Educación
Un total de 209.691 personas optan este sábado a las 17.756 plazas convocadas para distintos cuerpos docentes en todas las comunidades autónomas, salvo en la Comunidad Valenciana, donde ya se realizaron la semana pasada, y Cataluña, que las llevará a cabo en próximas fechas.
Ante estas cifras, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) considera que esta oferta de empleo es «insuficiente, teniendo en cuenta que la interinidad actualmente se sitúa en un 25,16%».
Además, el sindicato ha destacado que la convocatoria de este sábado corresponde a las plazas de la tasa de reposición (la cobertura del personal que se ha jubilado a lo largo de los dos últimos años), por lo que «quedan fuera 26.061 docentes del cuerpo de maestros del total de 65.966 plazas pendientes de estabilizar de aquí a diciembre de 2024, como marca la Ley 20/2021 de Estabilidad».
CSIF ha llevado a cabo un estudio sobre la situación de interinidad que pone de relieve que se han convocado 65.966 plazas conforme a esta Ley, que se deberán ejecutar a lo largo de 2023 y 2024. Por otra parte, quedan 45.850 plazas por convocar derivadas de la tasa de reposición y de nueva creación que, según señala, «no darán tiempo a realizarse por la falta de liderazgo del Ministerio de Educación y e intereses políticos de las CC.AA. que han impedido que puedan sumarse ambas convocatorias en un solo modelo de acceso».
La gran mayoría lleva varios meses preparando este compromiso. Ahora que llega el momento de la verdad, es lógico que aparezcan las dudas, los miedos y las inseguridades. «Esto es una carrera de fondo», asegura Pilu Hernández Dopico, que lleva formando opositores desde el año 2007, a El Debate.
La orientadora, autora de El Pupitre de Pilu, cree que estos días es importante «bajar el ritmo». A su vez, respetar una serie de rutinas y buenos hábitos ayudará a sobrellevar una situación previa donde es lógico que los aspirantes se muestren «intranquilos e incluso irascibles porque se lo están jugando todo a una carta».
«Hay más miedo a decepcionar a los demás que a uno mismo», dice.
Opositar es duro, no solo por el esfuerzo, sino porque puede pasar factura a la cartera y la salud.
Después de jornadas maratonianas entre cuatro paredes y montañas de libros y apuntes, no conseguir la nota deseada puede suponer un duro golpe.
En el caso de los aspirantes a maestro docente, suele ser necesaria una media de hasta tres convocatorias, es decir, seis años. Una cifra que se ve alterada según la oferta de plazas de cada comunidad y la demanda de las mismas.
Los docentes que superen este concurso oposición serán la primera promoción que realice el nuevo programa de Capacitación Integral Docente, CID, popularmente conocido como el 'MIR educativo'.
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