Imagen de la Policía Local de Almazora precintando la vivienda que habían intentado okupar
Ocupación
La técnica de la pizza: cómo los okupas consiguen hacerse con viviendas sin resistencia
Esta técnica suele emplearse en segundas residencias
La ocupación de propiedades se ha convertido en un fenómeno recurrente en varias regiones de España, y dentro de esta problemática, el abogado Miguel Ángel Mejías ha explicado en su cuenta de TikTok una de las tácticas más insidiosas utilizadas por los okupas: la técnica de la pizza. Esta estrategia, considerada astuta por algunos, implica un proceso que, aunque carece de fundamento ético, demuestra la ingeniosidad que se puede dar en el ámbito de la ocupación.
Cómo funciona la técnica de la pizza
Los okupas, antes de ocupar una vivienda, hacen un pedido de pizza o de cualquier otra comida a domicilio. Proporcionan la dirección exacta de la propiedad que planean ocupar, asegurándose de que el repartidor llegue a la entrada. Esto puede parecer inofensivo, pero el objetivo es muy claro: cuando semanas más tarde el propietario descubre que su casa ha sido invadida, los okupas están listos con sus tickets de compra de la comida como prueba de que han estado residiendo allí.
Cuando se produce el allanamiento, el propietario se encuentra impotente al llamar a la policía. Al no tratarse de un delito flagrante, las autoridades no pueden actuar de inmediato. Lo que sigue es el uso de contratos de arrendamiento falsos, que, junto con los tickets de la pizza, generan una prueba supuestamente válida para justificar su permanencia en el lugar.
La realidad del desalojo
Este método ha llevado a muchos propietarios a un estado de frustración y desesperación. Al enfrentar la opción de un procedimiento judicial que puede ser largo y complicado, algunos optan por negociar con los okupas, una medida que se ha hecho común en situaciones similares. En el ejemplo de la playa de la Goleta, se ilustró cómo los propietarios prefirieron ofrecer una suma de dinero a cambio del desalojo, en un intento de recuperar su vivienda sin pasar por las dificultades legales que implica un proceso de desalojo formal.
Sin embargo, este enfoque no es bien visto por muchos, incluidos aquellos que han sido afectados.