El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, atiende a la prensa en el Congreso de los Diputados
Las cinco sombras sobre lo sucedido en Melilla que rondan a Marlaska
Lo que empezó siendo un asalto más de la valla fronteriza, puede acabar con la carrera política del ministro
Viernes, 24 de junio, 10:00 de la mañana. Comienzan a llegar noticias desde Melilla referidas a que se ha producido un nuevo asalto a la valla que separa España de Marruecos. Dos mil migrantes lo han intentado de los que unos 130 lo han conseguido. Todo parece ser un asalto más. Uno de esos intentos de pasar a España que periódicamente sacuden la valla de Melilla.
Ese mismo día, en torno a las 16:00 horas, el presidente Pedro Sánchez aseguró desde Bruselas que «es importante reconocer el extraordinario trabajo de las Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad en Melilla y Ceuta, y la lucha contra migración irregular en general, y también por parte del Gobierno marroquí en coordinación con nosotros» y «quiero trasladar la solidaridad y agradecimiento a la cooperación con el reino de Marruecos».
Apenas dos horas después llegan las primeras informaciones acerca de «cinco migrantes muertos en Marruecos antes de la entrada de un centenar de subsaharianos en Melilla». Pasadas las 21 horas ya eran «dos policías y seis migrantes muertos en el salto a Melilla». Pasada la medianoche de aquel mismo día «ascienden a 18 los migrantes muertos tras el intento de salto masivo a la valla de Melilla». Comienzan a llegar imágenes de decenas de cuerpos, vivos y muertos, acumulados en una porción de tierra. Al día siguiente, la cifra de fallecidos sería de 23, aunque algunas ONG suben la cifra hasta los 70.
Salto a la valla de Melilla el pasado 24 de junio
El 29 de junio, cuatro días después de los sucesos, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, aseguró en el Congreso de los Diputados que España tiene «una política migratoria de respeto escrupuloso de los derechos humanos» y calificó de «falsedades» las denuncias realizadas por ONG de que agentes de la gendarmería marroquí entraron en territorio de España para llevarse migrantes que habían logrado cruzar la valla.
Esta fue la primera sombra que desde aquel fatídico 24 de junio persigue al ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska.
Policía marroquí en España
Las imágenes emitidas en el polémico documental de la BBC el pasado 2 de noviembre, obtenidas en su mayoría por los propios migrantes que las hicieron llegar a Organizaciones No Gubernamentales, se puede observar a policías marroquíes en la zona de la frontera que controla la Policía española.
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También los parlamentarios de la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados que acudieron a Melilla el pasado día 7 aseguran que en la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla les reconocieron que habían tenido que dejar pasar a la policía del país vecino al verse sobrepasados.
Proporcionalidad de medios
El segundo nubarrón que se ciñe sobre el ministro del Interior se produce en el momento en que Marlaska asegura, y de forma repetida desde el día en que se produjeron los hechos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado «actuaron con criterios de proporcionalidad, tanto en el plano operativo como en el del material utilizado».
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Pero lo cierto es que incluso en la misma Comandancia de Melilla reconocen que los medios fueron altamente insuficientes. En el cuartelillo apenas había un puñado de guardias civiles, menos de diez, en el momento del asalto por lo que tuvieron que pedir ayuda tanto a Policía Nacional como a la propia Policía Local de Melilla y refuerzos de más guardias civiles.
Presencia marroquí en España
La avalancha de migrantes que pretendían entrar en España a través de la valla fue tal que, al parecer, agentes de la policía marroquí entró en España, a este lado de la valla para intervenir.
En el documental que emitió la BBC el pasado 2 de noviembre, se puede ver a gendarmes de la policía marroquí em ambos lados de la valla, lo que desbarataría la insistencia por parte de Marlaska de que no se produjo la entrada de estos agentes.
El problema es que las imágenes que emitió la televisión británica no son captadas por las cámaras de seguridad de la frontera, sino que son grabadas por las mismas personas que se encontraban en la frontera.
Devoluciones en caliente
En el mismo documental, se aprecia cómo agentes marroquís arrastran a migrantes desde España a la parte alauita de la valla, lo que también desmentiría la presencia y actuación de policías de Marruecos en España.
Aquí surge también el tema de las devoluciones en caliente. Fuentes de Interior citadas por varios medios aseguraban que se habían producido alrededor de un centenar de devoluciones en caliente. El informe preliminar del Defensor del Pueblo conocido el pasado 14 de octubre, las devoluciones en caliente ascendieron a 470 «sin contemplarse las previsiones legales tanto nacionales como internacionales».
Muertes en el lado español
Según denunció el propio documental, alguna de estas devoluciones no se produjeron sobre personas que habían sido detenidas, sino sobre cadáveres.
El propio diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, aseguró el pasado lunes, tras la visita que realizaron al paso fronterizo del Barrio Chino de Melilla, tras visualizar los videos que los sucesos del 24 de junio, «aparecían varios de los cuerpos inertes, no sabemos si muertos o heridos. Eso sí, en territorio bajo control español, en zona operativa española».
El ministro Marlaska ha dicho una y otra vez que «no hubo ningún muerto en territorio español».
El momento de la Fiscalía
Así pues, con todas estas contradicciones, con los socios del Gobierno de Pedro Sánchez, Podemos incluido, presionando para que Marlaska asuma responsabilidades, y un ala socialista del Ejecutivo volcado en defender a su compañero, será la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, a la que se han prometido todos los videos existentes, pero, sobre todo, la Fiscalía que ha reclamado todos esos videos, quien decida si se cometió algún delito en el lado español y si el ministro Marlaska tendrá que asumir algún tipo de responsabilidad sobre lo sucedido.
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