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«Ingresárselo al vendedor, solo como última opción»: la advertencia de Sergio Gutiérrez sobre las arras
Comprar una vivienda es una decisión difícil y debes saber qué hacer exactamente para que no te salga más caro de lo que debería
Comprar una vivienda suele ser el mayor desembolso económico que realiza una persona a lo largo de su vida. La ilusión de encontrar el piso soñado puede, sin embargo, convertirse en una pesadilla si no se toman las precauciones adecuadas en el proceso de compraventa. Sergio Gutiérrez, experto inmobiliario, advierte en un vídeo de su perfil de TikTok, en el que hace divulgación, de los riesgos de entregar grandes sumas de dinero en concepto de arras directamente al vendedor sin las debidas garantías.
El caso más frecuente, según explica, se da cuando un comprador abona una cantidad importante —por ejemplo, 50.000 euros— como señal para asegurar la operación. Ese dinero se ingresa en la cuenta del propietario con el compromiso de formalizar la compraventa en notaría en un plazo determinado. Pero ¿qué ocurre si llegado el momento el vendedor no comparece? El comprador puede quedarse sin vivienda y, en la práctica, sin el dinero entregado.
Es cierto que las arras penitenciales obligan al vendedor a devolver el doble de lo recibido si incumple el contrato. Sin embargo, reclamar ese dinero puede convertirse en un proceso largo y costoso, especialmente si el propietario reside en el extranjero o se encuentra en una situación económica delicada. Mientras tanto, el comprador ha perdido su inversión inicial y, en muchos casos, la oportunidad de adquirir la vivienda deseada.
Para reducir estos riesgos, Gutiérrez recomienda medidas de seguridad adicionales. Una de ellas es recurrir a cuentas gestionadas por profesionales, en las que el dinero permanece bloqueado hasta que se cumplen todas las condiciones de la operación. También existen seguros de caución que aportan un nivel extra de protección al comprador.
No obstante, hay clientes que prefieren que la custodia del dinero no recaiga en intermediarios privados. En esos casos, la opción más segura es firmar las arras en notaría y dejar que sea esta institución la que administre la señal. Solo como última alternativa —advierte el experto— debería entregarse directamente el dinero al vendedor.
La compraventa inmobiliaria puede verse afectada por múltiples imprevistos: embargos de última hora, afecciones urbanísticas, problemas de financiación o la necesidad de descalificar viviendas protegidas. Todos ellos son escenarios en los que el contrato puede otorgar la razón al comprador, pero la realidad obliga a acudir a los tribunales para hacer valer los derechos.
La recomendación final de Gutiérrez es clara: no arriesgar cantidades significativas sin la seguridad de que estarán protegidas. La prevención y la prudencia son las mejores herramientas para evitar que el sueño de una vivienda propia se transforme en una amarga pérdida económica.