
Fachada de la sede de Red Eléctrica Corporación.
Red Eléctrica y la CNMC advirtieron hace dos años de riesgos en la red que requerían «medidas urgentes»
La entidad señaló que el momento de tensión más elevado se produjo entre el mes de abril y de mayo, exactamente dos años antes del apagón
Dos años antes del apagón que sufrimos a nivel nacional el pasado 28 de abril y que dejó a su paso cinco muertes, tanto Red Eléctrica como la Comisión Nacional de Mercado y Competencia avisaron de que «las elevadas tensiones en la red podrían provocar el desacoplamiento intempestivo de instalaciones conectadas a la misma». Esta advertencia indicaba que los niveles de tensión eran superiores a los que el sistema era capaz de admitir y a la normativa, lo que a su vez podía derivar en una desconexión automática de determinadas tecnologías o centrales de la red.
Ambas entidades confesaron «no tener las herramientas suficientes» y aseguraron que eran necesarias «medidas urgentes». Para poder poner remedio a estos elevados valores, propusieron la implementación de un grupo de trabajo cuyo cometido fuera controlar la tensión a través de ajustes técnicos en los grandes consumidores. La CNMC validó el proyecto y actualmente continúa con su labor.
La resolución publicada por la compañía eléctrica en el Boletín Oficial del Estado el 13 de noviembre de ese 2023 por la CNMC señalaba que si no se tomaban medidas urgentes los niveles de tensión podían ir en aumento, al igual que los riesgos. Además, como reflejaba El País, la entidad señaló a través de un gráfico que el momento de tensión más elevado se produjo entre el mes de abril y de mayo, exactamente dos años antes del apagón.
Los principales factores que agraviaron el problema en el 2023, de acuerdo con la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, fueron el descenso de la demanda peninsular, en concreto el de la demanda industrial, la disminución del mix energético de generación síncrona que controla la tensión mediante órdenes fijas y el aumento en el mix energético de generación renovable y residuos.
Además, la compañía expuso en su informe de verano de ese mismo año que «Red Eléctrica no dispone de herramientas suficientes para evitar que las tensiones en la red de transporte alcancen valores muy elevados, llegando en ocasiones a superar los rangos admisibles establecidos en la normativa e incluso llegando a provocar, en momentos puntuales, la desconexión por sobretensión de instalaciones de generación y de consumo». La conclusión del informe ratificaba que son cada vez más las centrales renovables las que hacen funcionar el sistema eléctrico y que estas no aportan la firmeza suficiente.
Tras el apagón del pasado mes de abril, Redeia descartó un ciberataque en sus instalaciones de acuerdo con el CNI y el Instituto Nacional de Seguridad. La compañía hablaba de una gran oscilación de tensión y frecuencia antes de la desconexión masiva de la red. Hace dos años pidió el control de esas oscilaciones no deseadas que pueden poner en riesgo la seguridad de nuestro sistema eléctrico. Tanto ellos como el Gobierno y la CNMC han confirmado la presencia de valores anormales en la frecuencia y la tensión del sistema antes del apagón, a pesar de que los grupos de investigación que trabajan sobre ello no esperan resultados a corto plazo.
Independientemente de la falta de información, el operador del sistema eléctrico ha cambiado por completo su operativa, desde ese 28 de abril funciona con menos renovables y más ciclos combinados de gas.