La brecha entre propietarios e inquilinos continúa creciendo
Vivienda
Edgar Sánchez, experto inmobiliario, desvela el perfil de los nuevos compradores de vivienda en España
Los altos precios, la falta de ahorro y el endurecimiento de las condiciones hipotecarias están reduciendo las opciones para muchos ciudadanos
El experto inmobiliario Edgar Sánchez ha descrito una realidad cada vez más evidente en el mercado de la vivienda en España. Según explica, las personas que hoy pueden permitirse comprar una casa pertenecen a tres grupos. El primero «lo forman quienes cambian de vivienda», ya que la subida del mercado también ha revalorizado su propiedad anterior.
El segundo corresponde a «quienes reciben apoyo económico de sus padres para poder acceder a la compra». El tercero está compuesto por «los inversores», que aprovechan el momento para obtener rentabilidad.
Ante todo ello, destaca una tendencia que gana fuerza en las grandes ciudades. Muchos compradores adquieren pisos de tres dormitorios y «convierten el salón en una cuarta habitación para alquilar por habitaciones». De esta forma, un inmueble de entre sesenta y setenta metros cuadrados puede ofrecer dos habitaciones grandes por 500 euros y una pequeña por unos 300.
Con este tipo de alquiler se «obtiene una rentabilidad superior a la del arrendamiento tradicional». Además, el riesgo de impago se reparte, ya que si uno de los inquilinos deja de pagar los demás continúan abonando su parte.
La brecha entre propietarios e inquilinos
El experto advierte que esta estrategia se ha vuelto muy popular entre quienes buscan invertir en vivienda en un momento «en que el acceso a la compra para particulares se complica». Los altos precios, la falta de ahorro y el endurecimiento de las condiciones hipotecarias están reduciendo las opciones para muchos ciudadanos.
Mientras tanto, quienes ya cuentan con patrimonio o apoyo económico familiar son «los que pueden seguir moviéndose en el mercado inmobiliario». La brecha entre propietarios e inquilinos continúa creciendo y refuerza la tendencia hacia un modelo en el que la vivienda se percibe más como inversión que como derecho básico.