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Cani Fernández

La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC), Cani Fernández.Jesús Hellín / Europa Press

La CNMC aprueba la oferta de compra de BBVA sobre Sabadell con unas condiciones «sin precedentes»

La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ha aprobado hoy con condiciones la oferta de compra de BBVA sobre Sabadell, tal como habíamos adelantado en El Debate de fuentes conocedoras de la operación. Tenía previsto aprobarla el lunes, pero lo evitó el apagón. Aunque en algún medio de comunicación se había publicado a primera hora de la tarde que ya se había aprobado, finalmente se ha hecho en torno a las 19.15 horas, después de una reunión tensa con discrepancias. La CNMC explica ya en su web los detalles de la resolución.

Entre los compromisos que tendrá que cumplir BBVA, que pueden verse también en su web, destaca el de no cerrar oficinas cuando no haya otra a menos de 300 metros; tampoco en códigos postales con renta per cápita inferior a 10.000 euros; ni donde queden menos de tres competidores; ni en municipios de menos de 5.000 habitantes.

También destaca el compromiso de mantener las condiciones comerciales para clientes particulares, autónomos y pymes en aquellos códigos postales en los que haya menos de cuatro competidores.

Respecto a las pymes y autónomos, además de no cerrar ninguna oficina especializada en empresas de Banco Sabadell, BBVA se compromete a mantener, durante tres años (prorrogables dos años más si así lo decide la CNMC), las líneas de circulante a todas las pymes de Banco Sabadell y las líneas de crédito y las destinadas a la importación y exportación de todos los clientes autónomos de Banco Sabadell. Además, BBVA se compromete a mantener el volumen de crédito total de las pymes cuya cuota CIRBE agregada de BBVA y Banco Sabadell sea al menos del 85 %. En las comunidades autónomas donde la cuota en el segmento de crédito a pymes de la entidad resultante sea mayor (Cataluña e Islas Baleares), este compromiso aplicará a las pymes cuya cuota CIRBE agregada sea al menos del 50 %.

Asimismo, para las pymes y autónomos situados en códigos postales en los que queden menos de cuatro competidores, los precios del nuevo crédito no superarán el precio medio aplicado a nivel nacional.

En el mercado de adquirencia (TPVs), BBVA se compromete a mantener las condiciones que los clientes pymes y autónomos tuvieran contratadas con BBVA y/o con Banco Sabadell.

Según ha comunicado la propia CNMC en una nota de prensa, «considera que los compromisos que ha presentado BBVA son adecuados, suficientes y proporcionados para solucionar los problemas que esta concentración supone para la competencia en los mercados afectados».

La CNMC ha concluido que la operación supone una amenaza para la competencia efectiva en determinados ámbitos del mercado de banca minorista y de servicios de pagos.

Respecto a la banca minorista, la concentración supone la creación de una entidad líder en varios de sus segmentos, tanto para particulares como para pymes y autónomos.

Se han identificado 96 municipios en los que, tras la operación, se supera la cuota conjunta del 50 % con adición mayor al 15 %, resultando una situación de duopolio en 48 de estos municipios.

Asimismo, se han identificado 72 códigos postales en los que tras la operación se generará o bien una situación de monopolio como resultado de la concentración (7 códigos postales), o bien una situación de duopolio (65 códigos postales).

Respecto al mercado de servicios de pagos, la entidad resultante supera el 30 % de cuota conjunta a nivel nacional, por lo que existe un riesgo de empeoramiento de las condiciones comerciales mediante el incremento del precio al comercio que demanda los servicios de adquisición de operaciones de pago.

Con la operación se producirían una serie de riesgos para la competencia, entre los que se incluirían un empeoramiento de condiciones comerciales para particulares, pymes y autónomos en determinadas localizaciones, exclusión financiera, reducción de crédito a pymes, riesgos relacionados con el mercado de prestación de servicios de adquisición de operaciones de pago y empeoramiento de las condiciones de acceso a cajeros.

Para evitarlos, el BBVA se ha mostrado dispuesto a asumir los compromisos explicados anteriormente para la compra, que la CNMC considera suficientes. La mayoría de estos compromisos tendrán una duración de 3 años, prorrogables por dos más en el caso del crédito para pymes; y de 18 meses en el caso de condiciones de acceso a cajeros.

Respecto a los siguientes pasos, tras esta autorización por parte de la CNMC, y tal como establece la Ley 15/2007 de Defensa de la Competencia, el Ministerio de Economía dispone de quince días (hábiles) para decidir si eleva o no la concentración al Consejo de Ministros. En caso de hacerlo, el Consejo de Ministros valorará la operación atendiendo a criterios de interés general distintos a la defensa de la competencia, y deberá adoptar su decisión en un plazo máximo de un mes (días naturales).

