Seguimos los pasos de Francia: España se hunde en la deuda con 21.437 millones más en agosto
La situación es cada día más difícil de entender, teniendo en cuenta que los ingresos en julio de la Agencia Tributaria han seguido batiendo récords
El Tesoro Público sigue endeudándose como si no hubiese un mañana.
Se acaban de publicar las estadísticas del Tesoro Público y agosto ha sido uno de los peores meses de la historia de la deuda. La Administración General del Estado ha necesitado pedir prestados 21.473 millones nuevos para poder hacer frente a todos los compromisos de pago.
La situación es cada día más difícil de entender. Los ingresos en julio de la Agencia Tributaria han seguido batiendo récords: la recaudación del IRPF se disparó un 19,7 %, alcanzando en un solo mes 31.000 millones. La recaudación total del mes fue de 47.500 millones, con una subida del 13,4 %. A cierre de julio, se habían recaudado 182.350 millones, un 10,9 % más, y todo esto en un contexto en el que la economía, en términos nominales, con la inflación incluida, crece un 2,4 %, y los precios oficialmente un 2,1 % en el primer semestre.
Por otro lado, la situación del país sigue siendo dantesca. Los incendios de agosto han levantado ampollas porque no había aviones suficientes, los recursos para apagar el fuego eran mínimos y las dotaciones de bomberos, insuficientes. A ello se suma el estado de las carreteras, autovías y autopistas, incluidas las de peaje, que presentan baches, ondulaciones y un firme en pésimas condiciones.
Si añadimos que los trenes de Alta Velocidad llegan tarde casi siempre, con retrasos de varias horas en ocasiones, debido a problemas en las vías y en la alimentación eléctrica, porque las catenarias se caen de viejas, el panorama es aún más preocupante.
De vivienda, mejor no hablamos: el Estado no está haciendo absolutamente nada.
¿Y de la seguridad pública? Por muchos informes «tezanizados» que digan que no hay delitos, la realidad es que estos se multiplican. Uno de los motivos es la falta de recursos humanos y técnicos.
En julio se contabilizaron 42.700 millones de euros en gastos de la A.G.E., lo que nos ha llevado a un déficit cercano a los 40.000 millones.
El problema es que ese gasto se destina a lo que yo llamo gasto político y Marc Vidal, gasto improductivo. Un gasto que no produce bienestar ni mejora la calidad de vida de los ciudadanos, que somos quienes hemos aportado la mayor parte de esos 182.000 millones recaudados por la Agencia Tributaria.
El Tesoro Público, que en agosto recibió 23.000 millones de fondos europeos, parece que esta vez no ha decidido usarlos, al menos de momento, para pagar facturas, y ha tenido que salir a los mercados a pedir 21.437 millones de euros más. En ocho meses ya suman 73.362 millones.
Así que aquí tienen el siguiente cuadro que, explica mes a mes que es lo que ha pasado con la deuda que el Tesoro ha tenido que pedir para el Gobierno Central:
La deuda, como pueden ver, ha superado por segunda vez los 1,5 billones, llegando a 1,514 billones, con un crecimiento en los ocho primeros meses del 5,1 % y sumando 73.262 millones nuevos. Agosto ha sido el segundo peor mes del año, detrás de julio y por delante de marzo, y es el tercer mes que supera los 20.000 millones en ese período.
La deuda consolidada en junio, según los datos del Banco de España, alcanzó los 1,691 billones. En unos días se publicarán los datos de julio, que deberían reflejar una bajada de casi 10.000 millones. Sin embargo, cuando en agosto se sumen esta deuda y los 16.000 millones de los Fondos Next Generation como préstamos a largo plazo, la deuda debería situarse muy cerca de los 1,720 billones de euros, muy por encima de los 1,702 billones prometidos a Bruselas para todo el año.
Septiembre, sin utilizar los Fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, también será malo, porque no habrá ingresos extraordinarios como en julio, cuando pymes y autónomos hacen su declaración e ingreso trimestral de impuestos. Y más aún si tenemos en cuenta que en 2024, en septiembre, ya nos endeudamos en 15.400 millones.
No hay nadie preocupado, ni siquiera ocupado, en un asunto tan importante como son las finanzas del país
Todo indica que no hay nadie preocupado, ni siquiera ocupado, en un asunto tan importante como son las finanzas del país. Esta falta de control se está convirtiendo en un auténtico problema de deuda.
Ya sabemos lo que le está pasando a Francia, y estamos siguiendo sus pasos casi al milímetro.