Algo está cambiando en la comunidad china en España. Si antaño fueron los máximos exponentes del bazar, ahora están empezando a diversificar sus negocios a nuevos patrones de consumo. Y también sus inversiones: esta nacionalidad lidera las operaciones de compraventa en la Comunidad de Madrid. El dato proviene del último informe del Consejo General del Notariado, que analiza la evolución del mercado inmobiliario extranjero durante el segundo semestre de 2024. En ese período se realizaron 69.690 operaciones de compraventa por parte de compradores internacionales, lo que supone un aumento del 10,3 % respecto al año anterior. De ese total, el 58,1 % correspondió a extranjeros residentes en España, consolidando así una recuperación del mercado iniciada a principios de año. Por nacionalidades, los británicos siguen liderando el total de operaciones en el conjunto del país, con un 8,7 %, seguidos por marroquíes (7,3 %) y alemanes (6,7 %). Sin embargo, en la Comunidad de Madrid, el protagonismo lo han tomado los ciudadanos chinos, que han incrementado sus compras en un 26,5 % respecto a 2023. Este crecimiento los sitúa como la primera nacionalidad tanto entre residentes como entre no residentes. En el segmento de no residentes, los compradores chinos representaron el 18 % de las transacciones en Madrid, muy por encima de los estadounidenses (10 %). En el caso de los residentes, su presencia también es notable, con un 16 % de las operaciones, superando a los italianos (11 %). Este auge inmobiliario se refleja también en la presencia cada vez más visible de anuncios y ofertas de compra en los buzones de edificios y parabrisas de coches, firmados por inversores chinos interesados en adquirir inmuebles de forma directa. No es casualidad que esta comunidad sea una de las principales beneficiarias del programa de golden visa, por delante de otras nacionalidades tradicionalmente inversoras como la rusa o la británica. Desde la inmobiliaria Templo explican que se trata de un perfil de comprador que prefiere cerrar operaciones con rapidez y, en muchos casos, pagar al contado. «La desconfianza hacia los sistemas financieros extranjeros lleva a muchos compradores chinos a evitar la financiación bancaria y optar por pagos directos, especialmente si no cuentan con un historial crediticio en España», detallan. Además, prefieren evitar las demoras burocráticas. En Madrid, existen varias agencias inmobiliarias que han desarrollado una sólida presencia en este nicho de mercado, como Bafre —una de las pioneras—, Mr. House o C.R. Homes, esta última especializada en el área metropolitana del sur, en torno al polígono industrial de Cobo Calleja, un epicentro económico de la comunidad china. Pero este fenómeno no se limita al sector inmobiliario. El tejido empresarial chino en España también está evolucionando. Si durante décadas se asoció principalmente a tiendas de «todo a cien» y restaurantes, en los últimos años se ha producido una notable diversificación hacia actividades como la hostelería, los salones de belleza, la moda, la tecnología o incluso servicios profesionales. Según Eduardo Abad, presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), este cambio responde tanto a una transformación generacional como a la necesidad de adaptación. «La desaparición del pequeño comercio tradicional también ha afectado a muchos autónomos de origen chino. En lugar de insistir en modelos agotados, han sabido orientar sus esfuerzos hacia sectores con mayor proyección, especialmente en el ámbito de los servicios», sostiene. Este crecimiento inversor no solo responde a una estrategia económica, sino también a una evolución natural de una comunidad que, tras décadas asentada en España, empieza a explorar nuevas formas de participación en el tejido empresarial de nuestro país.