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19 de abril de 2024

Una cuadrilla trabaja entre olivos centenarios en la recogida de la aceituna en Baena, Córdoba

Una cuadrilla trabaja entre olivos centenarios en la recogida de la aceituna en Baena, CórdobaEFE/Salas

La supremacía del sector en el mundo, amenazada

Marruecos, Egipto y Turquía aspiran al trono de España como primer productor de aceituna

La sequía, que ha dejado la situación del olivar español en un estado muy delicado, la inflación y la pujanza de otros mercados como Marruecos, Egipto y Turquía, amenazan el liderazgo español de la aceituna de mesa.
La falta de lluvias y las altas temperaturas han irrumpido en una temporada crítica para los productores de aceite de oliva, a los que el alza de los precios de los suministros –abonos y fitosanitarios–y el gasóleo les ha impactado de lleno.
La cosecha, por tanto, se ha resentido este 2022, y esto es mucho decir para un cultivo cuya fortaleza va ligada a nuestro país como parte de su idiosincrasia.

España es la líder, pero...

Pese a todo, España sigue siendo líder en producción y exportación de este manjar, pero le siguen, de cerca y amenazantes, países exportadores africanos y asiáticos.
La competencia es cada vez más feroz y la crisis –económica y energética– mundial deja un escenario turbulento y de incertidumbre.
Para entender la trascendencia del sector, basta con echar una mirada a las cifras del año 2021. El año pasado, las ventas de aceituna fuera de España alcanzaron, según datos de la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceituna de Mesa (Asemesa), los 759 millones de euros.
Pero los primeros brotes negativos llegaron en 2018, cuando Estados Unidos, uno de nuestros principales mercados, impuso, fruto de la política proteccionista de Donald Trump, unos aranceles a la aceituna negra y de mesa.
Como las desgracias nunca vienen solas, ese movimiento abrió una caja de los truenos donde desde entonces no faltó de nada: ausencia de lluvias, cosechas exiguas, crisis, guerras, alto precio de los suministros y pujanza de otros mercados.

Arrancar árboles para sobrevivir

Sacrificar la producción –o parte de ella– para continuar adelante. Este es el dilema al que se debieron enfrentar muchos agricultores españoles este año de sequía.

​Arrancar árboles viejos, los cuales proporcionan un fruto cuya calidad empieza a bajar, permite asegurar la supervivencia de los árboles más fecundos, los cuales sí podrán ser regados con los escasos recursos de los que ahora se dispone.

​Y es que la cosecha en los olivares ha estado irremediablemente marcada por la ausencia de precipitaciones y las altísimas temperaturas, como sucede con la actual ola de calor.

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