Hacienda vende las bondades de pagar impuestos con la recaudación en récord absoluto

Hacienda ha recuperado la campaña que el pasado año tanto revuelo levantó. «Lo que das cuando pagas impuestos vuelve a ti, vuelve a todos», ilustraba el spot. Pues este año, mucho debería retornar a los contribuyentes a tenor de los datos de recaudación de la Agencia Tributaria en el mes de julio.

En un mes de ingreso trimestral por parte de las pymes, ha alcanzado una cifra nunca vista: 47.499 millones de euros. Esta recaudación récord merece ser analizada con detalle, porque el expolio fiscal que sufrimos es cada día mayor y está afectando tanto a trabajadores como a empresas.

Uno de los principales motivos está en la no deflactación de los baremos de retención del IRPF. Al no actualizarse, la inflación se lleva una parte creciente de los ingresos de los trabajadores. Como ya expliqué en un artículo, cada euro que gana de más un trabajador acaba convertido en 57 céntimos para el Gobierno. Dicho de otra forma: cada subida salarial, en lugar de mejorar el poder adquisitivo, se traduce en más impuestos.

Por ello, como llevamos desde 2015 que se hizo una actualización clara de los tramos del IRPF para compensar la inflación y, desde entonces, el Gobierno central no ha vuelto a incorporar un mecanismo automático. Este retraso genera lo que se llama la «progresividad en frío»: con el IPC subiendo, los sueldos también suelen subir, pero como los tramos del IRPF permanecen fijos, muchas personas acaban tributando más, aunque su poder adquisitivo real no haya aumentado.

Esto ha producido que en julio, las pymes que han ingresado el IRPF retenido a los trabajadores en el segundo trimestre, han producido una recaudación que se ha ido hasta los 31.008 millones. Si a eso le añadimos el IVA pagado, también en este mes por las pymes, con una cifra recaudada por este concepto de 12.731 millones, por lo que la suma del IVA e IRPF suma 43.739 millones y supone el 92,1 % de todos los ingresos. Para que lo vean con claridad, he preparado este cuadro para ustedes:

Un dato llamativo es la caída del Impuesto de Sociedades: en julio se desplomó un 42,5 %, pasando de 967 millones en 2024 a 557 millones en 2025. En el acumulado de los siete primeros meses, la recaudación por este impuesto cae un 7,6 %. Parte de esa merma se compensa con los ingresos de No Residentes, que crecen un 32,5 % hasta julio.

También destaca el incremento del Impuesto a las Entidades Financieras sobre intereses y comisiones. Antes se pagaba al cierre del ejercicio; ahora, trimestralmente. Esto ha hecho que la recaudación hasta julio se dispare un 250 %, alcanzando 566 millones. Pero no se engañen: la banca nunca pierde y, al final, quienes lo pagamos somos los ciudadanos.

La recaudación total de la Agencia Tributaria en los siete primeros meses asciende a 182.354 millones de euros, un 10,9 % más que el año anterior.

Pero dentro de estas cifras se esconden otros impuestos que también recaen sobre trabajadores y pymes. Ahí están los 1.110 millones de impuestos medioambientales, que en teoría pagan energéticas, petroleras, distribuidoras y fabricantes, pero que en realidad se trasladan a los consumidores a través de facturas de luz, gas, carburantes, agua o productos encarecidos.

También figuran los 1.643 millones de impuestos relacionados con los seguros, que abonan las compañías pero repercuten en los hogares a través del seguro del coche o del hogar. O los 7.254 millones recaudados hasta julio por impuestos especiales sobre hidrocarburos, junto con los 3.911 millones obtenidos del tabaco.

Hoy he querido que veamos que los trabajadores y, por lo tanto, los hogares, no solo pagan el IRPF y el IVA, sino que indirectamente y cada vez que se le ocurre una maldita idea a cualquier gobierno, siempre terminan pagando los mismos.

Sánchez y su Gobierno se han convertido en una especie de socio invisible y chupóptero: no produce, no crea riqueza, pero siempre se lleva la mayor parte.