Qué raro, el déficit contable se multiplica por dos en un solo mes
La falta de coordinación entre negociados ha disparado una de las alarmas subyacentes que teníamos en nuestra economía
La Intervención General de la Administración del Estado, después de 42 días de no publicar absolutamente nada, por fin ha tirado la bomba nuclear. La información corresponde a las «operaciones no financieras realizadas por el conjunto del sector de las Administraciones públicas (S.13) y por el agente Estado, de acuerdo con los criterios de delimitación institucional y de imputación y valoración de operaciones establecidos por el Sistema Europeo de Cuentas Nacionales de la Unión Europea (SEC 2010). Revisión Estadística 2024. Los datos están adaptados a las especificaciones del FMI».
Qué raro. En un solo mes, en el que además se ha recaudado la cifra histórica de 47.500 millones de recaudación de la Agencia Tributaria, el déficit contable se multiplica por dos.
Mandamos en el mes de julio a Bruselas los datos del déficit contable diciendo que íbamos muy bien y que solo teníamos un déficit contable de 19.647 millones –equivalente al 1,2 % del PIB estimado– y que, por lo tanto, era la demostración palpable de que íbamos como un cohete.
Lo malo ha sido darle 42 días de vacaciones a los Interventores, porque se han despistado y se han liado a contabilizar gastos como si no hubiese un mañana.
Pero por otro lado, Hacienda ha tenido que hacer frente al compromiso legal de ajustar los ingresos a las Comunidades Autónomas y a las Corporaciones Locales y han transferido lo que les correspondía del cierre de la recaudación de la Renta del 2023, y solo ha podido contabilizar como ingresos del mes 21.547 millones.
La falta de coordinación entre negociados ha disparado una de las alarmas subyacentes que teníamos en nuestra economía.
Habíamos enviado a Bruselas menos de 20.000 millones de déficit y a la vez 70.000 millones de deuda que nadie podía entender. Siguen sin cuadrar las cifras, porque, aunque ya las cifras empiezan a florecer como un capullo en primavera y el déficit en un solo mes se ha multiplicado por dos, está todavía muy lejos de la cifra en la que nos hemos tenido que endeudar.
Pero todo va a ser más sencillo, si tenemos los números delante:
El mes de junio fue un mal mes para la Administración General del Estado. En una Contabilidad Nacional muy «tezanizada», contabilizamos 45.497 millones de gastos, sobre todo por las pagas extras, y produjimos un déficit de 8.962 millones el 45,6 % del semestre, lo que llevó en un solo mes a tener un déficit del 0,5 %, pero como la Contabilidad Nacional va muy retrasada, solo llevábamos 19.647 millones de déficit y salvamos truculentamente la cara ante Bruselas con un 1,2 % de déficit.
En julio se produce un doble efecto: la IGAE no ha podido dejar que las facturas sigan acumulándose y ha contabilizado, sin pagas extras, en un solo mes 41.320 millones, que equivalen a contabilizar un 20 % del gasto total. Además, ha tenido que pagar a las CCAA mucho dinero que les debía.
Por todo ello, resulta que los gastos acumulados a cierre de julio crecen un 25 % sobre los acumulados a mes de junio, mientras los ingresos crecen un 14,7 %, que siguen siendo un incremento indecente, muy alejados del incremento del 1,25 % del PIB Inter trimestral.
Nadie en Bruselas va a ver que el déficit contable de la AGE se multiplica por dos hasta llegar a la barbaridad de 39.420 millones de euros, cuando a Bruselas le habíamos prometido para todo el 2025 un total de 36.928 millones, por lo que ya vamos al 106,7 % del todo el año.
La cosa se le está poniendo chunga a este Gobierno, porque si «tezaniza» más la Contabilidad nacional, va a rasgar las costuras del traje porque este va a engordar una enormidad en desfase contable, pero si sigue contabilizando, como debería de ser, la situación de nuestras finanzas se va a volver impresentables y a todo esto sin saber que se está cociendo en el Ministerio de Defensa con las compras de armamento que se tienen que ejecutar antes de final de año y, por lo tanto, contabilizar.
El 30 de septiembre volveremos a tener datos con agosto ya cerrado, que no debe de perjudicar a los datos actuales, porque como todo el Gobierno se fue de vacaciones, habremos gastado muy poco y seguro que mejora el dato de julio, pero ya vendrán los meses siguientes y a ver como hacen «milagros» para que las cifras no canten demasiado en la Unión Europea, donde ya Sánchez tiene poco predicamento.
La situación es ya la de un castillo de naipes que no aguanta ni un ligero soplo de brisa. La bomba de relojería, que está a punto de explotar, nos conduce directo al abismo.