Fundado en 1910
Análisis económicoJosé Ramón Riera

España se endeuda en otros 225.000 millones en ocho meses, el 14 % del PIB

Lo pedido por el Tesoro supone 37.144 millones más, un incremento del 19,7 % en un solo año, cuando la riqueza en términos corrientes, es decir con la inflación, ha crecido un 5 %

La cifra pedida en 2024 a finales de agosto ya parecía una auténtica barbaridad y asustaba pensando que los datos eran muy preocupantes. Habíamos salido a los mercados a pedir prestados 188.271 millones de euros, para tener que devolver 133.774 millones que vencían y 54.497 millones para poder pagar los compromisos del Estado español.

En aquellos momentos lo miraba con la perspectiva de que esto no podía durar mucho y que el nuevo Parlamento Europeo que había salido de las urnas y la nueva Comisión Europea, cuando tomase posesión, tendría que reordenar las finanzas europeas que en aquellos momentos ya denotaban un deterioro sustancial.

Todos los países principales de la Unión, a excepción de Alemania, estaban con unos déficits desbordados y como consecuencia con una deuda creciendo sin parar, a la par que la economía real casi no crecía a pesar de que la economía con inflación daba la imagen de como si la deuda disminuyese.

Estaba convencido que, a estas alturas del año, ya se habrían puesto en marcha mecanismos para evitar los desmanes de muchos políticos a nivel europeo, donde Francia daba un cantazo y donde España presentaba un crecimiento económico por encima de la media, pero, así y todo, la deuda pública seguía superando y con mucho el 100 %.

Un años después, Francia ya sabe que no puede seguir por esos derroteros y aunque los gobiernos van cayendo, algunos políticos ya saben y entienden que esto no puede continuar así. Pero en España nadie quiere ponerle el cascabel al gato, ni el collar al perro y los políticos españoles y europeos que no se enteran todavía de que la economía española está tezanizada, que la economía real no crece de verdad lo que dice el gobierno, que tiene sometido al INE a su voluntad y que la demostración palpable de lo que digo es que la deuda sigue subiendo sin control y la situación ha variado a mucho peor en solo 12 meses.

Claro que a Bruselas lo que tenemos que amortizar no les preocupa y me empieza a dar la sensación de que como se lo creen todo, lo único que de momento les preocupa es Francia y tampoco demasiado.

Para que vean donde hemos llegado he preparado esta información que demuestra que, el día que los mercados en lugar de leer notas de prensa del gobierno de España se miren lo números que publicamos algunos economistas, se darán cuenta de que la economía española no reluce como el sol, sino que necesita un Fairy para quitarle mucha de la grasa adherida.

Ya se que decir que hemos tenido que pedir el 14,3 % del PIB prestado –una parte para poder pagar y otra parte para poder devolver el dinero que vencía– no es un indicador utilizado habitualmente. Pero que no se utilice no significa que no demuestre que en ocho meses es una auténtica barbaridad y que con los 68.100 millones que nos quedan pendientes de devolver este año, vamos a superar los 300.000 millones, que supondrá que habremos pedido más del 18 % del PIB en financiación neta en 2025.

Como pueden ver en el cuadro, todos los meses estamos pidiendo a los mercados cifras superiores a los 22.500 millones, con dos meses que hemos superado los 30.000 millones en un solo mes.

Todos los meses estamos pidiendo a los mercados cifras superiores a los 22.500 millones

Pedir en ocho meses el equivalente al 14,3 % del PIB debería ser un escándalo. Pedir más de 300.000 millones en un año debería ser inasumible. Pero aquí lo llamamos «gestión financiera del Tesoro». La realidad es más simple, España está cavando su tumba económica a golpe de deuda. Y cuanto más se tarde en reconocerlo, más hondo será el agujero.

Permítanme un pequeño sarcasmo: España ya no brilla como el sol, como repiten los eslóganes oficiales. Brilla como una sartén llena de grasa, que necesita litros de Fairy para que se le caiga la costra. El problema es que mientras frotamos con discursos, la deuda se multiplica. Y cuando Bruselas o los mercados se den cuenta de que el brillo era solo mugre disfrazada, la espuma se nos acabará de golpe.

Temas

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas