La planta que podría empezar a funcionar en el año 2040.
En marcha un proyecto europeo para dar autonomía energética a la UE y evitar apagones. ¿Será la solución?
Los países más importantes de nuestro continente parecen ya convencidos de impulsar la fusión energética, aunque falta el último empujón
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El apagón que sufrió España el 28 de abril, la creciente demanda de energía prevista por cuestiones como el coche eléctrico y los centros de datos y la polarización y enfrentamiento entre países que amenazan el suministro energético hacen urgente que Europa se plantee cómo mejorar su suministro y su autonomía energética.
En esta línea se están moviendo proyectos europeos que confían en la fusión energética para asegurar la autonomía energética europea. Uno de ellos es el de Gauss Fusion, cuyo modelo de planta puede verse en la imagen de este artículo. La fusión energética es una fuente de energía renovable de origen nuclear que tiene algunas ventajas frente a la actual fisión nuclear: no causa explosiones ni reacciones en cadena como las que pudieron verse en las centrales nucleares de Chernóbil o Fukushima; no produce material explosivo ni radiactivo que haya que almacenar durante miles de años; podría tener el problema de que el uranio hay que traerlo de países poco estables como Rusia, Kazajistán y Nigeria, pero también puede conseguirse en España; y la fusión de la energía se obtiene con agua, una materia prima que se encuentra en todas partes.
No se puede vivir solo con energía solar y eólica
La fusión energética aportaría estabilidad al sistema energético: contribuiría al 30 % de carga base que se necesita para que no se sufra un apagón, ya que produciría energía constantemente, como las centrales nucleares actuales. «No se puede vivir solo con energía solar y eólica. Se necesita carga base. Puede venir del carbón o el uranio si queremos seguir contaminando, o de una fuente renovable, como la fusión», explica Milena Roveda, consejera delegada de Gauss Fusion y presidenta de la Asociación Europea de Fusión.
Milena Roveda, presidenta de la Asociación Europea de Fusión.
Su empresa, que está participada por la española IDOM, capitanea un gran proyecto europeo de fusión energética. Persiguen crear una especie de Eurofighter de la fusión, en alusión al avión de combate diseñado por un consorcio de empresas europeas. En principio están interesados en participar seis países europeos: Alemania, Francia, Italia, España, Holanda y Dinamarca. Ya vamos un poco tarde. «El canciller alemán Merz dijo que quería poner en su país la primera central de fusión del mundo, pero la pondrán los chinos», indica Roveda.
La consejera delegada de Gauss Fusion señala que los alemanes «solos no iban a llegar lejos», como tampoco puede hacerlo Estados Unidos, «que viene a Europa a pedir materiales y componentes». De ahí que animara a los alemanes a unirse a otros países europeos.
La fusión energética no llegará a Europa antes de diez años. Mientras tanto, España debería evitar cometer el error de Alemania cuando cerró nucleares
La energía producida a través de la fusión no llegará al sistema energético antes de diez años. Roveda espera que en 2040 pueda estar en marcha el proyecto piloto que se ve en la imagen de arriba. Una vez finalizado, espera que se construyan unas doscientas centrales de fusión en Europa de aquí a final de este siglo.
Roveda calcula según el modelo de su empresa Gauss Fusion que construir una central de fusión energética de nueva planta costaría nada menos que entre 15.000 y 20.000 millones de euros, aunque también es cierto que podrían reutilizarse las centrales existentes de carbón o nucleares. La extensión de la central sería de unas cien hectáreas. En su financiación es donde entrarían los países del consorcio. Además de Gauss, en el mundo hay entre cuarenta y cincuenta empresas que se dedican a la fusión energética —más del 80 % es de Estados Unidos, menos de diez de Europa, una de Israel y una de Australia—.
Una vez que se construyan estas centrales, el carbón y el gas desaparecerán. Las centrales de fusión producen energía sin límite y son más limpias.
Mientras todo esto ocurre, Roveda espera que España no cometa el mismo error de Alemania con las centrales nucleares: «Apagarlas sería una locura viendo lo mal que fue allí. Se repetiría el mismo error».
En cuanto a la solar y eólica, a Roveda se sorprendió de que en España «viniera el apagón el 28 de abril cuando en marzo se dijo que por primera vez se había obtenido el 100 % de suministro de energía proveniente de la fuente solar. Es una falacia. Hay estudios que demuestran que no se puede funcionar solo con ese tipo de energía que fluctúa, que es intermitente. Necesitas al menos un 30 % de carga base para evitar no solo que fluctúe la producción, sino también los precios».
Cuando llegue la fusión, proporcionará carga base a la red y podrá dar la autonomía energética al continente. Roveda admite que al principio los precios serán elevados, como los de la fisión ahora, pero «llegará un momento en el que habrá que pagar ese precio o aparecerá el apagón».