Durante los últimos meses, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha realizado más declaraciones sobre la política fiscal de la Comunidad de Madrid que acerca de asuntos que conciernen a la Comunidad Valencia como, por ejemplo, la imputación de su exvicepresidenta, Mónica Oltra.
Esa serie de referencias a Madrid estaban orientadas a criticar abiertamente las medidas de la presidenta de la Región, Isabel Díaz Ayuso, a la hora de bajar impuestos a los madrileños para hacer frente a los efectos de la inflación sin precedentes y la crisis económica.
Semanas después, y como si de una autoenmienda a la totalidad se tratase, el propio Puig ha sido quien ha anunciado en un desayuno informativo que llevará a cabo «una reforma fiscal adaptada a este tiempo de inflación».
El jefe del Consell ha explicado que, aunque tiene una capacidad de actuación «muy limitada», su objetivo es ayudar a las clases medias y trabajadoras, proteger más a la población vulnerable e impulsar la creación de empleo”.
En este sentido, Puig ha hecho este anuncio de calado en su primer acto público del nuevo curso político, que está marcado por la celebración de unas elecciones municipales y autonómicas que medirán las fuerzas de los partidos del Botánico. Sin embargo, el presidente valenciano ha querido desvincular la bajada de impuestos en los tramos autonómicos del electoralismo: «Ahora no toca pensar en las urnas. Ahora toca pensar en las neveras», ha afirmado Puig.
Sin embargo, el anuncio del socialista no ha venido acompañado de concreciones en cuanto a los tiempos y alcance en que se implementará. Así, el presidente del Ejecutivo autonómico se ha limitado a asegurar que la Conselleria de Hacienda está estudiando la reforma fiscal y que el fin de semana lo llevará al próximo seminario del Consell.
Asimismo, Puig sí ha anunciado que próximamente convocará una asamblea municipalista, de cara a que alcaldes de municipios de toda la Comunidad Valenciana estén informados sobre la medida de Puig y puedan plantear aspectos de mejora.
Respecto a que pueda contar con el apoyo de la patronal y los sindicatos para sacar adelante la nueva propuesta fiscal, Puig ha marcado distancias con Yolanda Díaz y sus polémicas declaraciones arengando a los sindicatos a calentar las calles contra los empresarios. En este sentido ha abogado por la «cohesión social» y ha apostado por llegar a acuerdos con la patronal.
Por último, Puig ha tenido que referirse a la situación de Oltra en el turno de preguntas, ya que no ha hecho referencia a ella en su intervención escrita. Sobre la situación personal y procesal de la dirigente de Compromís, que el próximo 19 de septiembre está a citada a declarar como investigada ante el juez por haber encubierto supuestamente los abusos de su marido a una menor en un centro tutelado por su Conselleria, Puig se ha limitado a calificarle como una persona «válida» y ha deseado verla pronto «desimputada».
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