La pelota pasa al Gobierno

Una vez que la CNMC ha aprobado la operación, la pelota pasa al tejado del Gobierno. Podrá imponer condiciones que no tengan que ver con la competencia, pero está por ver que lo haga. Hasta ahora se ha manifestado siempre en contra de esta operación, pero hay quien piensa que los vascos (BBVA tiene su sede social en Bilbao) podrían presionar para que se realice. De momento nada apunta a que lo hagan. Ya han presionado para que se evite el impuesto a las energéticas y quizá con eso ya tienen suficiente de momento. Iberdrola y Petronor dejan beneficios considerables en la hacienda vasca, y por otra parte no hay que olvidar que un aumento de tamaño de BBVA podría perjudicar a Kutxabank, que es muy importante para la región.

No se descarta que el Gobierno opte por una solución salomónica que contente a catalanes y vascos

En cualquier caso, no se descarta que el Gobierno opte por una solución salomónica que contente a ambos. Por ejemplo, podría acogerse a la ley no para impedir la compra, pero sí para evitar la desaparición de la marca Sabadell. Satisfaría a los catalanes, y al BBVA no le incomodaría, en buena medida porque el impuesto a los bancos es progresivo con el tamaño. Si mantienen el funcionamiento por separado, la nueva entidad no llega a constituirse, y BBVA pagará menos impuestos solo por BBVA que por una nueva entidad que aglutine a ambos. Por otra parte, los expertos del mundo financiero no ven sentido a esta operación si no acaba en fusión.

Quienes llevan tiempo en el proceso sostienen que haría falta alguna señal más contundente que cierre la operación. Algunas fuentes sostienen que podría ser designar la sede del Sabadell en San Cugat como la oficina central del negocio de pymes de la nueva entidad BBVA-Sabadell para España y Europa, y también trasladar personal de las oficinas de BBVA en Madrid a Cataluña.

Podría ser un buen gancho, pero desde luego lo que convencería a los accionistas sería que BBVA les ofreciera a última hora una buena prima en metálico. Fuentes bien informadas del sector financiero estiman que llevaría a BBVA a tener que desembolsar entre 2.000 y 3.000 millones de euros, algo que se antoja difícil o peligroso teniendo en cuenta la incierta situación de su negocio en Turquía y México.

Una importante prima en metálico convencería a los accionistas, pero no será fácil darla para BBVA

Aun así, está claro que, una vez la CNMC ha dado su visto bueno, si el Gobierno también lo hace, BBVA irá a por todas y ofrecerá a los accionistas lo que haga falta para que la operación salga adelante.

Solo una buena oferta de última hora parece poder conquistar a los accionistas, que a día de hoy a priori están mayoritariamente en contra de que triunfe la oferta de compra. Los intentos que desde hace meses ha desarrollado Carlos Torres (presidente de BBVA) por acercarse a ellos han resultado baldíos. Pese a ello, expertos del sector recuerdan que el 30 % de accionistas del Sabadell lo es también de BBVA. Afirman que apoyarían la OPA y con ello saldría adelante.

Más allá de esta cuestión, los empresarios catalanes piensan que la desaparición del Sabadell les perjudicaría de cara a conseguir unos créditos competitivos. Entre las pymes hay una gran indignación: lamentan que la CNMC solo haya consultado la decisión con los bancos cuando son los primeros interesados en que se reduzca la competencia. Frente a ello, más allá de las consultas que haya hecho, si la CNMC ha determinado que hay suficiente competencia, es porque la habría con un actor menos como el Sabadell, y expertos del mercado coinciden en que es así.

Pase lo que pase, quienes más se la están jugando son los directivos de los bancos, como ocurre siempre en este tipo de operaciones. Si la compra sale finalmente adelante, algunos de ellos saldrán, y si no sale, al menos tendrá que irse Carlos Torres, que ha sido su gran impulsor. Quizá ofrezcan algún sillón a los directivos del Sabadell para allanar la victoria. En ese caso los directivos del Sabadell afectados se verían aún más obligados a forzar la prima en metálico para demostrar que han hecho algo tangible por los accionistas. En donde hay consenso es en que el Sabadell ha ganado por goleada la batalla del relato. Su mensaje de querer seguir en solitario ha calado mucho más entre asociaciones, pequeños empresarios y accionistas y la sociedad en general.

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