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Análisis económicoJosé Ramón Riera

El Gobierno invirtió solo 59 millones de euros en el primer trimestre en infraestructuras ferroviarias

Únicamente ha mandado subvenciones a ADIF por valor de 59, 4 millones, y encima es menos que en el 2024, y las catenarias hechas un desastre

Actualizada 04:30

Cada día tengo más claro que el sectarismo, el dogmatismo ideológico y la vaguería de no hacer lo que se debe hacer sino todo lo contrario están entre los mayores factores para el desastre actual que tenemos.

El gran apagón del 28 de abril tiene responsables muy claros, que son los que han marcado la política energética de nuestro país en los últimos años: Teresa Ribera, que tenía a su lado a la actual ministra, en el puesto de secretaria de Estado, Sara Aagesen.

Pero lo sucedido el domingo 4 de mayo también tiene dos grandes culpables: el ministro de Interior, que no ha dotado de suficientes medios ni recursos a la Policía Nacional para prevenir el robo del cobre de las instalaciones ferroviarias, porque es conocido que esto robos se organizan a través de «mafias del cobre» y obviamente no realizan sabotajes, sino tratar de lucrarse con los bienes de otros.

Lo sucedido con el apagón y el robo de claves tiene responsables muy claros

¿Es Oscar Puente, responsable del robo de cobre? No, la responsabilidad de los robos y el aumento de la inseguridad ciudadana es de Fernando Grande-Marlaska.

¿La catenaria que aumentó el problema del transporte ferroviario, de quién es responsabilidad? De Oscar Puente, porque ADIF es una entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Las catenarias son los cables aéreos por donde circula la corriente eléctrica que alimenta los trenes, como los de alta velocidad, metro o tranvía, y transmite electricidad al tren a través del pantógrafo, que es el brazo articulado del tren que toca el cable para recibir la energía.

Si la catenaria está curvada, por falta de mantenimiento o por una tensión más baja, es cuando un pantógrafo se puede llevar por delante la catenaria.

Es decir: tenemos los problemas que tenemos en el transporte ferroviario porque no le dedicamos el suficiente dinero a mantener nuestra red viaria o porque se producen fallos de suministro eléctrico, que hacen que las catenarias se comben.

Hoy lo que quiero demostrar, con los datos de la Intervención General de la Administración del Estado, es que Óscar Puente puede que sea un magnífico tuitero, pero no le pagamos por eso. Le pagamos para que administre de forma eficiente su Ministerio.

Un ministro que sabe que no tiene Presupuestos Generales del Estado y que está ayudando al jefe del Gobierno para ver cómo arregla el problema del rearme en Defensa, de momento se ha dejado meter un gol por la escuadra aceptando que a 31 de marzo el crédito concedido para todo el año 2025 se haya reducido un 5,2 % y sólo tiene disponible para gastar 12.383 millones.

Pero lo que todavía es peor, y demuestra la vagancia de este ministro, que lo único que quiere es hacerle la pelota a su jefe, es que a 31 de marzo debería de llevar alrededor del 25 % de sus Obligaciones reconocidas y lleva justo la mitad.

A Puente habría que pagarle la mitad del sueldo, porque ha hecho la mitad de su trabajo

Si fuésemos justos con él, deberíamos de haberle pagado la mitad del sueldo porque está haciendo sólo la mitad de su trabajo.

Para que veamos cómo está el Ministerio Inversor de nuestro país, porque de él dependen las infraestructuras viarias, ferroviarias, aeroportuarias y portuarias, les he preparado el siguiente cuadro.

Es cierto que, como sabe que tiene muchos problemas entre las manos, va un poco más rápido que en 2024, que tuiteaba más que este año.

Ha conseguido ejecutar un 25,3 % más de gasto que el año pasado, a pesar de que tiene a fecha de marzo un 5,2 % menos de presupuesto o créditos definitivos.

Si nos fijamos en la partida que más debería preocuparle al ministro, que son sus Inversiones reales, resulta que han crecido un 37,2 % más que en los 3 primeros meses del 2024 y ha dedicado a conservación de carreteras un 15 % más, hasta llegar a 264 millones; creación de infraestructuras de carreteras 158 millones, un 71 % más, y, muy importante, a las Zonas de Bajas Emisiones, 18,5 millones, porque hay que ser «sostenible y ecológico».

En total ha invertido 471 millones.

Por otro lado, ha enviado en Transferencias Corrientes a los diferentes organismos que dependen del Ministerio, subvenciones que, se supone, son para invertir en transporte terrestre, 288 millones (+4,7 % que en 2024), para transporte marítimo, 93,4 millones (+122,2 %), para Transporte aéreo, 506,4 millones (+27,4 %), y, casualidades de la vida, 59,4 millones para transporte ferroviario (-3,5 %).

¡Qué mala suerte! Solo ha mandado subvenciones a ADIF por valor de 59, 4 millones y encima es menos que en el 2024, y las catenarias hechas un desastre.

De momento, de todo su prepuesto anual, ha dedicado a Inversiones el 3,8 %, lo que supone el 30 % del total de las obligaciones reconocidas.

El resto va a subvenciones que no sabemos a qué se van a dedicar, si a pagar salarios o gastos generales o a invertir en infraestructuras, y no lo sabemos porque nadie nos lo puede decir, salvo que los destinatarios de las subvenciones nos digan a qué se ha dedicado el dinero, si a pagar Jésicas o mises o a catenarias y a otras obras de mantenimiento e infraestructuras.

Lo que sí sabemos es que este Ministerio, si sigue así, habrá dedicado a finales de 2025 un total de 3.710 millones a Inversiones Reales.

El resto es una incógnita que habrá que despejar algún día.

Por eso se hace cada día más urgente una auditoría externa de todos los gastos realizados por este Gobierno. Las malas prácticas están a la orden del día y podrían aparecer muchos delitos, de los que de momento prefiero no escribir.

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