
El ministro de Universidades, Joan Subirats
Educación
El franquismo durante la juventud del ministro Subirats fue más permisivo con el catalán que la Generalitat con el español
El ministro de Universidades defiende la pluralidad lingüística pero se niega a referirse a los ataques en los campus contra los constitucionalistas
Contaba el fallecido Eduard Punset en El Periódico que su padre le mandó a estudiar a Madrid porque apenas hablaba castellano. De hecho, un reconocido experto italiano en lengua catalana revolucionó el corral al asegurar en 1992 que, «paradójicamente, la literatura catalana vivió su momento de oro durante el franquismo». Son muchos los ejemplos de que el catalán, aunque no gozó de oficialidad, no estuvo precisamente oculto ni reprimido como afirma Joan Subirats.
El ministro de Universidades defendía este lunes, durante su comparecencia en el Nueva Economía Fórum, que la «pluralidad lingüística es una riqueza» y que «solo existía una lengua en la universidad durante el franquismo». Preguntado si se respeta ese pluralismo en los campus catalanes, Subirats echaba balones fuera asegurando que las universidades tienen «la suficiente autonomía» para garantizarlo. «Lo único que nos debería preocupar es que se puedan plantear discursos de odio. Este sería el límite que deberíamos establecer», añadía.
Lo cierto es que ese pluralismo está lejos de respetarse en Cataluña. La Plataforma Univesitaris per la Convivència, una asociación que reúne a centenares de docentes de todas las universidades catalanas, lleva meses denunciando la persecución que sufre el castellano en los centros de la región. «En el nombre de los principios de 'transparencia' y 'seguridad', se fomenta la delación y la investigación, en definitiva, la intimidación de quienes se atreven a usar en clase, siquiera sea puntualmente y en atención a sus alumnos una lengua distinta a la anunciada», aseguraron en un escrito hace unos meses.
En febrero de este año, varios independentistas agredieron a estudiantes de S’Ha Acabat!, un colectivo constitucionalista, durante un acto en el campus de la Universidad Pompeu Fabra. Esta asociación ha puesto de manifiesto en reiteradas ocasiones la violencia física y psicológica que llevan sufriendo los alumnos no nacionalistas en Cataluña ante la indiferencia, cuando no connivencia, de las autoridades universitarias.Represión del catalán
El asunto de la represión del catalán durante la dictadura es uno de los mantras históricos de los nacionalistas catalanes para justificar la persecución que sufre el castellano en la actualidad. Si bien es cierto que el catalán dejó de ser lengua oficial, su uso no estuvo tan vejado como se ha pintado.
El Régimen notarial de 1944 publicado en el BOE incluía un revelador artículo sobre el uso de las lenguas regionales. «Cuando el documento se otorgue en territorio español en el que se hable lengua o dialecto peculiar del mismo y todos o alguno de los otorgantes sean naturales de aquel territorio sometidos a su derecho foral, el Notario, siempre que entienda suficientemente, declarándolo así, el idioma o dialecto de la región, a solicitud del interesado, redactará el instrumento público en idioma español y en la lengua o dialecto de que se trate, a doble columna, para que simultáneamente puedan leerse y apreciarse ambas redacciones».
A finales de los años cuarenta, la producción literaria en catalán aumentó considerablemente y se instauraron a partir de entonces muchos premios de Literatura y Poesía en este idioma como el 'Eugenio Nadal', el 'Joan Martorell' o el 'Carles Riba'.
Una eminencia fuera de sospecha como Giuseppe Grilli, presidente de la Associació Italiana d’Estudis Catalans, director de la cátedra de Lengua y Literatura catalana de la Universidad de Nápoles, Premio Sant Jordi 1996 y Premio Internacional Catalonia del Institut d’Estudis Catalans 2013, hacía una reflexión revelación en 1992. «Paradójicamente, la literatura catalana vivió su momento de oro durante el franquismo. En los años más negros se publicaron los mejores libros: las Elegies de Bierville, Bearn, La plaça del diamant… las reflexiones de Fuster, Rubió o Riquer».
Ya en el 61 es legalizada Òmnium Cultural y pocos años después comienzan las emisiones en radio y televisión en catalán. Para el curso 67-68, el Ayuntamiento comienza a impartir clases de catalán en Primaria con el beneplácito del Ministerio de Educación. Todo ello, durante el franquismo que conoció Subirats.