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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús MonteroEuropa Press

España, el país de Europa que más castiga la riqueza: «La fuga de patrimonios a Portugal o Andorra es una realidad»

El tributo «genera doble o triple imposición, desincentiva el ahorro y la inversión y puede llevar a tipos efectivos superiores al 100 % en algunos casos», según los expertos

El Impuesto sobre el Patrimonio sitúa a España como el país con mayor carga fiscal sobre la riqueza de toda Europa. Así lo afirma un estudio de la Tax Foundation norteamericana, que resalta que nuestro país es el único del continente que lo mantiene, a excepción de Suiza y Noruega.

Otros países, como Italia, Francia, Bélgica y Países Bajos han impuesto tasas sobre determinados activos. Sin embargo, su presión fiscal sobre los patrimonios altos es muy inferior a la de España. El tributo afecta en España a cerca de 200.000 contribuyentes, pendientes además de la decisión del Tribunal Constitucional sobre su futuro.

El Impuesto sobre el Patrimonio en Europa (2025)

El Impuesto sobre el Patrimonio en Europa (2025)FUNDALIB y TAX FOUNDATION

«España es, con diferencia, también el país con el mayor gravamen sobre el patrimonio. La mayoría de países ha eliminado el Impuesto sobre el Patrimonio por su baja capacidad recaudatoria y alto coste económico y social», explica a El Debate la economista Cristina Enache, de la Tax Foundation.

El tributo, según explica, «genera doble o triple imposición, desincentiva el ahorro y la inversión y puede llevar a tipos efectivos superiores al 100 % en algunos casos». Su mantenimiento, además, actúa como un desincentivo a la inversión y al ahorro a largo plazo.

También contribuye a agravar las diferencias fiscales entre comunidades autónomas: Navarra, por ejemplo, grava la riqueza con hasta un 3,5 %; mientras que Extremadura, que antaño tenía la tasa más alta del país, ha optado recientemente por bonificar el tributo al 100 %, disparando su competitividad fiscal.

Por el contrario, impacta negativamente en la competitividad tributaria de las regiones que han optado por mantenerlo. Según la última actualización del Índice de Competitividad Fiscal, Madrid es la comunidad con una fiscalidad más atractiva, seguida por las diputaciones forales vascas, Vizcaya, Álava y Guipúzcoa.

Por el contrario, Cataluña se sitúa como la región con peor situación fiscal, penalizada por una elevada carga tributaria en Renta, Patrimonio y Sucesiones. Algo que también afecta a Asturias, Aragón, Comunidad Valenciana y Castilla - La Mancha.

Todo ello sin que, según un reciente estudio de Fedea, el tributo esté sirviendo para reducir la desigualdad, el objetivo básico que persigue su implantación. «El país sigue una trayectoria de desigualdad creciente, aunque moderada en comparación con otros países», señala su autor, Francisco García-Rodríguez, que habla de «limitaciones significativas» en términos de progresividad, equidad territorial y capacidad redistributiva.

La consecuencia de la anomalía de mantener un tributo sobre el Patrimonio es la fuga de contribuyentes de altos ingresos a países del entorno. «La fuga de patrimonios hacia países como Portugal, Andorra o Luxemburgo es una realidad», afirma Enache, que incide también en que «la coexistencia del impuesto sobre el patrimonio con el nuevo Impuesto de Solidaridad de las Grandes Fortunas ha incrementado la presión fiscal sobre los altos patrimonios, lo que ha intensificado el debate sobre su constitucionalidad y eficiencia».

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