucho mayor que la de otras fuentes de energía», la generación atómica «sigue siendo imprescindible para la firmeza y estabilidad del sistema».
Un argumento que basan precisamente en la enorme variabilidad que presentan las energías renovables. «Para mantener de manera continua el correcto funcionamiento del sistema será necesario contar con una potencia constante. Hay que recordar que en 2024 prácticamente el 20 % de la generación eléctrica fue de origen nuclear», señalan.
En esta línea, la Cámara de Comercio de Valencia acaba de publicar un informe en el que insta al Gobierno a aprobar una moratoria sobre el cierre de la planta de Cofrentes, previsto para 2030. «Sin nuclear, el modelo industrial valenciano correría un grave peligro de colapso, no solo por la importancia que tiene la industria manufacturera, sino también por el efecto arrastre que el cierre de estas empresas provocaría en otras actividades económicas», advierten.
Los empresarios valencianos inciden también en el papel de Cofrentes para evitar la caída del sistema eléctrico valenciano durante la destructiva dana del pasado 29 de octubre. «2,5 millones de hogares se benefician de la estabilidad que aporta Cofrentes al sistema eléctrico (...) en un contexto internacional marcado por la volatilidad de los precios de la energía y las tensiones geopolíticas. La producción estable y autónoma de las centrales nucleares reduce la dependencia de importaciones de combustibles y refuerza la seguridad del suministro», subrayan desde la Cámara valenciana.